Un gusano vuelve a la vida 46.000 años después y esto es lo que sucede
Las zonas heladas de la Tierra, como las que se encuentran en Alaska o Siberia, esconden miles de organismos que llevan congelados durante siglos
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Hace cinco años, unos investigadores del Instituto de Problemas Físicoquímicos y Biológicos en la Ciencia del Suelo RAS, en Rusia, hallaron dos especies de gusanos nematodos en el permafrost de Siberia, con una tipología de lombrices intestinales. Gracias a la datación por radiocarbono determinaron que llevaban en un estado de latencia conocido como criptobiosis desde hacía aproximadamente 46.000 años, cuando fueron congelados durante la época tardía del Pleistoceno.
Habían sobrevivido en ese estado todo este tiempo, y fueron revividos para estudiarlos a fondo. Ahora, científicos alemanes han descubierto que pertenecen a una nueva especie que hasta ahora era desconocida, tras un proceso de secuenciación, ensamblaje y análisis filogenético del genoma. La han bautizado como Panagrolaimus kolymaensis, en referencia al río Kolimá de Siberia, que es la zona en la que se encontraron los gusanos. Los resultados de la investigación se han hecho públicos en la revista ‘PLOS Genetics’.
Genome analysis of 46,000-year-old roundworm from Siberian permafrost reveals novel species: researchers @mpicbg @csbdresden @UniCologne with colleagues in Russia shows that this nematode species share a molecular toolkit for survival with C. elegans. https://t.co/VgtRWbmBDS pic.twitter.com/nuekdNzoa8
— MPI-CBG Dresden (@mpicbg) July 27, 2023
Este descubrimiento llega tras años de trabajo por parte de tres instituciones de Alemania: el Instituto Max Planck de Biología Celular Molecular y Genética de Dresde (MPI-CBG), el Centro de Biología de Sistemas de Dresde (CSBD) y el Instituto de Zoología de la Universidad de Colonia, que colaboraron con los investigadores rusos que realizaron el hallazgo original. Uno de sus principales objetivos era dilucidar si se trataba de una especie de nematodos desconocida, y tras identificar sus genes comprobaron que, en efecto, era nueva. Además, descubrieron que su capacidad de entrar en criptobiosis es muy similar a la de otra especie de nematodos, Caenorhabditis elegans, con la que comparte muchos genes.
Otro de los hitos de la investigación fue el hallazgo de que la exposición a una deshidratación leve antes de ser congelado es una de las claves que ayuda a estos gusanos a prepararse mejor para adoptar el estado de criptobiosis, permitiéndoles sobrevivir a una temperatura de 80 grados bajo cero. Para lograrlo, los nematodos producen en sus organismos un azúcar que se conoce como trehalosa.
46.000 años de antigüedad
El permafrost, un terreno congelado por largos periodos de tiempo y que está compuesto por tierra, sedimentos y rocas, está presente en las zonas más extremas del planeta, como Alaska o Siberia. En este permafrost, los científicos tienen una gran fuente de información, con muestras de organismos que se remontan siglos atrás. Gracias a ello, los investigadores rusos y alemanes han conseguido abrir esta puerta a un pasado tan remoto: es la muestra de un organismo multicelular vivo más antigua jamás hallada, y los científicos no conocen su límite de supervivencia. Este hallazgo abre muchos frentes de investigación.
Por una parte, ayuda a los científicos a entender cómo funcionan las capacidades de supervivencia de algunos organismos ante las situaciones extremas y cómo les afecta la suspensión de sus procesos metabólicos. Por otra parte, abriría la posibilidad de encontrar organismos vivos en planetas con hielo.
No es la primera vez que se encuentran nematodos en criptobiosis en el permafrost, pero sí es el primer hallazgo con una fecha de datación tan antigua. Ya se habían encontrado especímenes vivos de Plectus murrayi y Tylenchus polyhypnus, así como esporas, virus y bacterias conservadas en fósiles desde hace miles de años.
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Hace cinco años, unos investigadores del Instituto de Problemas Físicoquímicos y Biológicos en la Ciencia del Suelo RAS, en Rusia, hallaron dos especies de gusanos nematodos en el permafrost de Siberia, con una tipología de lombrices intestinales. Gracias a la datación por radiocarbono determinaron que llevaban en un estado de latencia conocido como criptobiosis desde hacía aproximadamente 46.000 años, cuando fueron congelados durante la época tardía del Pleistoceno.