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Este dinosaurio desconocido hasta ahora paseó por Castellón hace 127 millones de años
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NUEVO HALLAZGO

Este dinosaurio desconocido hasta ahora paseó por Castellón hace 127 millones de años

Investigadores españoles publican el hallazgo de 'Protathlitis cinctorrensis', nuevo género y especie de dinosaurio terópodo, un carnívoro gigante que vivía junto a la costa

Foto: Recreación del nuevo dinosaurio, junto a la costa. (Grup Guix)
Recreación del nuevo dinosaurio, junto a la costa. (Grup Guix)

Era un mundo muy diferente al nuestro. Por lo que hoy es la actual provincia de Castellón se paseaba un gigante de entre 10 y 11 metros de largo. Apoyado en sus patas traseras, probablemente aterrorizaba a sus presas a finales del periodo Barremiano, es decir, hace entre 127 y 126 millones de años, en el Cretácico inferior. Era un carnívoro que vivía cerca de la costa y que ahora escribe una importante página en la fascinante historia de los dinosaurios. Un equipo formado por investigadores de la Universidad Jaume I de Castellón y de la Universidad de Valencia encontró sus restos fosilizados en el yacimiento de Cinctorres, una localidad de Castellón próxima a Morella: parte de la mandíbula, dientes y vértebras.

Con este material, los científicos han descrito un nuevo género y una nueva especie de dinosaurio terópodo, bautizado como Protathlitis cinctorrensis, en referencia a la palabra griega 'campeón' (homenaje al Villarreal CF por su centenario y por el título de la Europa League conseguido en 2021) y a la localidad en que fue hallado. Ahora comparten los detalles en un artículo que acaba de publicar la revista Scientific Reports, del grupo Nature, un descubrimiento que aporta información muy relevante para entender la familia a la que pertenece este animal extinto y la importancia paleontológica de la península ibérica, y en particular de Castellón, que se está revelando como un enclave fundamental.

Foto: Meraxe gigas, nueva especie de dinosaurio. (EFE /Carlos Papolio)

El yacimiento se excavó en ocho campañas y los fósiles que han contribuido a esta publicación corresponden a la tercera (2004), la cuarta (2005), la quinta (2008) y la octava (2015). En total, se han recuperado casi un millar de huesos, desde piezas diminutas de pocos centímetros a otras de más de un metro, que pertenecen a diferentes tipos de dinosaurios, pero es la primera vez que se describe una nueva especie gracias a los restos encontrados en este enclave. En los últimos siete años no ha habido trabajo sobre el terreno porque la prioridad ha sido estudiar el material recuperado y, desde luego, ha merecido la pena.

La nueva especie se engloba en el grupo de los espinosáuridos, dinosaurios carnívoros que andaban sobre sus dos patas traseras y con unas extremidades delanteras con fuertes garras que servían para atrapar a sus presas. Una de sus características más llamativas “es el morro alargado, muy parecido al de los cocodrilos, pero no tan achatado, y con dientes cónicos muy similares”, explica en declaraciones a El Confidencial Andrés Santos-Cubedo, autor principal del trabajo. Dentro de la familia de los espinosáuridos hay dos subfamilias: los barioniquinos y los espinosaurinos. Los segundos son muy conocidos porque tienen una vela dorsal, es decir, una espectacular cresta formada por las vértebras de la cola y de la espalda. De hecho, los aficionados a los dinosaurios más cinéfilos recordarán que en Parque Jurásico 3 hay una pelea entre un tiranosaurio (Tyrannosaurus rex) y un espinosario. Pues, bien, el dinosaurio que ha aparecido en Castellón pertenece a esa familia, pero carece de esa vela dorsal.

placeholder Protathlitis cinctorrensis. (Oscar Sanisidro/Grup Guix)
Protathlitis cinctorrensis. (Oscar Sanisidro/Grup Guix)

Estos detalles tan característicos permiten a los paleontólogos identificar a este grupo de dinosaurios, pero en Cinctorres, por el momento, no han aparecido los restos de esta parte de su anatomía que permitirían clasificar la nueva especie sin ningún género de dudas. Sin embargo, hay otras pistas definitivas: la forma de los dientes, el número de ellos y cómo están dispuestos en el maxilar. Todos estos detalles diferencian a los barioniquinos y los espinosaurinos, y permiten afirmar que Protathlitis cinctorrensis es un espinosáurido barioniquino.

Un descubrimiento impactante

El hallazgo es singular por diversas razones. Los restos de terópodos, una rama que se caracteriza por tener huesos huecos y extremidades con tres dedos funcionales, no son muy abundantes. Además, hay muchos menos dinosaurios carnívoros que herbívoros. En realidad, esa característica es común a todos los ecosistemas conocidos, incluidos los actuales. “En la sabana hay menos leones que ñus o cebras, para que se mantenga el equilibrio ecológico; con los dinosaurios pasa lo mismo”, explica el experto.

Las partes del cráneo aportan información decisiva para comparar los fósiles con especies ya estudiadas y el trabajo de los investigadores es analizar los nuevos materiales. “A través de matrices de datos, un programa te dice si es una especie ya clasificada o si hay diferencias importantes”, comenta. En este caso, la clave estaba en el maxilar, ya que tiene rasgos que no se habían encontrado hasta ahora. Las vértebras también tienen características propias. En conjunto, estos datos permiten diferenciar al dinosaurio de Castellón de los otros 11 géneros conocidos y plenamente aceptados de espinosáuridos y establecer que se trata de uno nuevo.

placeholder Yacimiento de Cinctorres. (Grup Guix)
Yacimiento de Cinctorres. (Grup Guix)

Además, hay que tener en cuenta que, dentro de esta familia de dinosaurios “el material no es muy abundante”. Los paleontólogos los han encontrado en el Reino Unido, en Brasil y en África. Entre los más cercanos están Iberospinus natarioi (Portugal), Camarillasaurus cirugedae (Teruel) y otro de Castellón (Vallibonavenatrix cani) descrito en 2019 en la revista Cretaceous Research, que fue encontrado en Santa Águeda en Vallibona y pertenece a la otra subfamilia, los espinosaurios. Este cuarto hallazgo revela que la actual península ibérica fue un enclave fundamental para su evolución.

En aquella época, los continentes que hoy conocemos aún se encontraban parcialmente unidos. En el hemisferio norte, estaba Laurasia, una gran masa de tierra que ya se había dividido entre Norteamérica y Eurasia. Por eso, hay una importante incógnita con respecto a los espinosáuridos sudamericanos: ¿dónde estaría la conexión con los de otros continentes? En cualquier caso, “los europeos son los más antiguos, pensamos que el grupo apareció en Europa Occidental y se diversificó en muchas especies”. Hace en torno a 125 millones de años, habrían migrado tanto a África como a Asia. Más tarde, sus descendientes son muy abundantes. Este nuevo hallazgo es importante para entender mejor su origen y consolidar otras ideas, como que en Europa los más abundantes son los barioniquinos, mientras que en el continente africano prosperarían los espinosaurios, con sus imponentes crestas. “El tipo de ambiente pudo condicionar qué subfamilia dominó en cada continente”.

Castellón, otro gran enclave de dinosaurios

A pesar de todo lo que se conoce, queda un gran margen para el debate científico acerca de cómo sería el ambiente en el que se habrían movido especies como Protathlitis cinctorrensis o cuál sería exactamente su comportamiento. Por ejemplo, hay una discusión sobre si los espinosáuridos vivían cerca del agua, incluso si eran nadadores y pasaban parte de su tiempo en el ambiente acuático buscando presas. “No se sabe exactamente si vivían cerca de la costa, en lugares como marismas, deltas y estuarios; o más bien en bosques interiores, cerca de ríos y lagos”, comenta el investigador. En este caso, “por las características geológicas de la zona, sabemos que vivía en un sitio costero”, pero “pensamos que sus hábitos no serían muy acuáticos”, porque los fósiles encontrados indican que la forma de su maxilar no sería muy adecuada para bucear. Esto contrasta con la subfamilia de los espinosaurinos y aporta una importante pista: es muy posible que se dedicara a pescar cerca de la orilla o a atacar a los animales que acudían a ella.

Foto: Dinópolis alberga espacios de investigación y estudio durante la reconstrucción ósea de los dinosaurios. (EFE)

Protathlitis cinctorrensis es la cuarta especie de dinosaurio que se describe en la provincia de Castellón, todas en muy pocos años. “La primera fue en 2015, hemos pasado en ocho años de no tener ningún dinosaurio nuevo para la ciencia a sumar cuatro”, destaca el autor del trabajo. En realidad, es la continuidad de los yacimientos de Teruel, mucho más conocidos popularmente, con los que comparten características geológicas. Frente a la provincia aragonesa, donde se ha apostado muy fuerte por proyectos como Dinópolis, “en Castellón vamos un poco más retrasados, se ha invertido menos, pero muchas formaciones geológicas son las mismas que en Teruel”.

¿Cuáles son las claves para encontrar yacimientos? Sedimentos anteriores a la extinción de los dinosaurios, más de 65 millones de años, y que estuvieran en zonas continentales o de lugares de transición entre la costa y tierra firme. Este mismo equipo de investigación describió en 2021 el dinosaurio Portellsaurus sosbaynati, de características muy diferentes y procedente de otro yacimiento castellonense, Portell. Andrés Santos-Cubedo confía en volver pronto al yacimiento de Cinctorres: “De este dinosaurio puede aparecer más material, esperamos que el año que viene podamos hacer una nueva campaña”.

Era un mundo muy diferente al nuestro. Por lo que hoy es la actual provincia de Castellón se paseaba un gigante de entre 10 y 11 metros de largo. Apoyado en sus patas traseras, probablemente aterrorizaba a sus presas a finales del periodo Barremiano, es decir, hace entre 127 y 126 millones de años, en el Cretácico inferior. Era un carnívoro que vivía cerca de la costa y que ahora escribe una importante página en la fascinante historia de los dinosaurios. Un equipo formado por investigadores de la Universidad Jaume I de Castellón y de la Universidad de Valencia encontró sus restos fosilizados en el yacimiento de Cinctorres, una localidad de Castellón próxima a Morella: parte de la mandíbula, dientes y vértebras.

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