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"No LIGO MACHO": el título más cachondo de un artículo científico es idea de un español
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EL 'CLICKBAIT' DE LOS 'PAPERS'

"No LIGO MACHO": el título más cachondo de un artículo científico es idea de un español

También entre la crema de la crema de la cosmología hay que llamar la atención del lector, como hizo Miguel Zumalacárregui cuando decidió titular su artículo sobre agujeros negros

Foto: Zumalacárregui ha pasado los últimos años en la Universidad de Berkeley, en California
Zumalacárregui ha pasado los últimos años en la Universidad de Berkeley, en California

Es de justicia poética que el título más descacharrante de un 'paper' científico naciese entre las nubes. Tal vez sobre el océano Atlántico, las praderas del Medio Oeste estadounidense o el desierto de Arizona. Fue dentro de un avión camino a Berkeley donde al español Miguel Zumalacárregui se le ocurrió el chiste de su vida. ¿Y si bautizaba 'No ligo macho' —o, mejor dicho, 'No LIGO MACHO' — a ese trabajo científico que estaba cocinando?

El avión había despegado unas horas antes de París, donde Zumalacárregui había pasado las dos semanas anteriores en un congreso. "Por entonces llevaba casi un año trabajando en el proyecto que daría lugar al artículo y recuerdo que en algún momento había pensado que el nombre LIGO y el tema de los agujeros negros podía dar lugar a alguna broma", explica a El Confidencial el autor, Marie Curie Global Fellow de la Universidad de Berkeley.

Una de las correcciones que su jefe introdujo en la versión final era un comentario al pie que matizaba: "Tiene más gracia en español"

Desde su publicación hace un par de años, cada poco tiempo, 'No ligo macho' vuelve a viralizarse en redes sociales o foros. Hispanohablantes, claro, porque la gracia se pierde en la traducción. Pero pocos habían preguntando a 'Zuma' por el tema. "Poco antes había leído algunos artículos de los años 90, cuando el acrónimo 'MACHO' (Massive Compact Halo Object) era habitual para el tipo de modelos que yo estaba estudiando (ahora los llamamos 'agujeros negros primordiales', por lo que un juego de palabras era menos obvio)".

Dicho y hecho. El título provisional de su trabajo sería 'No ligo macho'. Y así se le conoce aún en el ámbito científico.

Una decisión que despierta alguna que otra pregunta.

"En los dos meses siguientes discutí mucho con mi jefe", recuerda Zumalacárregui. Se refiere al esloveno Uros Seljak, codirector del centro de Cosmología de Berkeley junto a Saul Perlmutter, Premio Nobel de Física 2011. Es decir, la crema de la crema de la cosmología. Vale, sabían mucho de la aceleración de la expansión del universo. Pero ¿pillaron el chiste?

"Él no habla español, así que solo al final le expliqué, tímidamente, la broma oculta en un título que a él le habría parecido normal. Al día siguiente una de sus correcciones al documento era una nota al pie que decía: 'This is funnier in Spanish', así que supe que le había gustado".

Y ahí se quedó. Un asterisco al final del título llama la atención sobre ese chiste perdido en la traducción.

Cinco académicos suecos se pasaron décadas introduciendo citas de canciones de Bob Dylan por una apuesta

No así en la versión publicada en 'Physical Review Letters', que recibió un título más genérico "sin dar detalles". Pero el físico no cree que se debiese al chiste, sino a que es común que en la literatura científica más generalista no se acepten acrónimos. En el título.

"No tengo forma de saber si entendieron la broma o indagaron en qué podía significar". Pero el chiste viene de lejos: el acrónimo MACHO, explica el investigador, ya se escogió con motivos humorísticos. El modelo alternativo era precisamente "WIMPS" ('weakly interacting massive particles'), es decir, "blandengue". Si es que hay que reírse.

Los 'easter eggs' de la ciencia

El caso de 'No ligo macho' es tan solo la punta del iceberg de dos tendencias cada vez más frecuentes en el ámbito académico. Por un lado, las bromas internas entre académicos, que han dado lugar a curiosas competiciones. Por ejemplo, la de los cinco científicos suecos que pasaron casi 20 años introduciendo versos de Bob Dylan en sus publicaciones. Quien consiguiese meter más citas se llevaría una cena en el restaurante Jöns Jacob de Estocolmo.

placeholder Ya lo cantó Dylan: 'The world of research has gone berserk'. (Reuters/Mark Makela)
Ya lo cantó Dylan: 'The world of research has gone berserk'. (Reuters/Mark Makela)

"Hay bastantes casos, aunque es imposible conocer cuántas sorpresas ocultas puede haber en la literatura científica", concede el científico español. "Los científicos somos muy frikis". Otro ejemplo, el artículo 'Un espectro recorre el cosmos', en el que el propio Zuma participó y que tiene un 'easter egg' oculto, revela el científico: si uno junta la primera letra de cada una de las líneas del 'abstract', obtiene un mensaje secreto. En este enlace pueden hacer la prueba.

Otros ejemplos de títulos cachondos recopilados por 'Science Alert': 'Serpientes en la nave espacial: una revisión de Python en heliofísica', 'Probablemente creas que este estudio va sobre ti: la percepción de los narcisistas sobre su personalidad y reputación', 'An-¡arrrr!-quía: leyes y economía de las organizaciones pirata', 'Levaduras fantásticas y dónde encontrarlas', '53 sombras de Hippo', 'La boca, el ano y el blastoporo: cuestiones abiertas sobre aperturas cuestionables' o mi preferida, 'El efecto de cenar con tu familia política en la composición de la microbiota de tu intestino'.

La otra tendencia es común al periodismo, la de titular fuerte para llamar la atención del lector. ¿Hay 'clickbait' en el mundo académico? "Cada vez más científicos aprovechan el titular para atraer la atención y hacer su trabajo memorable", explica Zumalacárregui. Aunque algunos viejos vicios sobreviven, como utilizar la voz pasiva "que sugiere que las cosas se hacen sin enfatizar que los científicos las hacen", es cada vez más común dejar la imaginación fluir.

El artículo recibió respuesta en otro trabajo llamado 'LIGO Lo(g)Normal MACHO'

"Tiene sentido porque hay muchísimos artículos que salen cada día en un área dada (la subsección de cosmología son docenas al día), y el título es la única parte que la inmensa mayoría lee, quizá de pasada. Si les interesa ya leerán el resumen, y si este les interesa a su vez abrirán el artículo y quizá algún día lo lean. Un buen título puede hacer que más gente se decida a prestar atención, incluso fuera de su campo. Aunque no creo que un buen título sustituya un trabajo bien hecho".

¿Como en el periodismo? "Por suerte el título no es la única forma de dar difusión a un trabajo: igual que la gente se envía artículos periodísticos que les parecen relevantes, también se comentan más los trabajos que generan interés, aunque pasen desapercibidos inicialmente". O, como en este caso, adquieren de vez en cuando una nueva vida cuando alguien vuelve a descubrir el chiste.

En el caso del de Zumalacárregui, este llego a tener respuesta en el ámbito académico, cuando Juan García-Bellido del CSIC, Sebastien Clesse y Pierre Fleury publicaron 'LIGO Lo(g)Normal MACHO: Primordial Black Holes survive SN lensing contraints'. Pero esa es otra historia.

Explicando el chiste

Hay, de hecho, un artículo académico sobre el 'clickbait', publicado por Gwilym Lockwood en 2016, en el que mostraba cómo el contenido científico había comenzado a utilizar las mismas herramientas que los medios de comunicación para llamar la atención del lector.

Aún estamos lejos de leer '4 razones por las que el gato de Schrodinger está vivo' o 'Este átomo sufrió una fisión y esto es lo que pasó'

Su vida va en ello: "No se trata de una cuestión de orgullo, los académicos son valorados y reciben financiación basándose en el impacto y las citas de sus artículos". Por supuesto, añadía, aún falta mucho para que veamos 'Este es el estudio sobre mecánica cuántica que debes leer', '4 razones por las que el gato de Schrodinger está vivo' o 'Este átomo sufrió una fisión y esto es lo que pasó', pero todo se andará. Los trucos más útiles, presentar los resultados de forma positiva y parafrasear la conclusión para hacerla más atractiva.

El propio Lockwood reconoce que él mismo lo hace. "Como investigador, es algo que intento hacer con mis propios títulos", explicaba en su estudio. "Trabajo sobre un tema tremendamente nicho, la iconicidad (es decir, cuánto se parece una palabra a su significado) de los ideófonos japoneses". No le había sorprendido, por lo tanto, que el título 'El simbolismo del sonido dispara el aprendizaje de nuevas palabras' fuese más leído que 'El simbolismo del sonido incrementa la tasa de reconocimiento en las tareas de aprendizaje de una palabra extranjera'.

placeholder La primera imagen de un agujero negro captada por el Telescopio del Horizonte de Sucesos (EHT). (EFE/Nasa)
La primera imagen de un agujero negro captada por el Telescopio del Horizonte de Sucesos (EHT). (EFE/Nasa)

Lockwood recordaba que estas estrategias eran útiles a la hora de conseguir atraer atención hacia su trabajo, y daba dos consejos: titular más corto e intentar realizar investigaciones "interesantes de verdad". Como añade Zumalacárregui, "una parte importante de la comunidad científica reconoce que es importante hacer su trabajo más atractivo. Una vertiente negativa de esto es exagerar la importancia de ciertos resultados, pero un toque de humor no hace daño a nadie".

¿Y qué es un MACHO auténtico?

Ya que ha llegado esta aquí, probablemente se estará preguntando qué son exactamente los machos del artículo del físico y por qué no ligan. Así que, a partir de aquí, le cedemos el micrófono a Zumalacárregui:

"Sabemos que en el universo la mayoría de la materia es de un tipo nuevo que no emite ni absorbe luz. Sabemos cuánta de esta 'materia oscura' hay (un 85% del total, solo un 15% son átomos y partículas conocidas), pero no sabemos de qué está formada y docenas de experimentos la han buscado durante décadas. Una hipótesis es que la materia oscura sean agujeros negros, que serían una forma de MACHO, u objetivo masivo, en lugar de partículas elementales, microscópicas. En 2015 el observatorio LIGO ('Laser Interferometer Gravitational-wave Observatory') detectó colisiones de agujeros negros, que llegaron a alguna gente a proponer que la clase de agujeros negros vistos por LIGO serían la materia oscura en el universo”.

La cantidad de agujeros negros en el universo no pueden ser la materia oscura. Por ello No LIGO MACHO

"Mi trabajo estudia el efecto que estos agujeros negros tendrían en observaciones de explosiones estelares, conocidas como supernovas del tipo la (este tipo de supernovas se usó para medir la aceleración del universo, por lo que le dieron el Nobel a Perlmutter y otros en 2011). El agujero negro no emite luz, pero deforma la trayectoria de la luz que pasa cerca de él, de manera análoga a una lente (piensa en la imagen de 'Interstellar'). Si los agujeros negros de LIGO fueran la materia oscura (en forma de MACHO), veríamos bastantes supernovas magnificadas, que no aparecen por ningún lado. Uros y yo usamos esto para poner límites a la cantidad de agujeros negros en el universo, que no pueden ser la materia oscura. Por ello No LIGO MACHO".

"Quiero resaltar que esta es una de varias formas de llegar a esta conclusión. Otros estudios emplearon técnicas complementarias, que llegan a las mismas conclusiones".

Si el artículo de Zumalacárregui se hubiese llamado simplemente 'Agujeros negros primordiales, materia oscura y observación gravitacional de supernovas tipo la', quizá, querido lector, no habría aprendido nada de esto.

Es de justicia poética que el título más descacharrante de un 'paper' científico naciese entre las nubes. Tal vez sobre el océano Atlántico, las praderas del Medio Oeste estadounidense o el desierto de Arizona. Fue dentro de un avión camino a Berkeley donde al español Miguel Zumalacárregui se le ocurrió el chiste de su vida. ¿Y si bautizaba 'No ligo macho' —o, mejor dicho, 'No LIGO MACHO' — a ese trabajo científico que estaba cocinando?

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