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Contracumbre escéptica en Madrid: "¿Dónde está la emergencia climática? ¡Si no la hay!"
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TRAEN SU PROPIA VERSIÓN DE LA CIENCIA

Contracumbre escéptica en Madrid: "¿Dónde está la emergencia climática? ¡Si no la hay!"

Un instituto libertario estadounidense organiza un simposio en un hotel madrileño para contrarrestar los argumentos oficiales sobre el cambio climático que se discuten en la COP25

Foto: Tres de los participantes en el 'Foro de realidad climática'. (The Heartland Institute/YouTube)
Tres de los participantes en el 'Foro de realidad climática'. (The Heartland Institute/YouTube)

Mientras cientos de delegados internacionales se reúnen en la cumbre del clima, a cinco kilómetros al sureste, el señor Christopher Monckton, tercer vizconde de Brenchley, se dirige a la audiencia congregada en el Hotel Madrid Marriott Auditorium: "¡No hay emergencia climática, el clima está estupendamente!", comienza diciendo. "El planeta no necesita ser salvado, ya fue salvado hace 200 años", en referencia al comienzo de la Revolución industrial.

Detrás de Monckton hay una presentación en PowerPoint con las palabras 'the death cult' —el culto de la muerte—, en referencia a quienes están reunidos estos días en Ifema, "los histéricos del cambio climático", a quienes el ponente británico, hoy vinculado al UKIP de Nigel Farage, vincula con las brigadas antifascistas. "¡Se están alineando con los comunistas como en 1932!".

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Aunque trabajó muchos años como periodista, Monckton no puede acceder a las conferencias organizadas por la ONU desde que se presentara en la cumbre climática de Doha (COP18) y se hiciera pasar por el representante de Birmania para gritar en la sala de plenos que "no hay cambio climático".

Monckton es uno de los invitados traídos a Madrid por el Heartland Institute, un 'think tank' libertario estadounidense que, siempre que hay una cumbre del clima, suele organizar un simposio de escépticos y negacionistas climáticos. El de este año, titulado 'Foro de realidad climática', ha tenido lugar en este hotel de las afueras.

placeholder James Taylor, del Heartland Institute, durante el foro.
James Taylor, del Heartland Institute, durante el foro.

El presentador del evento, James Taylor, proyectó un titular de prensa en el que Pedro Sánchez criticaba: "Solo un puñado de fanáticos niega la evidencia del cambio climático". El ataque por omisión le dio pie para defender que aquel foro estaba para decir las verdades que no se ven en los medios. "Dicen que somos un puñado de fanáticos por negar la evidencia", continuó Taylor, "y dicen que la ciencia está asentada, ¿acaso estaba asentada en 1990, cuando sobrestimaron el cambio climático?"-

"Lo que estáis viendo hoy es ciencia presentada, no opinión, podéis retar a los ponentes a que muestren sus hechos", exhortó al público este abogado del Heartland Institute. Los hechos que se presentaron a lo largo del día se oponían frontalmente a los que, según él, "se usan para justificar restricciones en el uso de la energía y restringir nuestras libertades".

Como suele ocurrir en este tipo de eventos escépticos, la ciencia empleada suele ser la respuesta adecuada a una pregunta equivocada. Por ejemplo, Taylor repasó uno por uno los 'mitos' en los que se asienta la ciencia climática 'mainstream'. Por ejemplo, para rebatir que el cambio climático estuviera produciendo más sequías, sacó un artículo de prensa de hace años donde se anunciaba que los Grandes Lagos estaban perdiendo agua debido a la evaporación y, a continuación, una serie de gráficas históricas que demostraban que actualmente esos lagos están en cifras máximas de capacidad.

Todo ello puede ser cierto, pero si uno quiere discutir el efecto del cambio climático sobre la sequía, quizá sería más conveniente mirar la evolución histórica de aquellas zonas particularmente afectadas.

placeholder Monitor de la sequía en Estados Unidos. (USDA)
Monitor de la sequía en Estados Unidos. (USDA)

Otro ejemplo: Taylor expuso al público madrileño la siguiente gráfica, elaborada por la NOAA —el abogado señaló que está elaborada con el USCRN, un 'dataset' más moderno, fiable y basado en las únicas 114 estaciones de medición de temperatura que contienen datos 'prístinos' y no manipulados—, que señala que desde 2004 hasta 2019 apenas ha aumentado la temperatura en Estados Unidos. Para cualquier persona no demasiado relacionada con el tema, la gráfica es incontestable. No sube.

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Por fortuna, no es la primera vez que Taylor —y tras él, toda la blogosfera escéptica— emplea este recurso, que ya ha sido contextualizado por algún científico climático como Zeke Haushafer, de la Universidad de California Berkeley, que publicó una refutación extensa de la gráfica de Taylor y compañía. En resumen, el análisis de 14 años de una tendencia a corto plazo (la anomalía anual) es demasiado breve como para observar una tendencia a largo plazo. Lo importante, dice Haushafer, es que el USCRN coincide con los anteriores métodos de medición, y así es como luce en una gráfica a más largo plazo.

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El aumento de temperatura es más que evidente en esta otra gráfica, pero no es esto lo que se vio durante la contracumbre escéptica. Tan solo un ir y venir de mapas, gráficos y datos que flotaban en pantalla durante unos pocos segundos y mostraban, inequívocamente, que quienes creían en el cambio climático antropogénico (provocado por el hombre) solo podían estar locos, como los romanos de Obélix.

De escépticos a negacionistas

Es difícil meter en el mismo cajón a todos los ponentes que desfilaron por el auditorio. Lo único que unía a todos los testimonios es su desconfianza en quienes están reunidos en la Feria de Madrid, promotores de algo que han dado en llamar "histeria", "locura", "secta" o "religión, no ciencia". Para unos, el objeto de su irritación era en parte científico, pero el componente económico del cambio climático pesaba bastante más, como se deduce de la aportación de Taylor.

O de la del chileno Douglas Pollock, que resumió los males del cambio climático en "más burocracia, regulaciones, impuestos, subsidios gubernamentales y el círculo vicioso de más impuestos para financiar esos subsidios".

Algunos, como Anthony Watts, antiguo meteorólogo de televisión devenido bloguero de éxito dentro de la esfera escéptica, apoyaron la existencia de un cambio climático aunque afirmaban que la homogeneización de los datos realizada por los científicos no era sino una manipulación para presentar las subidas de temperatura como mucho más pronunciadas en nombre del algoritmo. "¿Dónde está la emergencia climática?", se preguntaba, "realmente no la hay: toman datos prístinos y los modifican en nombre de la homogeneización, así pasan de un suave calentamiento a un calentamiento alarmante".

¿Dónde está la emergencia climática? Realmente no la hay

Watts se preguntaba por qué todos esos científicos y activistas de la COP25 insistían en negar esta evidencia suya: "Creen que están en una misión".

Otro de los participantes fue Guus Berkhout, un ingeniero holandés de 79 años. "Nos acusan de ser de derechas y estar pagados por las petroleras", denunció Berkhout, que trabajó para Shell en los años sesenta y este mismo año fundó la organización escéptica Climate Intelligence Foundation.

"No hay emergencia climática, no hay pánico, ningún planeta va a morir", añadió. "¿Por qué gastar billones de dólares en una emergencia que ni siquiera existe?".

A continuación, enumeró los puntos en los que, según él, las predicciones de la ciencia del clima han fallado más miserablemente: "El calentamiento es mucho más lento de lo que predijeron", "las políticas climáticas se basan en modelos inadecuados, y a modelos equivocados, políticas equivocadas", "el CO2 es la comida de las plantas y la base de la vida en la Tierra" y, por último, "el cambio climático no ha incrementado los desastres naturales".

En internet, pueden encontrarse estudios y artículos que contradicen (o matizan hasta prácticamente refutar) todos estos puntos, pero la gran mayoría de argumentos siguen volviendo a la superficie en foros como este. Por ejemplo, el de los modelos climáticos. En primer lugar, no hay un solo modelo sino varios que se comparan entre sí y con las mediciones de temperaturas para comparar su fiabilidad. He aquí un gráfico que muestra la media de los modelos con una línea negra, el rango de predicciones en una franja gris y por último las mediciones de cinco fuentes diferentes:

placeholder Fiabilidad de los modelos. (CarbonBrief)
Fiabilidad de los modelos. (CarbonBrief)

Evidentemente, todo esto se complica al aplicarse al futuro. Para el mismo escenario de emisiones, los modelos climáticos predicen que la temperatura podría aumentar 2ºC o más de 4ºC. Esta incertidumbre se corregirá con el tiempo, mejores algoritmos y superordenadores más potentes, pero pese a la horquilla, no parece descabellado concluir que si seguimos emitiendo como hasta ahora, la temperatura media del planeta en 2100 será más alta que ahora.

El exasesor de Trump

Uno de los ponentes más esperados en este foro era William Happer, fundador de la CO2 Coalition y asesor científico de Trump durante un año. Los asesores del presidente en la Casa Blanca bloquearon su plan para cuestionar la investigación pública en cambio climático, ya que vieron a Happer como una amenaza para la reelección de Trump y decidió marcharse.

placeholder El físico William Happer, a su llegada a la Trump Tower para reunirse con el presidente Donald Trump. (EFE)
El físico William Happer, a su llegada a la Trump Tower para reunirse con el presidente Donald Trump. (EFE)

En su charla, Happer no defraudó a los presentes: "Es mi primera vez en Madrid, lástima tener que haber venido para hablar de una inexistente emergencia climática", fueron sus primeras palabras. "El cambio climático es una religión, no una ciencia", añadió. Este mantra fue repetido por varios de los interventores, junto con este otro: "Claro que existe el cambio climático, el clima siempre ha cambiado, lo que no existe es el cambio climático antropogénico".

"El mundo está siendo confundido por la histeria climática", continuó diciendo, "y esperamos devolverles a la cordura". Luego explicó cómo "la contaminación en China lleva ahí siglos, desde Marco Polo, se debe a los vientos del desierto de Gobi y no podemos hacer nada contra ella".

Otro de los puntos de Happer reproducido por otros ponentes fue el ataque a las renovables, principalmente basado en una fotografía de la mujer del físico en un prado con placas solares al fondo. "Prefería la hierba verde antes que verla cubierta con esas placas grises", dijo antes de cambiar de diapositiva a una ladera llena de aerogeneradores. "Tampoco creo que esto sea bueno para el medio ambiente".

Perseguidos por pensar libremente

Inicialmente, el foro estaba previsto en el madrileño Hotel Intercontinental, sito en el paseo de la Castellana, pero finalmente se desplazaron hasta la A-2. El evento tuvo un perfil muy bajo, a lo que se añadió que una reunión similar que tuvo lugar hace un par de semanas en Múnich fue atacada por un grupo ecologista y se vio obligada a jugar al gato y al ratón para que los manifestantes opositores no descubrieran dónde iban a reunirse los escépticos.

El organizador de aquella reunión fue Wolfgang Müller, secretario general del EIKE (en alemán, Instituto Europeo para el Clima y la Energía), que también estuvo presente en Madrid. "El Instituto Heartland es todo un modelo luchando contra la locura climática", dijo sin entrar mucho en la cuestión. Taylor, sin embargo, tomó la palabra tras su intervención y relató el heroísmo de organizar aquella conferencia en Alemania. "Gracias a 30 valientes oficiales de policía que nos escoltaron...".

"Y si estamos en Madrid es porque Chile ha tratado de implementar precisamente lo que Naciones Unidas quiere implementar", añadió el presentador.

Mientras cientos de delegados internacionales se reúnen en la cumbre del clima, a cinco kilómetros al sureste, el señor Christopher Monckton, tercer vizconde de Brenchley, se dirige a la audiencia congregada en el Hotel Madrid Marriott Auditorium: "¡No hay emergencia climática, el clima está estupendamente!", comienza diciendo. "El planeta no necesita ser salvado, ya fue salvado hace 200 años", en referencia al comienzo de la Revolución industrial.

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