La última ocurrencia de Podemos: exigen "implementar una lengua de signos gallega"
Dos diputadas de En Marea solicitan por escrito a la mesa del Congreso de los Diputados medidas para "reconocer e impulsar" algo que los sordos gallegos, en realidad, no demandan
Quedan unos pocos días para las elecciones generales pero los estertores de esta última legislatura siguen escupiendo de vez en cuando alguna que otra curiosidad informativa, sin duda a la altura del que está siendo el periodo más 'sui generis' de lo que llevamos de democracia.
Hace unos días que el Gobierno de Pedro Sánchez, a través de la Secretaría de Estado de Relaciones con las Cortes, ha respondido a las preguntas que Ángela Rodríguez y Teresa Arévalo, diputadas de Unidos Podemos- En Comú Podem-En Marea, realizaron a principios de febrero de este año.
En una petición a través de la mesa del Congreso de los Diputados para exigir al Gobierno que tomara medidas para "reconocer e impulsar la lengua de signos gallega", al tiempo que le preguntaban cómo pensaban "paliar esta carencia lingüística".
El Gobierno se limitó a responder que "con relación al impulso de una lengua de signos gallega cabe señalar que correspondería a la citada Comunidad Autónoma, al ser la Administración competente en esta materia", pero aquí hay mucha tela que cortar aún.
¿Existe una demanda social por parte de los sordos gallegos de una lengua de signos propia?
Iker Sertutxa, presidente de la Federación de Asociaciones de Personas Sordas de Galicia (FAXPG) explica a Teknautas por teléfono —a través de una intérprete— que "no hay una demanda social para una lengua de signos gallega, desde la federación siempre hemos defendido las lenguas de signos que están reconocidas oficialmente en este momento a nivel estatal, que son la española y la catalana".
De hecho, una de las principales responsabilidades de la federación es precisamente la docencia en Lengua de Signos Española (LSE) que vienen realizando desde hace 25 años.
Esto no es incompatible con que, en cada CCAA, las personas sordas adapten esta lengua común a su realidad, creando variedades dialectales y usando signos distintos para determinadas cosas o conceptos. "Pero lo que es la gramática, estructura y parámetros propios de la lengua son los mismos", explica Sertutxa, "exactamente iguales, aunque puede ser que una misma cosa se diga distinto en Galicia, en Andalucía o en Madrid esto nunca afecta al entendimiento, nos entendemos igual".
En Galicia, por tanto, existen signos específicos que no se dan en otras partes de España, pero del mismo modo que un gallego dice "filloa" y un extremeño dice "perrunilla" para referirse a un postre habitual en cada región que no suele encontrarse en la otra.
"Pero esos signos no ofrecen un estatus o tienen el peso necesario para considerarse una lengua", explica el presidente de FAXPG. "No todas las palabras en castellano tienen un signo asignado, por ejemplo nosotros usamos uno para 'filloa' pero si te vas a Almería y preguntas a una persona sorda, sabrá lo que es una filloa pero desconocerá el signo que empleamos en Galicia". O del mismo modo, gente de otras comunidades que usan el signo de 'filloa' pero para ellos significa otra cosa.
Para que una lengua se reconozca como lengua tiene que haber un trabajo multidisciplinar que hasta ahora no se ha dado
"En la federación de sordos no hablamos de una lengua de signos gallega porque no tenemos nada que avale esa lengua como tal", explica, "para que una lengua se reconozca como lengua tiene que haber una investigación lingüística, un corpus, un trabajo multidisciplinar en las universidades que hasta ahora no se ha dado".
En resumen, si por ejemplo la TVG retransmite el telexornal, donde los diferentes políticos que aparecen alternan el castellano y el gallego, el intérprete que aparece en una pequeña caja abajo a la derecha va a traducir todo automáticamente a LSE.
Lo que sí demandan los sordos
Que las personas sordas en Galicia no demanden urgentemente una lengua de signos propia no significa que no tengan cosas que exigir a los políticos.
"La principal reivindicación que tenemos en este momento es conseguir una accesibilidad plena en cualquier ámbito de la vida diaria", dice Sertutxa, "una persona sorda, desde que se levanta hasta que se acuesta, tiene una necesidad comunicativa para hacer sus gestiones".
Esto es especialmente urgente en el ámbito sanitario, ya sea para dialogar con su médico de cabecera o ser atendido en una urgencia. "Tenemos una gran preocupación porque, si bien en horario diurno las personas sordas cuentan con un intérprete para asistirles cuando van al médico, por las noches y los fines de semana no contamos con nadie".
Las personas sordas contamos con un intérprete cuando vamos de día al médico, pero en horario de urgencias nadie nos ayuda
El presupuesto para este tipo de cosas se ha visto restringido y desde la Conselleria de Sanidade no han dado señales de querer mejorar esta situación. Actualmente, si una persona sorda se ve obligada a asistir a Urgencias, tendrá que buscarse a algún conocido o familiar que les ayude a salvar las barreras comunicativas.
"Al final nos convertimos en dependientes", detalla el presidente, "además, a veces las personas sordas no somos quienes sufren esas barreras, sino que muchos de nosotros tenemos hijos oyentes a los que tenemos que acompañar alguna vez a Urgencias y decirle al médico lo que le pasa al niño, no solo somos nosotros quienes padecemos esas barreras".
Quedan unos pocos días para las elecciones generales pero los estertores de esta última legislatura siguen escupiendo de vez en cuando alguna que otra curiosidad informativa, sin duda a la altura del que está siendo el periodo más 'sui generis' de lo que llevamos de democracia.