Marsupio, orejas de murciélago y piel de rana: así sería el cuerpo humano perfecto

¿Alguna vez se ha parado a pensar si el cuerpo humano está diseñado de la mejor manera posible para afrontar el día a día? No hay dudas a la hora de valorar que se trata de una de las máquinas más perfectas que se pueden encontrar en la naturaleza pero, por supuesto, siempre se pueden mejorar algunas de nuestras características. Así, la ciencia ha sido capaz de diseñar el cuerpo perfecto... eso sí, muy lejos del canon estético al que estamos acostumbrados.

Este miércoles, la 'BBC' presentará un programa titulado '¿Puede la ciencia hacerme perfecto?', en el que se analizará el ser humano y la manera en la que pueden mejorarse algunas de nuestras características físicas para dar con un cuerpo plenamente evolucionado. La encargada de llevar a cabo este experimento es la profesora de anatomía por la Universidad de Birminham y divulgadora literaria Alice Roberts, que ha utilizado su propio cuerpo para hacer un modelo optimizado en 3D.

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La tesis defendida por Roberts es clara: con el paso de los años -cientos, millones de ellos-, el cuerpo evoluciona, adaptándose a las necesidades del medio ambiente que le rodea. Pero, ¿qué pasaría si nosotros mismos fuéramos capaces de elegir cómo queremos evolucionar? Este es el experimento que ha aceptado Roberts y que, basado en adaptar una serie de características animales, ha querido acabar con algunos de los problemas que afectan de manera más común al ser humano.

"Me he inspirado en perros, gatos, cefalópodos, peces, cisnes y chimpancés. Gracias a las características de estos animales, mi modelo tiene un corazón mejorado, tiene más arterias que un ser humano, uno pulmones que son más eficientes, cuenta con ojos sin puntos ciegos, con oídos que captan mejor el sonido, con piernas más fuertes y ágiles y con una piel más eficiente que reacciona rápidamente para bloquear los dañinos rayos ultravioleta", asegura para explicar 'versión mejorada'.

Estéticamente cuenta con varios e importantes cambios con respecto a los seres humanos. En la cara, existen dos cambios principales: los ojos, mucho más grandes, profundos y con mayor campo visual, incluso capaces de tener capacidades para discernir imágenes en condiciones de poca luz; y, sobre todo, las orejas, puntiagudas como las de un murciélago para captar mejor los sonidos y poder obtener información a través de ellas que perdemos en nuestro rango auditivo actual.

Piernas de felino y bolsa marsupial

Pero las modificaciones más importantes están en el resto del cuerpo: las piernas, delgadas y estilizadas, se asemejan a la de los grandes felinos mientras que, los pies, pierden su forma en beneficio de tres grandes dedos, como si de un pájaro se tratara: "Cambié la agilidad por la velocidad cuando alteré mis piernas y reemplacé mis pies", confiesa. Pero, el principal cambio, se encuentra en el recubrimiento del cuerpo humano... y en la bolsa marsupial.

Roberts considera que la principal modificación genética que llevaría a cabo en su cuerpo tendría que ver con la piel, asumiendo la de las ranas, para hacerla más resistente y, sobre todo, con más capacidad para evitar el daño solar. Y, por supuesto, un marsupio para los más pequeños: "Después de haber dado a luz a dos niños, soy muy fan de tener la bolsa del canguro", asegura. Así es como la ciencia entiende que sería el cuerpo humano perfecto: ¿locura o realidad en miles de años?