Big Fucking Rocket: este es el nuevo juguete de Elon Musk para colonizar Marte en 2022
El fundador de Tesla y SpaceX avanza más detalles sobre sus planes para llegar a Marte. El cohete también serviría para hacer viajes en la Tierra a 27.000 kilómetros por hora
Todas las galaxias tienen en su centro un agujero negro y la galaxia de Elon Musk no iba a ser menos: está llena de astros brillantes, de planes y fenómenos capaces de engatusar nuestra imaginación pero en su interior sigue habiendo un enorme hueco que pone 'financiación'.
Como ocurrió hace exactamente un año en México, Elon Musk ha vuelto a escoger el Congreso Internacional de Astronáutica (IAC) cuya 68º edición comenzó hoy en Adelaida (Australia) para avanzar más detalles de su plan para colonizar Marte en los próximos años. "El futuro será mejor si somos una especie multiplanetaria que si no", ha vuelto a reiterar.
El plan que detalló en 2016 consistía en un sistema de transporte interplanetario (ITS) compuesto de cohetes reutilizables hasta 12 veces que, una vez amartizados, serían capaces de transformar el CO2 y agua de la atmósfera marciana en metano y O2 para obtener la energía suficiente para volver a la Tierra. Sin embargo, el magnate reconoce, un año después, las carencias de aquel sistema.
Para financiar los 10.000 millones de dólares que costaría llevar a Marte a cada tripulante, Musk proponía cosas como un 'crowdfunding' o incluso, "robar calzoncillos", en referencia a un episodio de la serie 'South Park' en la que unos gnomos exponían tal modelo de negocio. Horas antes de su anuncio, el fundador de Space X reconocía lo poco lucrativo que resultaba ese plan.
Prev ideas for paying ~$10B dev cost incl. Kickstarter & collecting underpants, which turned out to be um... less lucrative than expected
— Elon Musk (@elonmusk) 27 de septiembre de 2017
Este año, Musk se ha centrado en los retos técnicos a largo plazo que supondrá tan ambicioso plan.
Big Fucking Rocket
Para lograrlo, Musk ha reflexionado que el vehículo que nos lleve hasta allí debe ser diferente y mucho más grande que los modelos probados hasta ahora en SpaceX: el Falcon 9 o el Heavy. Su nuevo objeto de capricho se llama BFR (acrónimo de Big Fucking Rocket), un cohete más grande que el Saturno V, totalmente reutilizable y con, según Musk, el coste por lanzamiento más pequeño de toda la carrera espacial desde sus inicios.
"Si acabé dirigiendo el diseño de un cohete como CTO de Space X no fue porque yo quisiera, era porque no podía contratar a nadie bueno en aquellos días", ha comenzado diciendo.
Necesitamos que todos los recursos para nuestros actuales cohetes vayan a este nuevo sistema
El fundador del Space X ha llegado a una conclusión: "Necesitamos un sistema que canibalice a todos nuestros vehículos y los haga redundantes, para que así todos los recursos de Falcon 9, Heavy o Dragon", los modelos actuales de cohetes de la empresa, "vayan a este nuevo sistema". Los últimos 16 lanzamientos del Falcon 9, su modelo de cohete capaz de aterrizar de pie y reciclar gran parte del sistema, han sido exitosos, ha dicho Musk entre aplausos.
El nuevo BFR tendrá nueve metros de diámetro y 48 de largo. Gran parte del interior del proyectil sirve para los motores y para almacenar el combustible, pero la parte habitable prevé unos 825 metros cúbicos de espacio (más que la cabina de un A380) para cobijar 40 camarotes, cada uno de ellos para 2 ó 3 personas. "En total, unas cien personas en cada viaje a Marte", ha precisado.
En la presentación ha podido verse que la nave también contará con un refugio para tormentas solares, aunque Musk no ha precisado nada al respecto.
Moon Base Alpha y Mars City
Hablando entrecortadamente pero con pasión, el excéntrico australiano ha acabado por convencer a su audiencia en el IAC de Adelaida explicando que la primera misión de carga a Marte está prevista para 2022. "No es una errata, es una aspiración", ha respondido Musk ante los murmullos, "cinco años me parece bastante tiempo".
Antes, sin dar muchos detalles y en una mezcla de la mejor ciencia ficción y la peor planificación, ha insinuado que realizarán pruebas de aterrizaje en la Luna, donde podría llegar a construirse una base, la Moon Base Alpha: "Estamos en 2017, ya deberíamos tener una base lunar, ¿qué demonios está pasando?", ha dicho entre aplausos. Sin embargo, poco más sobre sus funciones o coste.
Estamos en 2017, ya deberíamos tener una base lunar, ¿qué demonios está pasando?
En Marte, la primera misión será no tripulada, principalmente para comprobar la disponibilidad de agua y la capacidad del BFR para generar combustible en la superficie marciana. Si todo marcha según lo previsto, el primer ser humano pisaría el suelo marciano en 2024. Musk ha mostrado la recreación de un aterrizaje en el que el cohete tardaría, exactamente, 473 segundos en quedar erguido sobre la superficie de Marte.
Y una vez en Marte, llega la fantasía de muchos BFR aterrizando y despegando, una ciudad digna de 'Star Wars' extendiéndose ante los ojos de los asistentes al congreso de astronáutica y un Musk sonriente, sabedor de tener a todo ese público y muchos miles más de personas en el bolsillo.
Y como en las presentaciones de Apple... una cosa más.
Un renderizado de personas usando el BFR de Space X para viajar de Nueva York a Shanghai en 39 minutos. Con un cohete que despega y aterriza verticalmente y se traslada a 27.000 kilómetros por hora, cualesquiera dos puntos de la Tierra estarían a menos de una hora. Éxtasis final que no sirve para ocultar las muchas preguntas que quedan sin responder, y ahora Elon Musk tiene un año menos para hacerlo.
Todas las galaxias tienen en su centro un agujero negro y la galaxia de Elon Musk no iba a ser menos: está llena de astros brillantes, de planes y fenómenos capaces de engatusar nuestra imaginación pero en su interior sigue habiendo un enorme hueco que pone 'financiación'.