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Los portátiles se están transformando: es una idea maravillosa, pero no sé para qué usarla
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Más pulgadas que nunca

Los portátiles se están transformando: es una idea maravillosa, pero no sé para qué usarla

La oficina portátil tiene forma y son dos pantallas unidas por una bisagra. Probamos uno de los modelos más vistosos para saber qué ofrecen este tipo de ordenadores y qué alternativas hay

Foto: (Carlos Martínez)
(Carlos Martínez)

Es una tendencia que en el pasado CES de Las Vegas volvió dejar algunos ejemplos interesantes. El concepto de portátil que tenemos todos en mente se está transformando en múltiples direcciones y una de las que más están dando que hablar es la idea de calzar a estos aparatos dos pantallas. Lenovo tiene en su catálogo uno de esos modelos, que sorprende nada más tenerlo en las manos.

Con una magnífica construcción y una calidad de imagen sorprendente, la propuesta busca revolucionar la multitarea y la productividad con un planteamiento que solo las mentes más creativas sabrán exprimir al máximo. Y ese es quizá mi problema. No tengo tanta imaginación para aprovecharlo.

Lo que comenzó siendo un concepto se hizo realidad no hace mucho. El primer portátil plegable de Lenovo, el ThinkPad X1 Fold 16, presumía de contar con una pantalla plegable de 16 pulgadas que se doblaba por la mitad y convertía el equipo en un portátil de 12 pulgadas. La idea, recién llegada del futuro, sorprendía, pero su precio de 5.000 euros lo convertía en un producto casi irreal.

Quizás ese aprendizaje desarrollado con dicho modelo ha permitido bajar un escalón en futurismo y subir un par más en practicidad y viabilidad, y eso nos ha llevado al Yoga Book 9i, un equipo más terrenal y que básicamente ofrece un precio más alcanzable, aunque como ya veremos más adelante, no tan económico como podrías esperar. Lo hemos estado probando a fondo y nuestra experiencia con este modelo concreto nos sirve también para hacer un juicio general de este formato y ver qué nos puede aportar y qué no.

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(Carlos Martínez)

Un diseño espectacular

A simple vista, podríamos pensar que estamos ante dos tablets de Samsung pegados uno encima del otro, y es que los biseles metálicos de bordes redondeados recuerdan inevitablemente a los tablets coreanos de hace unos años. El equipo cuenta con una construcción envidiable, muy robusta y de excelente acabado, más cercana a un teléfono de gama alta que al de un portátil al uso.

La sorpresa llega al abrirlo, ya que es ahí donde descubrimos que se esconden dos pantallas. Nada menos que dos paneles OLED con resolución de 2.880 x 1.800 píxeles que sorprenden por definición y por calidad de imagen, siendo ambos táctiles y con soporte para el stylus que llega con el equipo.

Estéticamente es muy limpio, tanto, que reduce los puertos a tres USB-C para controlar absolutamente todo. Puede llegar a ser un problema para usuarios que sigan usando el clásico pendrive y periféricos con USB-A, pero a estas alturas abrazar el nuevo puerto no debería de ser nada traumático.

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(Carlos Martínez)

Una experiencia por partida doble

La idea de eliminar el teclado para colocar una segunda pantalla no es ninguna locura. El objetivo aquí es que el portátil pueda adoptar diferentes formas para disfrutar de un sistema de monitor dual de la misma manera que si tuvieras un portátil con un monitor externo conectado a él. Y lo cierto es que funciona, y muy bien.

La clave está en la incorporación de una funda con pliegues al estilo origami que se transforma en una especie de atril en el que poder apoyar el equipo, y poder disfrutar de un formato de pantalla mucho más grande y funcional. Aquí es donde entra en juego el teclado Bluetooth que se incluye en la caja, porque sí, también hay teclado físico.

Se trata de un teclado de perfil bajo que resulta muy cómodo de transportar (el stand-atril es precisamente su funda), y que una vez conectado será el accesorio que nos permita trabajar con esa doble pantalla que tenemos frente a nosotros.

Colocada en formato libro, resulta muy cómodo poder contar con una fuente de texto a un lado mientras escribimos en la otra pantalla

Colocada en formato libro, resulta muy cómodo poder contar con una fuente de texto a un lado mientras escribimos o anotamos apuntes en la otra pantalla. Por otro lado, si optamos por la colocación en vertical, la pantalla superior pide a gritos una retransmisión en directo o cualquier contenido multimedia reproduciéndose, mientras que en la pantalla inferior intentamos terminar con algunas tareas. Es la comodidad de poder trabajar con dos monitores simultáneamente, pero con la peculiaridad de ser un único equipo que se pliega.

Dejando a un lado el atril, también podremos doblar las pantallas a modo de tienda de campaña para que dos personas puedan usar el portátil al mismo tiempo. Eso sí, no podrán interactuar ambos a la vez tocando la pantalla, ya que sigue existiendo un único puntero de ratón, por lo que estarías llevándolo de un lado a otro constantemente, causando caos y confusión. La idea es poder hacer presentaciones a alguien, o incluso dejar que vean algún contenido multimedia mientras sigues trabajando al otro lado.

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(C. Martínez)

La dependencia del 'software'

El problema es que para Windows no estamos más que ante un equipo de 13 pulgadas con una pantalla externa de similares dimensiones conectada a su lado, y eso no permite dar vida por completo a la idea que Lenovo tiene con su Yoga Book i9. Para conseguirlo, el fabricante ha tenido que preparar un software a medida que llega preinstalado y que controla en todo momento el comportamiento de las ventanas. Y es con esto donde llegan algunos problemas.

Son tantas las opciones y posibilidades que se pueden llegar a dar, que hay acciones que no llegan a ser intuitivas. Por ejemplo, pasar ventanas de una pantalla a otra es sencillo y natural utilizando el ratón, pero extremadamente complicado con gestos táctiles sobre la pantalla.

Si pulsamos ocho dedos en la pantalla aparecerá el teclado virtual, y si pulsamos tres, un trackpad virtual nos permitirá controlar el puntero por la pantalla, recibiendo respuesta háptica cuando pulsamos los botones. Al final, lo más natural es volver al teclado físico, y es aquí donde Lenovo tiene preparado otro de sus trucos.

Al colocar el teclado sobre la pantalla inferior, unos imanes integrados hacen que el resto de pantalla visible se ajuste para ofrecer widgets de información o el trackpad virtual dependiendo si colocas el teclado en la parte superior o inferior de la pantalla. Es una acción extremadamente original y que permite usar el equipo como un portátil tradicional, y es que por mucha pantalla táctil con teclado virtual que se incluya, nada podrá sustituir al teclado físico de siempre. Está más que comprobado.

Una bisagra que sostiene todo

Pero si hay un elemento clave en este producto es, por extraño que parezca, su bisagra. En todo este tiempo que he estado usado el Yoga Book i9, abrir y cerrar las pantallas es una experiencia completamente fiable. Muy pocos productos me han devuelto una sensación de robustez tan firme como la que ofrece la bisagra de este equipo, y eso es algo extremadamente importante cuando estamos ante un dispositivo que va recibir plegados constantes día tras día.

Pero aún hay más, y es que los ingenieros de Lenovo han aprovechado el hueco generado por el sistema de bisagras para esconder un sistema de audio firmado por Bowers & Wilkins que suena francamente bien, con agudos y, especialmente graves, que piden protagonismo.

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(C. Martínez)

Una curva de aprendizaje dura y necesaria

Comenzar a trabajar con el Yoga Book i9 no será fácil para todos los usuarios. Lenovo te bombardeará desde el minuto uno con su software preinstalado para que no te dejes en el tintero ninguna posibilidad con el equipo, invitándote a probar los cinco modos de interacción con la doble pantalla, aprender a gestionar las ventanas entre pantallas, y personalizar algunos gestos y acciones.

El problema es que este menú de bienvenida es prácticamente un curso intensivo de conceptos y acciones que deberás aprenderte al dedillo para poder trabajar cómodamente con el equipo día a día. Y esto no va de saber qué es la barra de inicio o que la X cierra la ventana. Aquí hay gestos, pulsaciones con varios dedos, gestión avanzada de ventanas y mucho más, y lo peor es que el software está en inglés, así que aquellos que no controlen demasiado el idioma se perderán aún más entre tantas opciones.

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Foto: C. Martínez.

Un equipo único para mentes inquietas

El Yoga Book i9 es uno de los portátiles más originales y atrevidos que he visto en los últimos años. La decisión de montar dos pantallas eliminando el teclado físico se ha gestionado muy bien con la incorporación de un teclado Bluetooth muy compacto que no costará llevar junto al equipo. Eso sí, el uso de ratón es imprescindible, ya que el trackpad virtual no es especialmente cómodo para las exigencias de la multiventana, así que por lo que cuesta, nos hubiera gustado ver también un ratón incluido en la caja.

La cantidad de funciones y posibilidades hacen que este producto no encaje a todo el mundo, ni siquiera al propio Windows, que ha necesitado de la propia ayuda de Lenovo para que el sistema operativo sea capaz de entender qué quiere hacer exactamente el fabricante con su doble pantalla. Y ese es posiblemente el mayor hándicap que se aplica al producto.

Ni siquiera su prohibitivo precio de 2.299 euros nos parece tan grave teniendo en cuenta las especificaciones y las posibilidades del producto. Es el equipo perfecto para aquellos que necesiten una oficina portátil, y eso para muchos, no tiene precio.

Doble pantalla a menor precio

Si nos centramos a la experiencia de disfrutar de una segunda pantalla que poder llevar donde quieras, la alternativa más viable que podemos encontrar es la de comprar un monitor externo USB-C. Hoy en día existen modelos muy compactos y portátiles que únicamente necesitan conectarse a un puerto USB-C para funcionar, por lo que se convierten en la solución idónea a nivel de portabilidad.

Hay modelos que parten de los 100 euros, por lo que son accesorios muy económicos que prácticamente solucionan la idea de contar con una segunda pantalla que puedas transportar en la mochila junto a tu actual portátil.

Monitor portátil KOORUI 15,6" para PC Monitor portátil COOLHOOD 15,6" para PC

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Es una tendencia que en el pasado CES de Las Vegas volvió dejar algunos ejemplos interesantes. El concepto de portátil que tenemos todos en mente se está transformando en múltiples direcciones y una de las que más están dando que hablar es la idea de calzar a estos aparatos dos pantallas. Lenovo tiene en su catálogo uno de esos modelos, que sorprende nada más tenerlo en las manos.

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