Un usuario de Airbnb desvela el insólito lugar en el que le han colocado una cámara: ¿es legal?

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Ian Timbrell es un hombre británico de 41 años que ejerce como presentador de un podcast titulado Staffroom Soapbox. El pasado 16 de noviembre de 2023 compartió en su cuenta de X (Twitter) una publicación que, actualmente, alcanza los 1,5 millones de reproducciones y que cuenta con más de 5.000 comentarios. En ella mostraba el insólito lugar en el que el propietario de la vivienda que había alquilado a través de Airbnb había colocado una cámara de seguridad.

En concreto, el sitio escogido por el casero fue entre dos cojines del sofá del salón. El propio usuario se pregunta en el tweet si es “¿normal o raro?”, tras lo cual lanza una pregunta a sus seguidores: “¿me equivoqué al desconectarlo? ¡Me parece una gran invasión de mi privacidad!”. Miles de personas empezaron automáticamente a debatir si realmente era legal colocar la cámara ahí o no.

La respuesta que Ian Timbrell ha decidido destacar por resultar de mayor utilidad es la de un usuario llamado Andrew Norlth. En ella le pregunta si el casero le comentó que la cámara estaba situada allí. Después, apostilla que “si no lo ha hecho, es una invasión de tu privacidad que debes denunciar a Airbnb. Puedes exigir el reembolso completo del pago”. A esto contesta el afectado que ya tiene dicho reembolso y que ha sido una experiencia “espeluznante”.

¿En España también es ilegal?

En primer lugar, hay que echar un vistazo a los términos y condiciones de Airbnb. En concreto, al apartado 'Uso de cámaras y dispositivos de grabación'. Aquí se indica claramente que “para garantizar la tranquilidad de los huéspedes y los anfitriones”, la compañía permite la adopción de medidas de seguridad como son “las cámaras de seguridad y los dispositivos de control de ruido”. Eso sí, siempre que “no vulneren la privacidad de ninguna persona y sean indicados claramente en el anuncio”.

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Por tanto, esconder una cámara de seguridad dentro de una vivienda puesta en alquiler a través de Airbnb no está permitido. De hecho, la compañía va un paso más allá y especifica claramente que no se pueden colocar de esta manera en las zonas comunes. Tampoco se pueden situar, ni siquiera a la vista, en zonas privadas, como pueden ser “los dormitorios, los cuartos de baño o cualquier zona común que pueda utilizarse para dormir”. Aquí entrarían los salones y salas de estar dotadas con sofás cama.

La consecuencia más evidente de ocultar una cámara a la que tendrá que hacer frente el propietario de la vivienda es la devolución del pago recibido. Sin embargo, no es la única. Si el usuario cree que ha sido grabado en una situación privada (por ejemplo, duchándose o manteniendo relaciones sexuales con su pareja), puede denunciar al propietario ante la justicia ordinaria. No olvidemos que es un delito contra la intimidad tipificado en el artículo 197 del Código Penal que conlleva penas de prisión de entre uno y cuatro años y multas de entre 12 y 24 meses.