Es noticia
"Me pedían 400 euros y lo arreglé por 5": tienes derecho a 'hackear' tu nevera (pero lo niegan)
  1. Tecnología
LA UNIÓN EUROPEA EXIGE LA REPARACIÓN

"Me pedían 400 euros y lo arreglé por 5": tienes derecho a 'hackear' tu nevera (pero lo niegan)

Casi un año después de que entrase en vigor el derecho a reparación, la mayoría de los fabricantes siguen enrocados en su posición de sustituir por dispositivos nuevos

Foto: El movimiento 'reparacionista' gana adeptos cada día.
El movimiento 'reparacionista' gana adeptos cada día.

En Radicalizado (Capitán Swing, 2022), el periodista Corey Doctorow narra una distopía futurista en la que Salima, una refugiada, se encuentra con que no puede utilizar su horno. Diseñado para que solo funcione con un tipo de pan concreto, el aprobado por el fabricante del aparato, a Salima no le queda otra opción que buscar un software pirata para poder seguir tomando su desayuno caliente. Fascinada con la experiencia liberadora, la refugiada irá modificando el software a todos sus dispositivos caseros, lo que le empuja a liderar, a la postre, una revolución ciudadana que pasa por romper las cadenas invisibles con las que les tienen maniatados las grandes tecnológicas.

Y ya sabe que la ciencia-ficción, cuando es buena, termina por cumplirse. La semana pasada Jesús Rodríguez (más conocido como ChuxMan), un analista de sistemas de Alcobendas, se encontró con que su lavadora no funcionaba. Acostumbrado al cacharreo, decidió abrirla: "Descubrí que estaba llena de cucarachas. Hay un bar debajo de mi casa y todos los vecinos tenemos problemas con estos insectos. Pero vi que las cucarachas solo habían afectado a la fuente de alimentación y a un microcontrolador del chip, dos piezas baratas y de fácil sustitución", dice a este periódico.

Rodríguez contactó con el servicio técnico de su lavadora, de marca Beko, para que le suministrasen las piezas. "Me dijeron que la única opción era cambiar la placa entera, que tiene un coste muy cercano al de la lavadora entera. Vamos, que no querían reparármela, salía más a cuenta comprarse una nueva", dice el informático. De modo que se decidió por comprar el controlador en Aliexpress, con un valor de 5 euros. Ya solo le hacía falta el firmware del chip, un software propietario de Beko imprescindible para que todo funcione como se diseñó. "Me dijeron que ellos no enviaban el firmware y que dejase de intentar arreglar el aparato, que eso no se arreglaba como un ordenador", afirma.

"Así que me colé por una puerta trasera y descargué todo el firmware", continúa Rodríguez. "Si todo va bien, cuando me llegue el controlador, le reinstalaré el firmware y me habré ahorrado cientos de euros".

Rodríguez está acostumbrado a que las empresas se nieguen a reparar sus productos. Durante el tiempo que se dedicó a arreglar equipos informáticos notó que el fenómeno ha calado también en los consumidores. "Me traían portátiles con averías muy pequeñas, que se resolvían con una pieza de 30 euros, pero la mayor parte de los dueños preferían comprarse uno nuevo", lamenta. "Es una situación que se nos ha ido de las manos. Por ejemplo, los teclados Apple están fabricados con dos membranas concebidas para que se desgasten. Además, las piezas conductoras son tan finas que, con que se te caiga un poco de agua, ya tienes que tirar cien euros a la basura, no hay forma de arreglarlo".

Tienes derecho a que reparen tus dispositivos

Las tecnológicas han tendido una trampa en la que hemos caído los consumidores. Poco a poco, los fabricantes han ido añadiendo firmware propietario en sus dispositivos con el objetivo de que ningún servicio técnico ajeno pueda repararlos. Pero era solo la primera fase: una vez que se han convertido en los únicos que pueden diagnosticar sus aparatos, han decidido dejar de repararlos. Comprar uno nuevo es mucho más lucrativo, con independencia de que la gran mayoría de las averías se podrían solucionar de forma más económica.

En octubre de 2018, la cadena CBS llevó un Macbook Pro a una Apple Store para que lo arreglasen. Los síntomas del fallo eran que la pantalla se quedaba en negro. Los técnicos diagnosticaron un daño por humedad que implicaba el cambio de la placa al completo: 1.200 dólares. No obstante, los periodistas después se lo llevaron a Louis Rossman, activista por el rigth to repare en Estados Unidos, que pudo arreglarlo simplemente colocando un pin.

placeholder El activista Louis Rossman. (YouTube)
El activista Louis Rossman. (YouTube)

Rossman es una de las caras conocidas del right to repare, un movimiento que exige a los fabricantes dejar de diseñar obstaculizando las reparaciones y favoreciendo así la obsolescencia programada. A grandes rasgos, se articula en tres peticiones: que se diseñe modularmente, que se oferten piezas de repuesto para el usuario y que se informe, antes de la compra, de la capacidad de reparación que tiene un dispositivo.

Durante los últimos años, Rossman ha centrado su ataque en Apple, a la que ha acusado de inflar los precios, propiciar la obsolescencia programada e incluso impedirle el acceso a los materiales. "Llevo muchos años comprando baterías de Apple a China para mis reparaciones", dice el activista en uno de sus vídeos. "Bien, pues desde que he empezado a criticar a Apple en público, me he encontrado con una sorpresa: ahora el servicio de aduanas de Estados Unidos considera que mis compras a China son contrabando, así que me las retiene sin darme más explicaciones. Tengo miles de dólares retenidos, pero no se me ha acusado de nada".

"Es triste que los fabricantes demanden a usuarios cuando tendrían que poner sus barbas a remojar porque la ley está ahí"

Mientras que en Estados Unidos la guerra por las reparaciones está en todo lo alto, en Europa, y concretamente en España, todo debería estar resuelto. A finales de 2020, Europa aprobó una directiva por la que obliga a los fabricantes a reparar un dispositivo durante sus primeros diez años de vida. El Gobierno de Sánchez fue más allá, modificando la Ley General de Defensa de los Consumidores, con la ampliación del mínimo para las garantías de productos de dos a tres años y ahora los consumidores tienen hasta cinco años de plazo para reclamar la avería, siempre y cuando se haya producido durante los tres años cubiertos en la garantía.

Y, sin embargo, los engaños como el que sufrió Jesús Rodríguez suceden a diario. "A los de Beko los estoy esperando. Sé que no les gusta lo que he hecho, y menos que lo haya dicho en público, pero sé perfectamente que estoy cumpliendo la ley", dice el analista. "Es triste que a estas alturas sepamos que denunciar estas situaciones nos puede meter en un juicio, cuando lo que deberían estar haciendo el resto de los fabricantes es poner las barbas a remojar, porque la ley está ahí, aunque no quieran mirarla".

En Radicalizado (Capitán Swing, 2022), el periodista Corey Doctorow narra una distopía futurista en la que Salima, una refugiada, se encuentra con que no puede utilizar su horno. Diseñado para que solo funcione con un tipo de pan concreto, el aprobado por el fabricante del aparato, a Salima no le queda otra opción que buscar un software pirata para poder seguir tomando su desayuno caliente. Fascinada con la experiencia liberadora, la refugiada irá modificando el software a todos sus dispositivos caseros, lo que le empuja a liderar, a la postre, una revolución ciudadana que pasa por romper las cadenas invisibles con las que les tienen maniatados las grandes tecnológicas.

Tecnología
El redactor recomienda