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El órdago de Elon Musk a los trabajadores de Twitter le sale mal: dimiten en masa
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CIERRA LAS OFICINAS PARA EVITAR SABOTAJES

El órdago de Elon Musk a los trabajadores de Twitter le sale mal: dimiten en masa

El magnate dio 36 horas para que los trabajadores se pronunciasen sobre su continuidad en la compañía, avisándoles de que "solo rendimiento sobresaliente sería un aprobado". Elproblema, es que corre el riesgo de perder empleados clave

Foto: Foto: Dado Ruvic.
Foto: Dado Ruvic.
Las claves
placeholder 44.000 millones por una 'casa en ruinas': el futuro de Twitter con Elon Musk

44.000 millones por una 'casa en ruinas': el futuro de Twitter con Elon Musk
Mario Escribano Manuel Ángel Méndez Laura Martín Rocío Márquez Pablo López Learte Fernando Anido Luis Rodríguez

Las oficinas de Twitter vuelven a estar cerradas a cal y canto. Elon Musk lanzó esta semana un órdago a sus trabajadores y todo parece indicar que le ha salido mal. Pretendía transmitir la idea de que quien se quedase lo tenía que hacer con un compromiso superlativo, que aquello no iba a ser un vergel y que se aproximaban tiempos muy duros. Daba 36 horas para responder afirmativamente a un correo electrónico. Y cientos de empleados de la compañía han hecho justamente lo contrario. Han rechazado el ultimátum del magnate y han dado pie a una salida masiva que se materializará este mismo viernes.

"Solo un rendimiento excepcional constituirá un aprobado", rezaba la comunicación enviada por Musk, en el que hablaba de un Twitter 2.0. Un Twitter 2.0 en el que no habría espacio para beneficios como el teletrabajo. Recuperar la presencialidad fue una de las primeras medidas que impuso el nuevo dueño de la red social junto a otras medidas como retomar una semana laboral de 40 horas. Todo eran avisos de que el nuevo dueño iba a dar una vuelta de calcetín a la cultura corporativa de la plataforma.

Foto: El CEO de Meta, Mark Zuckerberg, en una imagen de archivo. Foto: Reuters.

Está por ver el alcance final de la gran dimisión de Twitter, pero se da por supuesto que no será cosa de unos pocos. Un ejecutivo con conocimiento del asunto citado por la CNN "habla de éxodo masivo". Una versión también confirmada por el New York Times, que, citando fuentes de la empresa y correos internos, cifra en cientos los trabajadores los que se habrían adherido a la opción de marcharse. No se van con las manos vacías. Los que hayan decidido bajarse del barco recibirán, tal y como se adelantaba en el correo electrónico, una indemnización por valor de tres meses de salario. Según el rotativo estadounidense, el propio Musk mantuvo reuniones en las últimas horas con empleados claves para la compañía, que estaban dispuestos a marcharse, para intentar disuadirles.

Con las 1.200 salidas, Twitter se queda con apenas 2.000 empleados. Hace 15 días tenía 7.000

Varios medios, entre ellos Fortune y el NYT, señalan que la cifra podría ser dehasta 1.200 los empleados que habrían optado por dejar la compañía. En caso de confirmarse, la red social habría pasado en menos de un mes de tener 7.000 empleados a tener menos de 2.000 personas en plantilla.

Miedo a "sabotajes"

La empresa teme que el descontento entre los trabajadores se convierta en un polvorín incontrolable y tomen represalias. Por ese motivo, ha tomado la decisión de cerrar las oficinas debido al temor de que algunos "pudieran sabotear la red social". Han pedido a los empleados que estaban presentes que abandonaran las instalaciones hasta el próximo lunes 21 de noviembre. Unas oficinas que han sido escenario de una particular protesta la pasada madrugada. Durante la noche se proyectaron mensajes luminosos sobre la fachada que alertaban de la bancarrota de la compañía y atacaban a Musk por su gestión.

La situación ha cambiado radicalmente en el poco tiempo transcurrido desde que Musk tomó posesión del cargo entrando con un lavabo a cuestas y a grito pelado por la recepción de las oficinas centrales de la compañía. Aquella fue su particular manera de avanzar al mundo que finalmente la operación de compra por 44.000 millones se había cerrado. Todo sin la necesidad de llegar a un juicio que él mismo forzó tras varios meses jugando al despiste e intentando deshacer el acuerdo.

Los primeros sacrificados fueron los miembros del consejo de dirección. En su primer día, varios ejecutivos fueron despedidos con compensaciones millonarias. Poco después cercenó la mitad de la plantilla, con la justificación de que la compañía perdía una millonada a diario. Es cierto que Twitter solo ha conseguido beneficios en dos ejercicios, 2018 y 2019. Pero las medidas han impactado poderosamente, tanto por el número despidos como por la premura con la que se han ejecutado.

Musk ha exprimido este relato. En una de las comunicaciones a los trabajadores incluso puso sobre la mesa que la "bancarrota" era una opción posible si no se conseguía corregir la situación financiera, en medio de una fuga tremenda de anunciantes que han paralizado inversiones y campañas publicitarias. Hace unos días, el propio Musk movía ficha para aliviar todo esto. Utilizó una de sus empresas, SpaceX, para contratar una campaña publicitaria de productos como StarLink, su solución de internet vía satélite.

Tras miles de despidos... los errores

Con 3.700 empleados despedidos de la noche a la mañana, muchos departamentos quedaron en una situación delicada. El problema no tardó en aflorar: había despedido a personas clave para el buen funcionamiento de la red social y no tardó en pedirles que volvieran para remediar algo que amenaza con convertirse en un caos sobrevenido. Una percepción que ha corrido como la pólvora entre la comunidad y que no ha tardado en convertir en tendencias de la jornada conceptos como #Adiostwitter.

Muchos de los ya extrabajadores han publicado mensajes de despedida en sus perfiles. Uno de ellos es Peter Clowes, que ha publicado un hilo que se ha hecho viral. El desarrollador explica que no lo hace ni "por odio a Musk" ni por un cabreo por el despido "del 50%" de la plantilla. "Probablemente la anterior dirección también lo hubiese hecho", añade, matizando que los plazos hubiese sido distinto . El desarrollador hace un exhaustivo recorrido por las últimas semanas en su puesto de trabajo, en el que se encontró "haciendo horas extras y guardias" de materias que no dominaba. Después de los despidos,cuenta, el 80% de los ingenieros con los que él trabajaba decidieron aceptar la baja incentivada. "Se quedaron 3/75 ingenieros".

Con ese panorama Clowes, que no deja de insistir en que quiere que a Twitter le vaya bien, decide unirse a la gran mayoría, dando a entender que no tenían recursos, pero tampoco un horizonte que le motive. "Esto no es Tesla, que tiene un plan a cinco años. Twitter es lo que se ve", remata, apuntando a que los rumores señalan que el contenido para adultos puede tener un importante papel para el futuro de la red social. El poso que queda por mensajes como este es que la plantilla se había visto muy desmotivada por los acontecimientos recientes pero especialmente por no saber hacia dónde se dirige el proyecto.

Aunque la plataforma ha mantenido cierta normalidad técnica, algunos errores no tardaron también en aparecer ante los ojos de los usuarios. Hace unos días, por ejemplo, la verificación en dos pasos empezó a dar fallos. Ese fue uno de los muchos síntomas que hicieron sospechar que se estaban rompiendo cosas en la plataforma. En las últimas horas, por ejemplo, muchos se han quejado de que el conteo de seguidores se había modificado sustancialmente a la baja sin razón aparente.

El problema de las salidas es que muchos son ingenieros clave para el funcionamiento

Es probable que el ultimátum del magnate provoque una estampida de la que formen parte muchos ingenieros de vital importancia no solo para la implementación de herramientas nuevas, sino para el mantenimiento de las funciones actuales. No se trata simplemente de sustituir estos profesionales, algo complicado dada la escasez y la eterna guerra en la que vive la industria tecnológica por el talento técnico. Muchas veces estos empleados tienen un conocimiento indispensable sobre cómo han programado todo y no es fácil abordarlo y hacer cambios para sus sustitutos si no tienen la documentación necesaria.

Mientras tanto, ¿qué dice Musk? Parece importarle poco que muchos señalen los hechos de las últimas semanas como una descomposición acelerada de la red social. Por ahora, en su timeline sigue celebrando que, según sus cifras, Twitter ha vuelto a batir récords de actividad. Es de lo poco serio que ha publicado en su perfil en las últimas horas. Lo demás, son memes en los que parece reírse de los que auguran la muerte de su nueva compañía.

Las oficinas de Twitter vuelven a estar cerradas a cal y canto. Elon Musk lanzó esta semana un órdago a sus trabajadores y todo parece indicar que le ha salido mal. Pretendía transmitir la idea de que quien se quedase lo tenía que hacer con un compromiso superlativo, que aquello no iba a ser un vergel y que se aproximaban tiempos muy duros. Daba 36 horas para responder afirmativamente a un correo electrónico. Y cientos de empleados de la compañía han hecho justamente lo contrario. Han rechazado el ultimátum del magnate y han dado pie a una salida masiva que se materializará este mismo viernes.

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