"En 2023, toda la Comunidad de Madrid accederá al 5G. Seremos el área mejor conectada de la UE"

Uno de los efectos directos de la cuarta Revolución Industrial es la digitalización de numerosos aspectos de la actividad cotidiana. Este proceso es, quizás, el que más afecta al ciudadano en su vida diaria desde que la pandemia aceleró el curso natural de esta transición. De hecho, también supuso un impulso para las empresas y la Administración pública, hasta el punto de que algunos gobiernos crearon carteras exclusivamente enfocadas a este cambio de modelo. Una de las administraciones que dieron el paso fue la Comunidad de Madrid con la creación de la Consejería de Administración Local y Digitalización, así como con la puesta en marcha de otros organismos orientados a coordinar todas las acciones que afecten a esta materia.

En paralelo a este espaldarazo desde el ámbito público, numerosas compañías privadas de diferentes tamaños y especialidades se han asentado en la región y han configurado de forma progresiva toda una industria con un gran potencial económico. Para abordar el estado de este sector y cómo se ejecuta la transición sin perder de vista al ciudadano como verdadero protagonista, El Confidencial organizó junto a la Comunidad de Madrid, Banco Sabadell, Prosegur y Esade un foro que tuvo por título Nodo digital del sur de Europa y que contó con la participación de Carlos Izquierdo, consejero de Administración Local y Digitalización de la Comunidad de Madrid.

El titular del ramo expuso durante su intervención de clausura diferentes razones para sacar pecho desde la región en materia de digitalización. Comenzó su discurso situando Madrid como motor económico, ya que “la aportación al producto interior bruto es la más alta de España, con un 19,3%”. Tras este dato, destacó “la competitividad que tienen las empresas asentadas en la comunidad”, “la solvencia demostrada” y “la estabilidad que existe en materia de empleo”. Posteriormente, subrayó la importancia de los sectores e industrias ligados a la innovación y las tecnologías a nivel nacional: “Hay más de 36.000 empresas dedicadas a estas actividades, generando más de 600.000 empleos en toda España”. “En medio de este potencial y de la transición de un modelo a otro —continuó—, hemos apostado por la digitalización, hasta el punto de crear una consejería específica”.

"Madrid cuenta con 31 centros de datos con 100 MW de potencia. Respecto al 5G, en 2023 todos los municipios tendrán acceso" (Izquierdo)

Respecto a la comunidad autónoma que representa, Carlos Izquierdo informó de que “se sitúa en quinta posición en materia de digitalización con respecto a las 300 regiones que constituyen la Unión Europea, según diferentes indicadores”. Para evidenciarlo, explicó que “numerosos cables de alta densidad en la transmisión de datos por internet tienen como origen o destino Madrid” y especificó que, en estos momentos, “contamos con 31 centros de datos con 100 megavatios aproximadamente de potencia” y “otros 14 proyectos en construcción que incrementarán la cifra a 505 megavatios”. “Crecemos más que ninguna otra parte de Europa, de hecho, lo hacemos al mismo ritmo que Singapur” y, por esta razón, “las operadoras líderes en el sector están creando áreas cloud aquí”, recalcó. Puso el ejemplo de Google, Amazon, Meta, Apple, IBM, Microsoft, Oracle o Huawei, que “todas ellas cuentan con grandes instalaciones”.

Respecto a la conectividad, el consejero matizó que “el 98% del territorio regional está conectado a través de la red 4G y el 99% lo está a través de banda ancha o fibra óptica”. Con relación al 5G, expuso que hace un año tan solo había 23 municipios donde más del 70% de su casco urbano estaba conectado a esta red, mientras que “cuando acabe este año serán 123, y en 2023 estarán conectados todos los municipios de la Comunidad de Madrid. Eso nos situará como el área mejor conectada de toda Europa”, enfatizó. Para concluir, mencionó el potencial de los cuatro clústeres que el Ejecutivo regional está desarrollando en Las Rozas, Torrejón de Ardoz, Leganés y Tres Cantos y que estarán especializados “en tecnologías tan disruptivas como la aeroespacial o la inteligencia artificial”.

Los retos de un sector en expansión

Antes del discurso del consejero y tras la bienvenida de Nacho Cardero, director de El Confidencial, tuvo lugar una mesa redonda que tuvo por título El ciudadano en el centro de la experiencia digital, en la que participaron José Antonio Rodríguez Serrano, profesor del Departamento de Operaciones, Innovación y Data Science de Esade; Juan Pedro Moreno, presidente del Consejo Asesor de Transformación Digital de la Comunidad de Madrid; Carmen López, directora de Business Intelligence de Just Eat España, y Manu Marín, cofundador de Livall Europe.

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Desde Esade, insistieron en la necesidad de cubrir la brecha de talento, es decir, el déficit existente de los perfiles profesionales que necesitan y demandan las compañías en materia tecnológica. “Existen pocos centros de formación que impartan educación específica para cubrir esos puestos de trabajo altamente cualificados”, confirmó Rodríguez Serrano. No obstante, desde su posición de profesor especialista en Operaciones, Innovación y Data Science, sí reconoció ciertos avances: “Hace unos siete u ocho años no había ningún título orientado hacia la formación en ciencia del dato, y ahora numerosas empresas ya cuentan con un CDO [chief data officer] en su plantilla porque han ido apareciendo formaciones enfocadas a cubrir esta necesidad. Al mismo tiempo, por ejemplo, ha aparecido la figura del ingeniero de datos. Hay cierto progreso, a pesar de que la brecha todavía existe”.

Con él coincidió Juan Pedro Moreno y fue más allá en sus demandas: “En Europa tendemos a pensar que el dinero lo arregla todo, y eso es un error porque necesitamos un cambio cultural más profundo”, manifestó. En su calidad de presidente del Consejo Asesor de Transformación Digital, concretó que “debemos pensar en tres dimensiones: por un lado, hay que cambiar la legislación, pero para hacerlo debemos educar a los responsables políticos y a los máximos representantes de las compañías. No basta con usar la tecnología, hay que estar dispuestos a cambiar los procesos, la educación y las leyes. Y después de conseguir todo esto, hay que transmitir el mensaje a la sociedad para que los ciudadanos sean conscientes de que con los datos se construye una sociedad mejor y, por fin, podamos desterrar el mensaje de que los datos se utilizan únicamente de forma malintencionada”, puntualizó.

"En materia de digitalización, no se trata solo de usar la tecnología: el cambio debe ser cultural" (Juan Pedro Moreno)

Una de las compañías con ADN digital es Just Eat. Por esta razón, su representante en la mesa incidió en que “la tarea divulgativa es muy importante. Y no solo desde las universidades, sino también desde las empresas que trabajamos con los datos”. Carmen López aseguró que “una de las claves para solventar el problema de la brecha de talento es motivar a las niñas y niños”. Desde su punto de vista, “es necesario contarles a los jóvenes que dudan sobre su futuro académico cómo es el día a día en las empresas digitales, qué aplicaciones se pueden llevar a cabo y qué soluciones le damos a la sociedad. Ese debe ser nuestro leitmotiv, porque detrás de los algoritmos hay utilidades reales. Se debe superar el plano teórico. Quizás así logremos despertar el interés en las nuevas generaciones”, indicó. Como ejemplo tangible, la representante de Just Eat precisó que, “durante la pandemia, nuestra empresa fue un agente digitalizador para miles de restaurantes que continuaron ofreciendo sus servicios y para una población que pudo mantenerse en casa y seguir consumiendo”.

Una de las críticas a la gestión pública en general vino de la mano de la compañía Livall, startup especializada en la fabricación de cascos inteligentes orientados a la nueva movilidad. Su CEO y fundador, Manuel Marín, remarcó que “a los gobiernos se les hace bola la tecnología porque no son capaces de legislar a la velocidad que exigen los usuarios. No se ajustan a las necesidades de la población”. Y puso el ejemplo de su propia experiencia: “En el sector de Livall, la ley dice que los ciclistas deben indicar con la mano en carretera hacia dónde se van a dirigir. Esta norma viene de la época en que nos desplazábamos en carromatos y, sin embargo, ahora hay tecnologías que pueden facilitar la movilidad y hacerla más segura y sostenible”, señaló. Para cerrar la tertulia, Manuel Marín reivindicó que “la Administración tiene que quitarse complejos y abrirse a la colaboración público-privada”, ya que “esto potenciará realmente el proceso digitalizador y entre todos haremos país”.