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Si esta empresa moquea, Apple se resfría: por qué va a ser más difícil comprar un iPhone
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OTRO TEST DE ESTRÉS PARA LA COMPAÑÍA

Si esta empresa moquea, Apple se resfría: por qué va a ser más difícil comprar un iPhone

Arranca la temporada alta de la venta de móviles y Foxconn, la compañía que monta siete de cada 10 teléfonos de Apple, sufre para controlar un brote de covid en su mayor fábrica. La empresa confirma que se producirán retrasos

Foto: Foto: Andrew Kelly (Reuters)
Foto: Andrew Kelly (Reuters)
Las claves
placeholder Ganar 100.000M no es suficiente: Apple tiene un plan y ya no es subirte los precios

Parafraseando eso de que cuando Alemania estornuda, Europa se pilla un gripazo de cuidado, se puede decir que, cuando alguien moquea en Foxconn, Apple se resfría. Esa empresa de origen taiwanés, pero con una fortísima presencia en China, es un eslabón clave de la engrasada cadena de producción que los de Cupertino tienen para dar forma a sus dispositivos. Por enésima vez desde que la pandemia puso patas arriba medio mundo, la fabricación del iPhone vuelve a estar a prueba en un momento crítico del curso, a las puertas de la campaña de Navidad.

Todo por las dificultades que está teniendo la multinacional para contener un brote de covid-19 en la mayor fábrica que tiene en el país. Un centro de dimensiones titánicas que, cuando está al máximo de revoluciones, puede albergar un total de 350.000 almas, la misma población de una ciudad como Bilbao. Algo que ha hecho que la compañía ya tenga que confirmar que los envíos del iPhone 14 Pro y su versión Max se retrasarán, producto de la emergencía sanitaria desatada en algunas zonas de China.

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Foto: Reuters/Carlos García.

La planta de Foxconn se encuentra en los alrededores de Zhengzhou, una de esas urbes superlativas del país asiático que tiene casi 13 millones censadas. Una urbe que lleva en jaque desde principios de octubre por la aparición de varios positivos. El régimen de Pekín sigue con su política de cero covid y, en cuanto saltó la alarma, entró en marcha la maquinaria prevista en su manual de resistencia: empezaron los cribados masivos y los confinamientos contrarreloj de varios distritos.

Un brote descontrolado

Sin embargo, como ya ha ocurrido en otras ocasiones, el coronavirus encontró un agujero en esta red de seguridad. No tardó en hacer acto de presencia entre los trabajadores de Foxconn, que decidió maniobrar para que no campasen libremente por sus instalaciones. El objetivo era no tener que verse obligados a bajar el ritmo de producción en un momento clave. La receta: hacer de la plantilla un enorme grupo burbuja, que no tenga relación con el mundo exterior durante un tiempo.

Es el mismo modus operandi que se viene aplicando desde hace meses cuando hay un brote local que pueda poner en riesgo la operativa de una empresa o de una infraestructura clave como los superpuertos de Shenzhen o Shanghái. La cuestión es que la situación se ha descontrolado hasta el punto de que muchos trabajadores se organizaron para huir el pasado fin de semana. Un éxodo inesperado que ha salido a luz gracias a una serie de vídeos que se han hecho virales en las redes sociales chinas, en los que se ve a multitud de personas saltando las vallas del recinto o caminando por los alrededores o las carreteras, ya que no disponen del código verde en la aplicación que los identifica como no contagiados y, por tanto, no pueden acceder al transporte público. Fuentes no oficiales hablan de hasta 20.000 casos, algo que ha sido negado por la dirección.

Algunos medios internacionales como el Financial Times o el Wall Street Journal han conseguido hablar con algunos de los empleados que se han dado a la fuga que han descrito un desgobierno creciente a medida que el recuento de contagios no dejaba de aumentar. Los testimonios hablan de compañeros retenidos en las habitaciones para hacer cuarentenas o que han sido trasladados a centros de aislamiento a la ciudad. Mientras tanto, en el interior de la fábrica, escasean suministros como los alimentos o los medicamentos.

Es pronto todavía para hacer un balance de daños, pero hay que tener en cuenta que la de Zhengzhou no es una factoría más dentro de la gran fábrica del mundo que es China. Se calcula que en ese rincón a 30 kilómetros del centro de la ciudad se han llegado a fabricar la mitad de los iPhones que la compañía vende en un año.

Según una investigación de China Labor Watch, una fundación con sede en EEUU que monitoriza las condiciones de trabajo en aquel país, en las semanas previas al lanzamiento, se llega a alcanzar un ritmo frenético en el que se ensamblan hasta 350 terminales cada 60 segundos.

Foxconn, una viga maestra

Es difícil seguirle la pista a absolutamente todos los proveedores de la manzana. El último informe de la compañía al respecto fue publicado el año pasado con datos de 2020. En ese documento se reflejaba un grueso listado de 200 compañías con presencia en una treintena de países, lo que da muestra de lo diversificada que está su cadena logística, pero también la industria tecnológica mundial. De todas las plantas en las que ensambla dispositivos o alguno de sus componentes, 291 están en territorio chino.

Foxconn es, probablemente, la empresa que mayor dependencia le genere a Apple a día de hoy junto a TSMC, el gigante taiwanés de los semiconductores que se encarga de producir los chips que diseñan los californianos. Diferentes estimaciones apuntan que monta, en todas sus plantas, al menos siete de cada 10 teléfonos que vende Apple anualmente. La mayoría en Zhengzhou, un mérito que le ha valido el sobrenombre de iPhone City. Es más, suele ser la primera fábrica donde empiezan a montarse cada nueva generación de dispositivos, solucionando problemas y contratiempos que puedan surgir en los primeros compases, antes de derivar producción a otras plantas. En el tramo inicial, y a capacidad normal, asumiría un 85% de la fabricación del iPhone 14 Pro y algo menos, un 80%, del iPhone 14, según ha explicado el analista de CounterPoint, Ivan Lam, al Wall Street Journal.

Ser un socio privilegiado de la multinacional estadounidense le reporta cerca de la mitad de sus ingresos. Unos ingresos que en el tercer trimestre fueron de 55.000 millones de dólares. La mayor parte de esta facturación correspondió al mes de septiembre, cuando la compañía estableció una facturación récord de 25.900 millones, un 40% superior al mismo periodo de un año antes.

El iPhone 14 Pro funciona pese a todo

Foxconn suele mantener una discreción absoluta en sus informes y no atribuye el éxito a ningún cliente concreto. Se limitó a decir que esas cuentas históricas "se deben al lanzamiento de nuevos productos y una producción masiva fluida". Firmas de análisis de mercado, como CounterPoint, señalan que estas cifras son directamente atribuibles a la gran demanda del iPhone 14 Pro y su modelo vitaminado, el iPhone 14 Pro Max.

En caso de confirmarse este extremo, el teléfono más prémium de la manzana habría conseguido mostrarse insensible a la subida de precios (la primera en un lustro en el caso de estos modelos) que ha realizado este año, de hasta un 17% en España. El que no está teniendo tan buen rendimiento sería el modelo estándar, el iPhone 14 y el nuevo iPhone 14 Plus, ya que, según diferentes informaciones, la compañía habría pedido a las empresas con las que trabaja que redujesen la producción de estas versiones debido a un éxito de ventas por debajo de lo esperado.

La cuestión es que la disponibilidad del iPhone 14 Pro no era la ideal antes de que estallase esta crisis. Por ejemplo, en España, en la página web de la compañía el plazo de entrega para cualquier versión de almacenamiento se podía dilatar hasta 30 días. Es cierto que reponen puntualmente el stock en las tiendas para que también haya unidades físicas a la venta. En países como la India, según han reportado varios medios locales, la escasez se ha convertido en una oportunidad de oro para los revendedores y particulares que consiguieron hacerse con alguna unidad.

Es cierto que Foxconn dijo que la situación estaba "siendo controlada" y en un inicio aseguró que no esperaba un gran impacto en su planta. Sin embargo, todo parece haberse descontrolado hasta el punto de que su principal cliente ha tenido que salir a la palestra y confirmar los peores agurios. "Esperamos envíos de iPhone 14 Pro y iPhone 14 Pro Max más bajos de lo que anticipamos anteriormente y los clientes experimentarán tiempos de espera más largos para recibir sus nuevos productos", afirmó en un comunicado de prensa. "Estamos trabajando en estrecha colaboración con nuestro proveedor para volver a los niveles normales de producción al tiempo que garantizamos la salud y la seguridad de todos los trabajadores".

La crisis de Foxconn pueden acabar impactando en la disponibilidad del iPhone 14 Pro

Este lunes, un informante anónimo declaraba a Reuters que el aumento de las restricciones por el aumento de casos por el covid en Zhengzhou podría suponer hasta la pérdida de un 30% de su músculo productivo. Por eso, explican estas mismas fuentes, está preparando un plan de contingencia involucrando a su planta de Shenzhen.

El problema es que esto no parece a día de hoy garantía total, ya que el Ejecutivo sigue ejecutando con puño de hierro sus medidas contra la pandemia, que han generado insólitas imágenes en las últimas semanas, como el cierre de Disney Shanghái, donde los visitantes deben esperar a hacerse un test y solo podrán abandonar el recinto si dan negativo. Sea como sea, China está lejos de recuperar la normalidad prepandémica y eso supone un reto para Apple y muchísimas compañías que dependen de que las empresas locales fabriquen sus productos.

Parafraseando eso de que cuando Alemania estornuda, Europa se pilla un gripazo de cuidado, se puede decir que, cuando alguien moquea en Foxconn, Apple se resfría. Esa empresa de origen taiwanés, pero con una fortísima presencia en China, es un eslabón clave de la engrasada cadena de producción que los de Cupertino tienen para dar forma a sus dispositivos. Por enésima vez desde que la pandemia puso patas arriba medio mundo, la fabricación del iPhone vuelve a estar a prueba en un momento crítico del curso, a las puertas de la campaña de Navidad.

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