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SOSCuba: así están esquivando la censura de internet en Cuba para difundir las protestas
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La mayor protesta desde los años 60

SOSCuba: así están esquivando la censura de internet en Cuba para difundir las protestas

El presidente Díaz-Canel ha respondido a las protestas organizadas contra el gobierno dejando sin internet a gran parte del país

Foto: Manifestantes en La Habana, durante las protestas llevadas a cabo el pasado 11 de julio (Reuters)
Manifestantes en La Habana, durante las protestas llevadas a cabo el pasado 11 de julio (Reuters)

Las redes sociales han sido protagonistas fundamentales en la convocatoria y retransmisión de las protestas generadas en Cuba contra el Gobierno de Miguel Díaz-Canel. El domingo 11 de julio, miles de cubanos tomaron las calles al grito de “abajo la dictadura” y “no tenemos miedo”, exigiendo libertad en un movimiento en el que los ciudadanos de la isla han tenido que soportar los continuos cortes en la red realizados por el gobierno. Aun así, han logrado transmitir imágenes, vídeos y mensajes a través las distintas plataformas recurriendo a grupos de Telegram y al uso de conexiones VPN como alternativa a la censura establecida.

A lo largo de la semana pasada, la población cubana empezó a organizarse en Twitter, Instagram, Facebook, WhatsApp, Signal y, sobre todo, Telegram, utilizando dos 'hashtags' que pronto inundaron la red. Primero fue #SOSMatanzas y luego, con aún más fuerza, #SOSCuba, a través de los cuales se pedía proveer de ayuda humanitaria al país tras la situación de crisis generada por la pandemia.

Artistas, disidentes, periodistas, 'influencers' y figuras públicas fuera de Cuba empezaron a sumarse a la oleada de publicaciones creando un movimiento que se trasladó en primer lugar a las calles de San Antonio de los Baños y que acabó contagiando al resto de rincones del país tirando de viralidad. El gobierno, que irrumpió en la programación habitual de la televisión para instar a los partidos pro régimen a enfrentarse a los disidentes, no tardó en tomar cartas en el asunto y cortó la conexión a internet en un intento por frenar la que algunos han definido como la mayor protesta organizada en el país desde los años 60.

Foto: Agentes de policía corren durante manifestaciones en La Habana. (Reuters)

En un país con un elevado control sobre el uso de internet, la necesidad de retransmitir lo ocurrido al resto del mundo ha llevado a los manifestantes a buscar formas de sortear la censura para conectarse de forma segura. El corte de la conexión se está llevando a cabo por sectores, o por ciudades, por lo que dependiendo de la localización en que se encuentren, los usuarios tendrán, o no, acceso a la red. Las llamadas, sin embargo, no han sido vetadas, y algunas personas han recurrido a ellas y a los sms para trasladar información al exterior, pero la deficitaria infraestructura de telecomunicaciones cubana impide, en muchos casos, una comunicación efectiva.

La única compañía que opera en Cuba es ETECSA, empresa estatal que provee de internet, telefonía y conexión inalámbrica. La alternativa es poseer una tarjeta SIM extranjera, o acudir a hoteles o embajadas que estén facilitando otras redes wifi. Los que consiguen acceso a la red convencional, desde sus casas o sus smartphones, lo suelen aprovechar para conectarse a través de una VPN, para poder acceder así a una conexión sin control gubernamental. Otros utilizan el wifi público (también proporcionado por ETECSA), que todavía está disponible en algunas zonas, aunque este es mucho menos seguro. “Estoy en un parque entrando por wifi, la conexión entra un rato y luego se va”, explica a este diario un cubano que vive en la isla, es habitual de los grupos de Telegram y pide mantener el anonimato.

Encontrar este tipo de redes en espacios públicos es normal en un país en el que, hasta no hace mucho, muy pocos tenían un teléfono móvil con internet. "Para acceder a ellas necesitas una cuenta de acceso que se llama 'nauta', una cuenta que controla el gobierno y que no está cifrada, no tiene 'https'. Ellos saben a lo que te conectas, aunque una vez conectado puedes acceder a una VPN", explica a El Confidencial César Mendoza, gestor de proyectos periodísticos en países con censura con 10 años de experiencia en Cuba. Además, nos dice, "el precio a pagar por acceder a ellas es de 50 centavos la hora, no son gratuitas".

Del desarrollo al control de la red

Durante los últimos años, el régimen cubano ha ido aumentando la cobertura de acceso a la red como parte de su propia estrategia de desarrollo. Tras establecer estas redes públicas, que fueron la primera forma de acceso a internet, se fueron ampliando, de manera paulatina, las posibilidades de conexión. A día de hoy, aunque sigue siendo una opción no apta para todos los bolsillos, se puede acceder a internet desde los dispositivos móviles y desde algunos hogares, aunque no todos. Ahora bien, ese mismo acceso a la red ha dado la posibilidad de exponer al mundo la situación de crisis económica y descontento social que vive la isla.

"Es una estrategia de doble filo", explica a El Confidencial Isaac Risco, periodista en La Habana durante cuatro años. "Por un lado, lo han abierto voluntariamente porque saben que necesitan modernizarse para salir de la crisis económica crónica en la que están sumidos, por otro, son conscientes del peligro que supone un flujo libre de información y por eso lo han hecho de manera lenta y controlada”. No es la primera vez que el ejecutivo limita el acceso a la red como medida de control y no sería de extrañar que la conexión vaya y venga cuando ellos lo decidan. Pese a todo, es innegable que internet ha facilitado el estallido social y ha condicionado la magnitud de las concentraciones.

Respecto a las razones por las que en esta ocasión los cortes de internet no se están realizando de manera generalizada, todavía no hay una respuesta. "Los cortes están siendo anómalos, sin ninguna lógica", comenta Mendoza, "en algunas de las zonas más conflictivas han cortado el wifi público y el internet en los móviles, en otras, sin embargo, han dejado el acceso a través de wifi disponible. Quizás se deba a un fallo". El gobierno cubano, sin embargo, cuenta con el poder necesario para llevar a cabo un apagón general, como ya hizo en febrero de este mismo año cuando, durante dos horas, dejó a los ciudadanos sin acceso a internet y llamadas internacionales. Aquella tampoco era la primera vez. Un mes antes, a raíz de unas protestas llevadas a cabo por distintos artistas del país, ya se había producido otro apagón.

En las últimas horas también se ha puesto de manifiesto que WhatsApp y otras plataformas de mensajería utilizadas para el envío de mensajes y material fotográfico y de vídeo estarían siendo bloqueadas. "Los datos de la red de NetBlocks confirman la interrupción parcial de las redes sociales y las plataformas de mensajería en Cuba a partir del 12 de julio de 2021", ha publicado la plataforma Netblocks en su página web. Esto dificulta cada vez más la labor de la población civil, que está tratando de contar la actualidad cubana al resto del mundo en un país en el que la mayoría de los medios independientes están vetados y controlados.

De hecho, algunos periodistas, como Camila Acosta, corresponsal del periódico ABC en la isla, ya han sido detenidos por transmitir información al exterior. "Hay que proteger a los ciudadanos que están informando, tienen los mismos derechos que un periodista por estar relatando lo que ocurre", advierte Luis Carlos Díaz, activista digital venezolano experto en el uso de la tecnología para romper cercos informativos.

A golpe de 'hashtag'

Como ha ocurrido con otros movimientos, los 'hashtags' han servido para dar visibilidad al movimiento y organizar la difusión de las protestas online. Algunos de los más utilizados han sido #LlegoLaHora, #QueremosLibertad, #Patriayvida y los ya mencionados #SOSCuba y #SOSMatanza. La intervención de figuras públicas, como Ozuna o Don Omar, ha sido fundamental para llegar a un público internacional, así como la participación de 'influencers', como Agustín Antonetti o Alain Rodríguez, que han dado voz a las protestas a través de sus cuentas.

“Ahora llega la noche y es una de mis mayores preocupaciones. El método preferido de la dictadura cubana es secuestrar a las personas entrando a sus casas por la madrugada”, publicaba anoche Antonetti, ubicado en Argentina, uno de los miles de tuiteros que ha estado siguiendo y retransmitiendo el conflicto desde su cuenta de Twitter, y que hoy publicaba la lista de ciudadanos desaparecidos durante la pasada madrugada en Cuba.

Estas detenciones, como la que ya se ha llevado a cabo con la youtuber Dina Stars, son otra forma de control del régimen cubano de la opinión de figuras influyentes entre la población civil. “Es habitual que los retengan uno o dos días para evitar que no vayan a manifestaciones, sin ninguna orden judicial”, comenta Risco, que menciona que también es habitual que se produzcan arrestos domiciliarios.

Es probable, según sus palabras, que algunos de los ‘influencers’ que han estado retransmitiendo lo ocurrido durante las protestas desaparezcan en las próximas horas. Es difícil enterarse, si ocurre, ya que lo que se sabe de ellos es a través de sus publicaciones en redes y su presencia está condicionada por la inestable conexión a internet.

La guerra propagandística

Es importante añadir que, además de la censura, el gobierno cubano también parece estar echando mano de la desinformación y la propaganda para contrarrestar el revuelo generado a raíz de las protestas. Es habitual que se utilicen a usuarios con perfiles afines al régimen, reales o falsos, que se encargan de verter en las redes los mensajes que el gobierno quiere transmitir. "Son personas que intoxican las discusiones generadas en redes, porque son los que manipulan. Por ejemplo, ayer la gente protestó por libertad y hoy se ha oído decir que no, que están protestando en contra del bloqueo llevado a cabo por EEUU”, añade Risco.

Foto: Protesta contra el Gobierno cubano en La Habana. (Reuters)

Por otro lado, ha proliferado la generación de 'Fake News' por ambos bandos en torno al conflicto. Esto, por ejemplo, ha llevado a que algunos ciudadanos crean que Estados Unidos puede satelizar el país para proveerlo de internet, algo de lo que no habría prueba alguna. Una petición en Change.org, además, pide una intervención directa por parte del magnate Elon Musk, para que proporcione a los cubanos internet por satélite gratuito. "Es imposible satelizar, aunque seas Elon Musk", explica César Mendoza, "para ello se necesitarían antenas en suelo cubano, algo inviable porque nadie va a instalar esas antenas".

Otros análisis, como el realizado por Julián Macías Tovar, señalan la participación masiva de cuentas recién creadas y el uso de mensajes automatizados en los tuits que incluían los dos hashtags más utilizados. De hecho, la primera cuenta que utilizó el hashtag #SOSCuba relacionándolo con casos de covid “tenía una bandera de España en su biografía, puso más de mil tuits tanto el 10 como el 11, y automatiza RTs poniendo más de 5 por segundo”, explica Macías Tovar. Además las cuentas que más RTs recibieron, habrían participado en decenas de hilos con desinformación y bots. También advierte de la cantidad de desinformación y de imágenes y vídeos manipulados que han sido transmitidos a través de las redes y en algunos medios de comunicación españoles.

El impacto de internet y las redes sociales en Cuba recuerda a otro episodio vivido en la isla allá por el 2010, cuando EEUU, consciente de esta situación, intentó crear una especie de Twitter local llamado Zunzuneo para desestabilizar desde dentro el régimen. Se trataba de una iniciativa para establecer un sistema de mensajería gratuita en Cuba que hiciese posible la organización de un movimiento de protestas masivo contra los Castro. El proyecto se abandonó en 2012. Casi una década después, ha pasado algo parecido a lo que pretendía EEUU, pero sin su intervención (que se sepa, de momento) y con la ayuda de internet y las redes sociales públicas y abiertas.

Las redes sociales han sido protagonistas fundamentales en la convocatoria y retransmisión de las protestas generadas en Cuba contra el Gobierno de Miguel Díaz-Canel. El domingo 11 de julio, miles de cubanos tomaron las calles al grito de “abajo la dictadura” y “no tenemos miedo”, exigiendo libertad en un movimiento en el que los ciudadanos de la isla han tenido que soportar los continuos cortes en la red realizados por el gobierno. Aun así, han logrado transmitir imágenes, vídeos y mensajes a través las distintas plataformas recurriendo a grupos de Telegram y al uso de conexiones VPN como alternativa a la censura establecida.

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