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El acierto del iPhone 12 que nadie copió y dos fallos de Apple que te vas a volver a tragar
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UN ALTA GAMA REALMENTE COMPACTO

El acierto del iPhone 12 que nadie copió y dos fallos de Apple que te vas a volver a tragar

La manzana pasa en dos años de jugar solo en Champions a ser competitiva en cualquier precio de los 450 a los 1.000 euros. Pero un año más, cae en unos tics cada vez más injustificables

Foto: El tamaño se ha convertido en una de las grandes novedades del iPhone 12. (Reuters)
El tamaño se ha convertido en una de las grandes novedades del iPhone 12. (Reuters)

Si esto de hacer móviles fuese una competición futbolística, hasta hace dos días se podría decir que Apple solo se vestía de corto para saltar al campo las noches de Champions. Y nada de pasar el trámite de la liguilla de los grupos, ni por cuartos ni por octavos. Lo suyo era billete directo para las seminales, que con el pastizal que pedían al público, no les quedaba otra que estar entre los mejores del curso. Además, al contar con su propio sistema operativo, no tenían que enfrentar lo que otras marcas como Samsung, Huawei o OnePlus sí tenían que hacer: la competición doméstica en Android por ser el mejor de su clase. ¿A que a nadie se le ocurriría soltar algo así como el candidato a iOS del año?

Foto: iPhone 12 mini y iPhone 12. (EFE)

Ahora ha cambiado la fotografía: la manzana ya no es una opción única y exclusivamente para los presupuestos más desorbitados. Decir eso hace un par de años hubiese generado en más de un entorno una reacción similar a la que se genera si uno defiende que Goikoetxea iba a por balón en aquella brutal entrada a Maradona que hizo ese 24 de septiembre de 1989 el central del Athletic Club al astro del Barcelona. Ahora, tras la presentación de los iPhone 12, han conseguido conformar un catálago que tiene una alternativa competitiva (que no tiene por qué ser la mejor) prácticamente en todas las franjas de precio, desde los 450 euros hasta los 1.000.

Es decir, en los últimos años, han pasado de jugar solo en Liga de Campeones a pelear por la Europa League, la extinta Intertoto e incluso a moverse con soltura por mitad de tabla. Esto, por ir dejándolo claro, no quiere decir que sus terminales sean baratos, ni mucho menos. Pero sí quiere decir que el que quiere un iPhone sí o sí lo tiene a un coste más asequible. Y el que lo descartaba por el presupuesto, quizás ahora no lo haga. Lo mismo que con los relojes y el iPhone SE.

¿Cómo lo ha conseguido? No lo ha hecho inundando el mercado cada año con decenas de terminales, como hacen la mayoría de sus rivales. Ellos han tirado del fondo del banquillo. En esta transformación, juegan un papel fundamental el iPhone Xr y el iPhone 11, que quedan ahora en un lugar atractivo tras la caída de precio provocada por la llegada de las estrellas del año: el iPhone 12, el iPhone 12 mini, el iPhone 12 Pro y el iPhone 12 Pro Max.

placeholder El iPhone 12 Pro. (Reuters)
El iPhone 12 Pro. (Reuters)

Con el Xr fue la primera vez que Apple planteó la jugada de crear una versión 'light' de su buque insignia. Eso ocurrió en 2018. En 2019, repitió el movimiento con el 11. Las renuncias eran, principalmente, la cámara (menos sensores) y la pantalla. El chip era el mismo que el de sus hermanos mayores y la autonomía, incluso, era mayor, al tener que gobernar un panel LCD con menor resolución. Un peaje, sí, pero asequible.

La fórmula funcionó vistos los resultados, como el propio Tim Cook se ocupó de recordar tras despachar la presentación del nuevo Homepod mini, el único aperitivo que finalmente hubo en un menú en el que se llegó a especular con que por fin aparecerían los Airtags, los localizadores de Apple. Recordó el mandamás de la marca, en una especie de 'os lo dije', que el iPhone 11 es el más vendido en este inestable 2020, de la misma forma que lo fue su predecesor en 2019. El resto del 'top 5', según Canalys, lo completan terminales de Samsung y Xiaomi de gama media-baja.

La clave: una buena vejez

Una de las cosas interesantes de estos móviles es su buena capacidad para envejecer gracias al punto de madurez, potencia y rendimiento que han conseguido los procesadores propios de Apple, que ya se ha atrevido incluso a separarse de Intel en los ordenadores. Hay que añadir a esto el control tanto del 'hardware' como del 'software', lo que les permite seguir ofreciendo la posibilidad de actualizar el sistema operativo durante más tiempo.

Por ejemplo, iOS 14, la última entrega, puede instalarse hasta en los iPhone 6s, un móvil de hace cinco años. Ese mismo año se lanzó, por poner un ejemplo, el Galaxy S6 de Samsung, que quedó fuera del plan de actualizaciones en 2018. Otra cosa muy diferente es que sea recomendable estirar el chicle hasta ese extremo. Pero la opción está ahí.

En Cupertino, se han rendido a la evidencia de que ni todo el mundo puede ni todo el mundo quiere renovar su terminal cada dos años. Y menos a 1.000 euros. Además, los avances tecnológicos ya no van tan rápido. A todo esto, se añade que andan en lo de aumentar la base de usuarios. Ahora, el iPhone mini 12 ha ocupado el puesto de móvil más barato de la última hornada de Apple, con 809 euros. Este precio supone un aumento de 50 euros, justificado (que no tiene por qué ser justificable) en el salto al 5G.

placeholder Foto: Reuters.
Foto: Reuters.

El iPhone 11 se queda en 689 euros de partida y el Xr, en 589. A esto hay que sumar los 489 euros del iPhone SE, que queda como coche escoba del catálogo, con un diseño algo oxidado pero una cámara similar a la del Xr y el mismo procesador que los 11 Pro. 'Friendly reminder' a estas alturas: sigue sin ser una marca absolutamente accesible para todo el mundo. Y aun siéndolo, habrá gente que prefiera invertir ese dinero en un Xiaomi o un OnePlus que le dé una carta de servicios más extensa por ese precio. O directamente porque no le da la gana pagarlo.

Un público que ya no está huérfano

Pero la manzana no quiere estimular sus ventas apelando únicamente al órgano más sensible del ser humano, el bolsillo. Es más, nunca ha sido ni mucho menos el punto prioritario de su parroquia. Ha importado más a sus detractores, a los que nunca comprarían uno de sus teléfonos. Ahora con el iPhone 12 mini pone una golosina en las manos de aquellos que buscan un terminal de alta gama que realmente sea compacto, un público olvidado en los últimos años.

Apple apunta a un nuevo público con el iPhone 12 mini: a los que quieren un 'pepino' compacto

Con 5,4 pulgadas, consigue un cuerpo de tamaño similar al del iPhone SE, con la diferencia de que tiene un panel mucho más extenso, al adoptar el obligado diseño sin marcos, prescindir del Touch ID (aunque este sensor de huellas se ha destapado como una herramienta fantástica en tiempos de mascarilla) y optar por el reconocimiento facial.

Si uno echa un vistazo a los móviles compactos de este curso, se encuentra con que ninguno baja de las 5,8 pulgadas, y que muchos de los que se quedan ahí son fantásticas opciones de.. .gama media. Esta idea de modelos prémium para personas con las manos pequeñas había caído en el ostracismo desde que Sony dejó de lado sus Xperia Compact.

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Foto: Reuters.

El acierto de los californianos no ha sido solo crearlo sino cómo lo han creado: sin discriminar en ningún aspecto al que escoja el iPhone 12 mini frente al iPhone 12 normal (que parte de 909 euros por la versión de 64GB), a excepción de cosas inevitables como la capacidad de la batería. Ese ha sido, a mi parecer, uno de lo grandes aciertos de esta generación. Un acierto que nadie quiso copiar hasta ahora y al que no sería raro que le saliesen imitadores si el movimiento se traduce en más ventas.

Con esto, rompe una norma no escrita en el gremio, donde se suele calzar una peor pantalla, se reducen las configuraciones o se pone una cámara más discreta al más contenido. Quizá la razón no sea otra que acentuar las diferencias para que el más barato no acabe canibalizando al caro, que al final es el que todos quieren colocar.

Foto: Esto es lo único que te encontrarás al abrir la caja de tu nuevo iPhone 12.

Un pago extra bastante probable

Pero que Apple esté consiguiendo una estrategia para llegar a muchos más potenciales compradores que hace dos meses no hace que tenga ciertos 'tics' difícilmente comprensibles. Siempre han estado ahí y el mercado se los volverá a tragar. Movimientos francamente difíciles de comprender, por muy explicados que estén sobre el papel. Movimientos que han generado discusiones de bar entre conocidos míos tan o más calientes que las de política y que son gasolina para los tuiteros. La 'keynote' de este martes dejó otro titular de digestión complicada: si quieres auriculares y el adaptador de corriente para aprovechar la carga rápida, o lo tienes ya en casa o pasas por caja y pagas 44 euros.

No vendrán en la caja. El argumento: ayudar a conseguir reducir la factura ecológica de la empresa (también han construido sus propios parques eólicos para alimentar sus centros de datos) y avanzar en sus objetivos de carbón neutro. La otra razón que se ha venido manejando es la del 5G. Es cierto que desde el principio se vendió que los primeros terminales que viniesen con esta tecnología, fuesen iPhone o fuesen teléfonos de marca blanca, serían notablemente más caros. Sin embargo, en los últimos meses, hemos asistido a un notable abaratamiento de los terminales con esta tecnología con modelos de gama media, lo que desactiva en parte la eficacia de esta excusa.

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Foto: EFE.

Se han ocupado de empaquetar bien el 5G y conferirle compatibilidad con un gran número de bandas. Además, a sabiendas de que los operadores aún andan cambiando los pañales a estas redes (a las que les falta para llegar a la edad adulta) y que vamos a convivir con las redes 4G durante un buen tiempo, han creado un sistema para decidir cuándo es mejor conectarse a cada una y así no gastar tanta energía. Esa es la misma razón, la autonomía, que les ha llevado a descartar una mayor tasa de refresco en la pantalla.

En este caso, este recorte me parece una decisión acertada y algo más lógica que lo de los accesorios o que un terminal de 800 euros tenga 64GB de memoria. Un panel de 120Hz podía haber supuesto un lastre para la batería. Se agradece la fluidez que aporta, sí, pero a la larga el común de los mortales, la mayor parte de la gente, apreciará más la conectividad y que su teléfono aguante hasta el final de la jornada.

Fuera el cargador: gana la banca

Que se resistan a dar el paso definitivo en el asunto de los puertos no ayuda a poder utilizar otros cables. En este caso, volvemos a tener el Lightning unido a un USB tipo C, algo que tiene poco sentido y que sería inexplicable ver en 2021. A no ser que tengas un iPhone 11 Pro, un iPad Pro o un MacBook de los últimos tres cursos, es probable que no tengas un cargador rápido compatible. Algo parecido a lo que sucedió cuando quitaron el adaptador de 'lightning' a 'jack' en 2018. Al que quisiese utilizar unos cascos normales, le tocaba apoquinar por ese accesorio.

La historia es que con el sacrificio del cargador y de los auriculares, aquí la manzana gana por partida doble. Reduce los costes de fabricación y encima empuja a muchos a comprar el cargador de 20W, el Magsafe (el nuevo cargador magnético que presentaron), unos earPods (no olvidemos que no tiene conector 'jack') o unos airPods. Otros optarán por comprarse los accesorios de otra marca para intentar ahorrarse unos euros. Aquí me surge una duda: si acabamos comprando uno igual, ¿dónde está la contribución al medio ambiente?

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Foto: EFE.

Es difícil comprender esto en móviles como el iPhone 12 Pro o el 12 Pro Max, que parten de 1.159 euros o de 1.259 euros, respectivamente. Pero también es harto complicado de entender y justificar dicha tacañería, por no decir imposible, en teléfonos de 809 euros o 909 euros como el iPhone 12 mini y el iPhone 12, donde la configuración básica en ambos casos es de 64GB. Son cosas que otras marcas no se plantean o directamente no se pueden permitir, ya que no han conseguido la fidelidad que han logrado la manzana y hacer estas cosas sería pegarse un tiro en el pie.

Pero empresarialmente y desde el punto de vista del negocio, uno de los mayores logros de Apple ha sido escapar a esas leyes del mercado y funcionar bajo las suyas propias. La gente sabe lo que hay y lo acepta.

Sea como sea, parece que Apple volverá a ser, un año más, uno de los grandes ganadores de este gremio, como lo lleva siendo la última década. ¿Cuál comprar? Eso depende mucho del presupuesto que manejes y si no te importa echarle billetes al asunto o pasarte 24 meses atado a una financiación. La pregunta clave a responder puede parecer es si realmente uno necesita un terminal 5G ahora.

Es probable que con el paso del tiempo lo acabemos asimilando como algo necesario, pero creo que no va a suponer, como ya he dicho en otras ocasiones, un salto tan revolucionario en nuestro día a día como supuso el 4G frente al 3G. Pero también es injusto decir que todo gira en torno al 5G. El 5G de Apple sonó como el de Samsung o el de Huawei. Es más el bolo del CEO de Verizon sonó a discurso manido, repetido hasta la saciedad por estas latitudes. Más importante a la hora de escoger un modelo, es si vamos a sacar provecho de mejoras como las de la cámara, el vídeo, rendimiento o pantalla de la nueva generación o, por contra, podemos prescindir e irnos a un terminal de un año o dos atrás por ahorrarnos un dinero.

Si esto de hacer móviles fuese una competición futbolística, hasta hace dos días se podría decir que Apple solo se vestía de corto para saltar al campo las noches de Champions. Y nada de pasar el trámite de la liguilla de los grupos, ni por cuartos ni por octavos. Lo suyo era billete directo para las seminales, que con el pastizal que pedían al público, no les quedaba otra que estar entre los mejores del curso. Además, al contar con su propio sistema operativo, no tenían que enfrentar lo que otras marcas como Samsung, Huawei o OnePlus sí tenían que hacer: la competición doméstica en Android por ser el mejor de su clase. ¿A que a nadie se le ocurriría soltar algo así como el candidato a iOS del año?

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