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El 'dropshipping' explota con el covid: luces y sombras tras el negocio de moda en internet
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Una vez más: huye del dinero fácil

El 'dropshipping' explota con el covid: luces y sombras tras el negocio de moda en internet

Con la crisis del covid miles de personas buscan aprovechar el tirón del comercio electrónico y han descubierto el modelo de venta sin stock. Pero, ¿de verdad puede funcionar?

Foto: (Foto: Pexels)
(Foto: Pexels)

Con la crisis del coronavirus el comercio por internet se ha convertido en una tabla de salvación. Mientras los negocios tradicionales se veían obligados a cerrar, todo el que tenía web basaba en ella su supervivencia y el que no la tenía hacía lo imposible para conseguirla. De ahí que plataformas como Amazon se hayan disparado con la crisis y muchas compañías que antes tenían su página como un aspecto secundario se hayan vuelto locos para ponerse al día, pero, como de costumbre en la red, no todo es tan bonito como parece. En pleno 'boom' del 'ecommerce' han florecido modas como la del 'dropshipping' que han puesto en alerta a numerosos especialistas por sus puntos más oscuros.

"Ha sido una locura, yo he visto páginas de 'drop' facturar durante la cuarentena más de 300.000 euros en un mes, más que en un Black Friday. Han vendido muchísimo, aunque también se han dejado dinerales en publicidad". El que habla es José Pascual, un programador español metido en negocios en internet y que lleva alrededor de un año testeando con el 'dropshipping' y denunciando las malas prácticas del sector. Con esas declaraciones cualquiera diría que hablamos de un negocio de éxito, pero hay una oscura segunda parte. "El problema es que muchos han aprovechado estos días para intentar engañar a la gente que empieza a comprar en internet y tan disparatado ha sido todo que muchas veces el que peor parado ha salido es el dueño de la tienda".

Foto: Sanders, en uno de sus vídeos

Por si todavía no conoces lo que es esto del 'dropshipping', debes saber, como ya contamos en este artículo, que se trata de un modelo de negocio de 'ecommerce' que se basa en vender sin tener 'stock'. Es decir, el negocio para el emprendedor se centra en montar una tienda online anunciando los productos que quiera, sin almacén y lo único que debe hacer es de intermediario o comisionista entre el proveedor que fabrique dicho producto y el cliente final llevándose un porcentaje de la venta. La gran misión, y el misterio, pasa por buscar el proveedor y enganchar al consumidor para que adquiera, pero no hay problemas de distribución, fabricación ni nada parecido.

Un modelo sin apenas inversión, riesgos ni dificultad, aparentemente, pero que tiende a simplificarse y sobrevalorarse, o así lo explican los expertos consultados por este periódico. Ahora incluso bancos como el BBVA lo destacan como una gran opción para salir de la crisis y repensar negocios físicos que necesiten de ese apoyo online para sobrevivir, las búsquedas en Google del término han crecido como nunca y Shopify, principal plataforma para crear las tiendas, ha lanzado una prueba gratuita de 90 días coincidiendo con su máxima cotización en bolsa (cada acción vale 800 dólares, 4 veces más que hace un año).

Todo esto da idea de lo lejos que ha llegado la idea, pero cuidado, hay un gran riesgo de caer en una trampa o al menos acabar con más problemas que beneficios. "Se generan unas expectativas que no son tales y puedes acabar metido en un embrollo", apunta Pascual que en este tiempo ha montado hasta 8 tiendas de este tipo y va contando sus peripecias en su canal de YouTube.

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Cómo él también opina Nacho Martín, emprendedor y experto en marketing. "El problema es que si entras en internet y buscas información hay muchos 'gurús' y demás que te venden esto como algo súper rompedor, que da dinero fácil y rápido y que puede crear cualquiera. La realidad es que puedes pillar una buena racha momentánea, acertar con proveedor y producto y conseguir hacer algo de negocio, pero lo normal es que si empiezas de cero, sin tener ni idea de marketing digital y con el objetivo de ganar dinero en días acabes mal", apunta Martín. ¿La razón principal? Todo pasa por la estrategia que ha denigrado este modelo de negocio y que Pascual ha definido como 'DropAli'.

El lado oscuro

El nombre que le ha puesto Pascual corresponde a todos los que venden el modelo que casi se ha adueñado del término 'dropshipping' y que lo han manchado: montas una tienda en Shopify, la diseñas para que parezca seria, buscas productos en AliExpress y los vendes en tu tienda un 15% más caros, o más, incluso engañando a los usuarios con supuestas rebajas. La inversión se centra en meter publicidad en Facebook, Google o incluso en pagar a 'influencers' para que el comprador elija tu tienda antes de encontrar la plataforma que es más barata confiando en que este no mirará más allá y se fiará de lo tuyo.

"Es el modelo que venden todos los gurús y que se suele encontrar en sitios como Instagram o Facebook. Las redes sociales están plagadas de esto y con el confinamiento se ha disparado aún más", apunta Pascual. Si uno busca por espacios como YouTube verá como son muchos los 'influencers' que apuestan por el modelo vendiéndote incluso cursos de especialización, pero como ha podido demostrar Pascual, de funcionar, este modelo solo da para un corto periodo de tiempo. "Es cuestión de tiempo que la gente te descubra o que el mismo producto lo empiecen a vender varias tiendas como la tuya y a mejor precio. Por no hablar del tema de pagar Hacienda o gestionar las devoluciones. Detrás de la idea de dinero fácil se esconde un quebradero de cabeza brutal".

Pascual además, menciona puntos como el trato de los datos personales y la ética de no saber lo que estás vendiendo. "Tú piensa que coges los datos personales de una persona que ha comprado en tu tienda y se los das al proveedor de AliExpress al que no conoces de nada para que le envíe el pedido sin avisarlo antes en la web. Además, la mayoría de los que hacen DropAli no saben ni lo que venden, es decir, no testan producto sino que ven lo que funciona con herramientas de seguimiento de redes sociales o de ventas en AliExpress y lo ponen como producto de su tienda. No sé si es ilegal todo esto pero a mí me parece cuestionable cuanto menos".

Con el confinamiento, además, han encontrado filones como una excusa para el problema de los tiempos. "De siempre cualquier venta a través de AliExpress tarda unos 25 días y estas tiendas no pueden cambiar esos tiempos, pues ahora te dicen que esta tardanza se debe a los problemas en aduanas y demás por el coronavirus. Claro, el cliente es fácil que se lo crea y así llevan desde marzo. Con el tema del 'fitness' ha sido impresionante porque si han reventado los 'stock' de las empresas serias imagínate lo de estas tiendas...".

Martín, por su parte, lamenta que el DropAli se haya adueñado del modelo. "Han corrompido la idea sana de hacer 'dropshipping' para testar producto antes de ponerte a producir o invertir más en dicho producto para explotar un modelo de dinero sucio rápido. Para qué voy a complicarme la vida, monto una tienda fantasma en Shopify, me busco un producto viral, inflo el precio, la promociono, vendo lo que pueda y en cuanto me pillen borro y listo. Es penoso", apunta. Además, es que ni siquiera con esa mala praxis garantizas el éxito, por eso el cuidado que se debe tener. "Te puedes acabar comiendo todas las compras, peleado con el proveedor, con el cliente y sufriendo para que todo llegue correctamente y no enfrentarte a más problemas", añade Pascual.

El lado de la luz

Vale, ya hemos visto el peor punto del 'dropshipping' pero, ¿qué hay del lado bueno? Como comentan Pascual, Martín y otros expertos consultados por este periódico, el modelo legal y ético puede funcionar y tiene sentido si se hace bien con una estrategia clara, aunque claro eso no da dinero fácil. "Puedes usarlo, sobre todo, como paso previo para testear productos o mercado. Así empezaron marcas como Hawkers, por ejemplo, o en Minimalism Brand. Ellos buscaron proveedores en China que ofrecieran lo que querían y creían que podía funcionar, retocaron el producto, negociaron y empezaron a vender. Al ver que funciona, o no, pues ya puedes pensar en almacenar, escalar, impulsar la marca, etc".

Foto: Los cuatro co-fundadores de Pompeii. De izquierda a derecha, Jaime Garrastazu, Jorge Vidri, Nacho Vidri y Cosme Bergareche.

Incluso, según Martín, puedes mantener el modelo 'dropshipping' durante años si apuestas por proveedores locales o de confianza, vas modificando y mejorando tus productos y demás. "Puedes hacer valer tu marca al ofrecer valor añadido como pagos cómodos (PayPal), devoluciones, envíos rápidos, atención al cliente en tu idioma... Incluso con esas mejoras sigues haciendo 'dropshipping', porque no olvidemos que esto se basa en vender producto sin tenerlo tu almacenado en físico, simplemente conectas productor y cliente, pero claro eso lleva tiempo, dedicación, solidez y no trae dinero de forma tan rápida".

Pascual apunta en una idea similar y abre el camino a otra idea para vivir de todo esto. "Mira, yo soy claro y en lo que llevo experimentando con el 'dropshipping' he ganado más por lo generado por mis vídeos en YouTube donde publico todas las peripecias que por lo que ingreso con las tiendas. Se paga muchísimo mejor el hablar del 'dropshipping' que el hacerlo, para que te hagas una idea".

Con la crisis del coronavirus el comercio por internet se ha convertido en una tabla de salvación. Mientras los negocios tradicionales se veían obligados a cerrar, todo el que tenía web basaba en ella su supervivencia y el que no la tenía hacía lo imposible para conseguirla. De ahí que plataformas como Amazon se hayan disparado con la crisis y muchas compañías que antes tenían su página como un aspecto secundario se hayan vuelto locos para ponerse al día, pero, como de costumbre en la red, no todo es tan bonito como parece. En pleno 'boom' del 'ecommerce' han florecido modas como la del 'dropshipping' que han puesto en alerta a numerosos especialistas por sus puntos más oscuros.

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