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¿Es justo un juicio por Zoom? El lío de los tribunales con internet en plena pandemia
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Las dudas de condenar por videoconferencia

¿Es justo un juicio por Zoom? El lío de los tribunales con internet en plena pandemia

La Justicia no se libra de las consecuencias de la pandemia y muchos países, incluido España, se lanzan a buscar soluciones en el mundo digital, pero no es tan sencillo como parece

Foto: Primer juicio con audiencia pública en la sección de la Audiencia en Vigo. (Foto: EFE)
Primer juicio con audiencia pública en la sección de la Audiencia en Vigo. (Foto: EFE)

La noticia se conocía este mismo miércoles, un tribunal de Singapur ha condenado a muerte a un ciudadano malayo por tráfico de drogas. Pero lo más llamativo no es la, ya de por sí, dura sentencia, es que el condenado ha conocido su suerte a través de una videoconferencia realizada con la 'app' Zoom. Este es un caso extremo, pero sirve como ejemplo de cómo la Justicia también sufre las consecuencias del covid y se enfrenta a una revolución digital que muchos aún no ven claro. Ante un tema tan delicado, el cómo conseguir que los juicios 'online' cuenten con las mismas garantías que los presenciales y las dudas sobre si la solución digital sirve para todos los casos ha generado un gran debate a nivel global.

En nuestro país la discusión también ha aparecido, y los tribunales españoles no son ajenos a lo que está ocurriendo. Es más, desde principios de mayo, ya se han celebrado varios juicios online en nuestro país y cada día son más. El primero fue el 6 de mayo en el juzgado número 2 de Barbastro, en Huesca, y trató sobre la modificación de las medidas de custodia de una menor en un divorcio. Mientras que los abogados de las partes y la fiscalía participaron desde casa, la jueza, la secretaria judicial y la auxiliar lo hacían en sala. Tras este caso han venido varios más que han hecho más palpable la necesidad de regular todo esto de forma definitiva y así lo aseguran varios expertos.

Foto: La aplicación móvil de Zoom (EFE)

El primero de ellos es Jorge Morell, abogado y experto en Derecho en internet, que, según cuenta a Teknautas, ve con buenos ojos esta evolución de la Justicia hacia el uso de las nuevas tecnologías, pero deja claro que aún queda bastante en España. "Creo que puede ayudar a agilizar muchos procesos y más con la carga de trabajo que se viene encima y los problemas de la pandemia, pero todavía queda bastante por hacer, sobre todo por la falta de recursos técnicos y también formación", apunta Morell que, aunque cree que costará, sí que apuesta por que este es el inicio de un camino que ya no volverá sobre sus pasos. "Es algo necesario para modernizar el sistema, hay muchos procesos que se pueden resolver de manera telemática".

Más reticente es Sergio Carrasco, también abogado y experto en derecho y tecnología. "Las circunstancias nos están obligando a evolucionar en esto a marchas forzadas, y eso no es demasiado bueno cuando venimos de un sistema que apenas estaba preparado para un cambio tan brutal. Se están haciendo las cosas a toda prisa en todo y debemos tener mucho cuidado y sentar buenas bases sí queremos que funcione". Asegura que un juicio telemático puede ser justo, pero es muy posible que a cambio de usar estas herramientas tecnológicas tengamos que sacrificar ciertas garantías. "Es algo con muchísimas aristas y detalles y yo veo muy complicado poder dar todas las garantías".

placeholder El juez decano de Vigo, Germán Serrano, durante el primer juicio plenamente telemático realizado en Galicia. (Foto: EFE)
El juez decano de Vigo, Germán Serrano, durante el primer juicio plenamente telemático realizado en Galicia. (Foto: EFE)

Carrasco menciona el artículo de la magistrada Natalia Velilla en la página HayDerecho que defiende una idea similar a la suya desde el punto de vista de una jueza y que habla del peligro de las prisas que pueden transformarse en un sistema que no tenga bases sólidas. "Los juicios telemáticos pueden constituir una herramienta accesoria que permita la agilización de determinados trámites procesales, vistas y comparecencias, pero han de garantizar la seguridad jurídica", argumenta Velilla. Ambos, y también Morell, hablan de dos puntos clave que deben trabajarse muy bien para poder dar garantías al proceso: la seguridad del sistema tecnológico y la publicidad. De no hacerse bien puede generar grandes problemas, según estos expertos.

¿Podemos utilizar Zoom?

Tanto para Morell como para Carrasco el primer paso para que esto funcione tiene que pasar por las herramientas tecnológicas que se utilicen. Sin un programa fiable lo demás pasa a un segundo plano. "Estamos viendo cómo se está empezando a utilizar en todo tipo de administraciones, no solo juzgados, servicios como Zoom que son de terceras empresas, internacionales y que, bueno, ya sabemos la relativa seguridad que dan. Esto debería cambiarse", apunta Carrasco. Morrell, por su parte, apuesta por crear un sistema propio que dé garantías. "Creo que sería importante poder contar con una herramienta desarrollada a nivel estatal y que cumpliera con los requisitos, incluso se puede utilizar el código que ya dan algunas 'apps' como Jitsi".

El objetivo no es solo garantizar el servicio interno sino controlar la herramienta, adecuarla a las necesidades y evitar ciberataques o problemas similares. El propio Tribunal Constitucional ha puesto pegas a este modelo de juicios por el miedo a ataques y magistrados como Velilla ven problemas además en la identificación o en la práctica de prueba testifical. "Mirando al futuro, ¿quién te dice que alguien no puede llegar a usar 'deepfakes' o engañar de alguna forma al sistema? Incluso el declarante puede tener a alguien al lado asesorándolo y que nadie se dé cuenta. Hay que tener en cuenta muchos matices", argumenta Carrasco.

placeholder La secretaria de juzgado durante el primer juicio plenamente telemático en el Juzgado de lo Social número 2 en Vigo, este lunes. Durante el juicio, los abogados entrarán por videollamada en una sala virtual. (Foto: EFE)
La secretaria de juzgado durante el primer juicio plenamente telemático en el Juzgado de lo Social número 2 en Vigo, este lunes. Durante el juicio, los abogados entrarán por videollamada en una sala virtual. (Foto: EFE)

Para salvar todos estos escollos, según estos expertos, lo primero de todo sería desarrollar un sistema de garantías a nivel nacional siguiendo, en España, la ley 40/2015 que en sus artículos 156, 157 y 158 regula este tipo de aplicaciones y programas y con ello ir construyendo todo lo demás. Relacionado con esto, como explica Morell, el Consejo General del Poder Judicial está trabajando en una guía para la celebración de juicios telemáticos que perfilará mucho más el cómo se pueden hacer, indicando las condiciones preferentes, las tecnologías recomendadas o las mejores pautas a seguir.

Una guía muy necesaria para, además, saber cómo atajar el problema de la publicidad de los juicios. "Los juicios presenciales son públicos y cualquiera puede acudir, pero claro tú no puedes poner un 'streaming' de Twitch o YouTube para que lo vea todo el que quiera, sería una locura. De momento algunos juzgados por lo que están apostando es por que el que quiera pida una credencial y se le dé acceso al vídeo, pero claro también está el tema de que esa persona puede grabar todo lo que ocurre y hacer lo que quiera con ese vídeo. Incluso un periodista acreditado puede grabarlo, publicarlo, y decir que es derecho a la información. Es un tema complicado", apunta Morell.

¿Se puede condenar a la cárcel por videollamada?

Por último, queda la duda de si el juicio telemático puede aguantarlo todo, si podría, una vez puesto a punto el sistema, servir para todo tipo de juicios. Aquí discrepan los abogados y mientras Carrasco apuesta por mirar caso a caso, Morell sigue la idea de la jueza Velilla y apuesta más por separar entre tipos de jurisdicción. "El caso de Singapur es un buen ejemplo de lo que creo que no podría llegar a darse por videoconferencia. Creo que los casos penales serían muy complicados de realizar por vía telemática pero hay muchos otros como el caso de Barbastro o muchos civiles, mediaciones, arbitrajes... en los que incluso se ahorraría tiempo y dinero sin sacrificar garantías", apunta Morell.

Velilla va mucho más allá en su artículo y apunta que "la videoconferencia, por tanto, debe ser concebida como algo excepcional, prevista únicamente para casos en los que no pueda realmente realizarse la actuación judicial de manera presencial o que esta no esté aconsejada (situación actual de riesgo de contagio, por ejemplo). Mantener que lo telemático 'ha venido para quedarse' es poner a la Justicia en bandeja tanto a este como a futuros gobiernos que fácilmente optarán por no crear nuevos efectivos y saturar aún más a los ya existentes".

placeholder (Foto: EFE)
(Foto: EFE)

Además, como informó este periódico hace una semana, el debate sobre este tema viene de lejos en España. El Tribunal Supremo determinó en una sentencia de 2005 que las vistas orales no presenciales no garantizaban la inmediatez de la prueba y tumbó una sentencia dictada siguiendo este sistema.

La resolución, de la que fue ponente el fiscal general José Manuel Maza en su etapa en el alto tribunal, determinaba que en el orden penal, mientras otros elementos probatorios, como los testimonios o las periciales, permitían la posibilidad de una correcta percepción a pesar de la distancia, el acusado no solo puede ser "objeto" de prueba a través del contenido de sus manifestaciones sino que también representa un papel de sujeto activo en la práctica de las actuaciones que se desarrollan en el acto de su propio juicio. Para ello, decía, adquiere gran relevancia tanto su presencia física como también la posibilidad constante de comunicación directa con su letrado que, de otro modo, podría ver seriamente limitadas sus funciones de asesoramiento y asistencia.

Aunque, como asegura Morell, todo apunta a que esta pandemia dará un impulso muy importante a la Justicia telemática, está claro que aún quedan muchos flecos sueltos y no todos los expertos lo ven igual. En lo que sí coinciden todos es en que en un terreno tan delicado no basta con una solución como la que usamos en casa. "Un busto parlante no puede meter a nadie en prisión", termina la magistrada Velilla.

La noticia se conocía este mismo miércoles, un tribunal de Singapur ha condenado a muerte a un ciudadano malayo por tráfico de drogas. Pero lo más llamativo no es la, ya de por sí, dura sentencia, es que el condenado ha conocido su suerte a través de una videoconferencia realizada con la 'app' Zoom. Este es un caso extremo, pero sirve como ejemplo de cómo la Justicia también sufre las consecuencias del covid y se enfrenta a una revolución digital que muchos aún no ven claro. Ante un tema tan delicado, el cómo conseguir que los juicios 'online' cuenten con las mismas garantías que los presenciales y las dudas sobre si la solución digital sirve para todos los casos ha generado un gran debate a nivel global.

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