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El enigma médico del coronavirus: ¿por qué la epidemia casi no afecta a los niños?
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apenas hay casos de niños infectados

El enigma médico del coronavirus: ¿por qué la epidemia casi no afecta a los niños?

La aparición de un recién nacido con el virus es un caso excepcional y aún no se sabe si pudo pasar de la madre al niño a través de la placenta o si se contagió justo al nacer

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Las cifras que deja el virus de Wuhan siguen creciendo sin parar: más de 28.000 infectados y más de 565 muertes. La revista JAMA Networks publicaba esta semana un análisis detallado acerca de datos clínicos relevantes y de los perfiles de los enfermos y fallecidos. La información es significativa: “La mediana de edad de los pacientes es entre 49 y 56 años. Los casos en niños han sido raros”, resumían los investigadores.

No obstante, la agencia de noticias china Xinhua informó ayer sobre el primer caso de coronavirus en un recién nacido. La madre del bebé dio positivo antes de dar a luz, así que no está claro si pudo transmitirle la enfermedad antes o después del nacimiento, lo que deja nuevas dudas sobre el nuevo coronavirus.

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Aunque el caso se ha conocido ahora, el bebé nació el pasado domingo, 2 de febrero, y se le diagnosticó 30 horas después, por lo que es difícil saber si el contagio se produjo en el útero materno –por lo tanto, una nueva vía de contacto no descrita hasta ahora–, justo en el parto o en el contacto posterior con su progenitora. Si se tratara de esta última hipótesis, no habría nada de extraordinario, puesto que hasta ahora se ha constatado la transmisión del patógeno a través de pequeñas gotas de agua que pueden salir en forma de tos o estornudos.

En cualquier caso, la agencia china informaba de que el bebé estaba en buenas condiciones y estable, lo que también estaría en consonancia con la falta de incidencia de la enfermedad –o al menos, de los síntomas– en los más pequeños.

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(Reuters)

Isabel Sola, investigadora del Laboratorio de Coronavirus del Centro Nacional de Biotecnología (CNB), muestra su cautela a la hora de valorar la incidencia de la enfermedad entre los niños. “Hay mucha información, estadísticas y números que son provisionales”, afirma en declaraciones a Teknautas. No obstante, “sí parece confirmado que hay casos de niños asintomáticos” y eso no sorprende en este coronavirus, ya que “sucedió algo muy parecido en el SARS”, asegura, en relación a la epidemia de coronavirus declarada en 2003 y que ella misma estudió a fondo junto a Luis Enjuanes y el resto de su grupo de investigación.

De hecho, no hay ningún registro de niños fallecidos por el SARS. Es más, al analizar los más de 8.000 casos que dejó el brote, los informes sólo hablan de 135 menores infectados, según recogía esta semana una información de The New York Times. En la otra gran epidemia de coronavirus, el MERS (cuya mayor incidencia tuvo lugar en Arabia Saudí en 2012 y en Corea del Sur en 2015) se sabe que la mayoría de los menores infectados nunca llegó a desarrollar síntomas. Para tener una explicación, “aún nos queda mucho por saber, tendremos más respuestas cuando se vaya reuniendo información, sobre todo en relación a los mecanismos de patogénesis del virus”, pero los especialistas ya tienen algunas explicaciones posibles por la información que tienen de casos similares.

El sistema inmune envejece

La primera y más clara, porque es común a muchas otras infecciones, es que los virus tienen un mayor efecto sobre las personas mayores debido al fenómeno de la inmunosenescencia. “A medida que las personas se hacen mayores, su sistema inmune se debilita, también envejece y ya no responde con la misma eficacia que cuando somos niños”, señala Isabel Sola. A esto hay que añadir que con la edad van apareciendo otras complicaciones, como enfermedades crónicas, diabetes o problemas pulmonares. “Una persona de más edad siempre es más vulnerable a cualquier infección, sus síntomas van a ser más severos”, asegura.

En realidad, la poca incidencia en la población infantil en relación a otras edades no es hecho exclusivo de este brote epidémico ni una particularidad de los coronavirus, ocurre lo mismo con la gripe convencional, por ejemplo. “Si nos fijamos, sele recomendarse la vacunación para personas mayores o colectivos de riesgo, pero no para los jóvenes”, apunta.

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También en otras infecciones virales muy distintas, como es el caso de la varicela, “cuanto más mayor, más vulnerables, es una cuestión que tiene que ver con el proceso de inmunosenescencia”, insiste. En definitiva, la teoría más plausible no es que la enfermedad no afecte a los niños, sino que probablemente haya muchos casos que pasan inadvertidos, “porque no tienen síntomas importantes y no van al médico o no se notifican”, opina la experta, “aún tenemos muchas cosas por descubrir”.

Un buen ejemplo puede ser el caso que recogió la revista científica The Lancet hace días. El pasado 24 de enero publicó varias conclusiones sobre la transmisión del coronavirus de persona a persona fijándose en particular en una familia china que había viajado a Wuhan. Varios miembros de este grupo que tenían edades de entre 36 y 66 años regresaron con síntomas claros de la neumonía, entre ellos, fiebre y dolor de garganta. Sin embargo, un niño de 10 años permanecía asintomático a pesar de que las radiografías revelaron unas manchas en el pulmón propias de la enfermedad.

Ante estas circunstancias, cabe preguntarse si un niño sin síntomas puede contribuir a la transmisión de la infección. Esta cuestión está siendo controvertida desde comenzó a plantearse, aunque parece que los casos registrados en Alemania apoyan la posibilidad de que cualquier adulto contagiado sin síntomas esté transmitiendo el virus desde el primer día. Si los niños también pudieran hacerlo, la expansión del 2019nCoV sería aún más difícil de controlar, ya que, por lo que parece, son mucho más propensos a pasar la enfermedad sin pistas de que la tengan.

Según la investigadora del CNB, tampoco se puede descartar de antemano que el caso del recién nacido haya sido una transmisión de madre a hijo previa al nacimiento. “Hay virus que tienen la capacidad de atravesar la placenta, el caso más evidente es el del zika”, reconoce. Sin embargo, “no tenemos noticia de antecedentes en coronavirus, no hay ningún caso descrito al respecto”, así que considera que es muy probable que el contagio se haya producido inmediatamente después del parto.

Las cifras que deja el virus de Wuhan siguen creciendo sin parar: más de 28.000 infectados y más de 565 muertes. La revista JAMA Networks publicaba esta semana un análisis detallado acerca de datos clínicos relevantes y de los perfiles de los enfermos y fallecidos. La información es significativa: “La mediana de edad de los pacientes es entre 49 y 56 años. Los casos en niños han sido raros”, resumían los investigadores.

Síndrome respiratorio agudo severo (SARS)
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