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La fórmula del odio en internet: por qué tú tienes más posibilidades de que te acosen
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¿quién sufre más acoso y por qué?

La fórmula del odio en internet: por qué tú tienes más posibilidades de que te acosen

El odio 'online' no es casual ni improvisado: la mayoría de veces, de hecho, está organizado y tiene a sus víctimas bien identificadas. Spoiler: si eres mujer, homosexual o no blanco, estás en la diana

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Por desgracia, casi todos nos hemos acostumbrado al odio en internet. Ya ni siquiera nos asombra entrar en una red social, un foro o una web y ver cómo una o varias personas están machacando a otra por motivos espúreos o que ellos mismos ya ni siquiera tienen claros. En la época de las opiniones sin filtro, el acoso en internet viene a ser otro día en la oficina.

Pero ¿a qué se debe todo ese odio? ¿Es improvisado o está bien organizado? ¿Quiénes lo promueven? Más allá de la personalidad, ¿hay características políticas, de sexo, raza o religión que sean comunes a la mayoría de abusadores? Lo cierto es que sí. La literatura científica evidencia que el odio en internet ni es casual ni afecta a todos por igual. Y, como veremos, si perteneces a algún tipo de minoría o núcleo de población en especial peligro, estarás marcado de por vida.

Foto:  Personalidades como Ana Pastor, Eva Hache, Lara Siscar y América Valenzuela han sufrido episodios de acoso, en algunos casos incluso físico. (Montaje: Carmen Castellón)

¿Qué motivaciones hay tras el odio 'online'?

Ningún hecho puede justificar ni responsabilizarse del odio vertido en internet y las redes sociales, pero los acosadores, por lo que se ve, quizá piensen lo contrario. Como demuestran varios estudios, la propagación de mayor o menor odio no solo depende del carácter virulento o sosegada de cada persona, sino también de sus fobias. Y algunas son muy evidentes.

El año pasado, la Anti-Defamation League (ADL) de Estados Unidos se hizo una pregunta: ¿qué factores impulsan más a los acosadores a propagar odio en internet contra ciertas personas? ¿Hay fobias evidentes? Analizaron las causas en la investigación Online Hate and Harassment: The American Experience, un estudio que puso negro sobre blanco que las principales víctimas de odio 'online' no son precisamente las que gozan de mejor posición social. Así, la pertenencia a un grupo desfavorecido, la ideología política, el sexo, la raza o la condición sexual se mostraban como ingredientes claros para recibir proclamas agresivas en la Red.

¿Qué acoso sufren las víctimas?

Una vez identificados los motivos de la fobia, ¿de qué manera se manifiesta? El mismo informe de la ADL estudia este fenómeno y la manera en que los propagadores de odio atosigan a sus víctimas. Los insultos, el acoso severo, la amenaza física o incluso el acoso sexual están cada vez más presentes. También llama la atención la presencia de un factor que no es mayoritario, pero sí más peligroso por su extensión temporal: el acoso prolongado.

Además, el odio nunca resulta inocuo, siempre deja consecuencias en quienes lo padecen. ¿Qué ocurre cuando constantemente se poducen este tipo de situaciones de acoso, vejaciones o conflicto en internet? Como detalla a ADL, lo peor es que muchas veces esa agresividad se trastalada al mundo físico, llegando incluso a aumentar los crímenes de odio.

¿Quiénes acosan más a sus víctimas?

A la hora de analizar el acoso hay cinco factores predominantes: política, raza, religión (estos tres frecuentemente unidos), orientación sexual y género. En cuanto a los tres primeros, ¿quiénes sos los que más promueven este tipo de discursos? ¿Hay ecuanimidad a un lado y otro de la balanza? ¿O hay grupos más propensos al odio que otros? Las grandes redes sociales tienen un discurso recurrente: combaten el acoso y el odio proceda de donde proceda y sean cuales sean sus formas. Pero hay quienes no están de acuerdo con este diagnóstico.

La Universidad George Washington estudió hace tiempo un fenómeno: la proliferación de cuentas de Twitter dedicadas a la vanagloria de ISIS frente a las defensoras de la supremacía blanca y el 'coqueteo' con el nazismo. Según dicho informe, mientras Twitter eliminó cerca de 250.000 cuenta sospechosamente vinculadas al terrorismo islamista, lo cierto es que los supremacistas no solo no notaban caída alguna, sino que, de hecho, conseguían aumentar su difusión paulatimente. Para ilustrarlo, el informe puso un ejemplo: el de siete cuentas supremacistas blancas que entre 2012 y 2016 multiplicaron exponencialmente sus seguidores. Ese mismo año, de hecho, la investigadora Olga Jubany, coordinadora de un estudio del Prism Project de la UE sobre racismo en Facebook, aseguraba que de cada 100 mensajes supuestamente racistas denunciados, solo 9 acababan siendo borrados por la red social.

En lo que se refiere a homofobia, el acoso 'online' también es constante. La Union des étudiants juifs de France analizó en 2015 los casos de ciberbullying en su país y descubrió que el 46% de los hombres y el 43% de las mujeres que sufrían acoso lo hacían por su condición de homosexuales.

¿Cómo se lidia una situación de este tipo? Fue precisamente lo que se preguntó en 2017 Statista Survey, que encuestó a personas que sufrían ataques homófobos 'online' para averiguar cómo reaccionaban ante estas situaciones. En la investigación descubrieron que el 68% prefería no responder (el 44% ignoraba los mensajes y el 24% bloqueaba al acosador), mientras que apenas el 17% se veía con fuerzas para responder.

Mujeres: acosadas e impotentes

¿Y en cuanto al género? ¿Acosan hombres y mujeres por igual o hay diferenciación en la propagación de discursos de odio? El Pew Research Center hizo una encuesta entre adolescentes de Estados Unidos para evaluar el estado del ciberacoso. Ellas sufrían más estas prácticas y, además, eran las que menos las ejercían.

Y si nos centramos en el ciberacoso sexual, hay que añadir una nueva variable a la ecuación: la edad. Según una encuesta de la Unión Europea, el 20% de las mujeres entre 18 y 29 años ha sufrido acoso sexual en internet, unas cifras que descienden a medida que aumenta la edad. Todo ello se suma a un clima de vejación constante que en 2016 la consultora demostró al poner sobre la mesa un dato: cada 10 segundos, alguien llama 'zorra' o 'puta' a una mujer en Twitter.

Y estas mujeres, ¿cómo se sienten tras exponerse a este tipo de conductas? En este caso las consecuencias tampoco son inocuas: el 66% siente impotencia, el 61% tiene problemas para dormir y el 55% llega a sufrir ciertos periodos de pánico, ansiedad o estrés.

Las estadísticas, en definitiva, son claras. Los discursos de odio se han asentado con total normalidad y cierta impunidad en internet, pero no por ello son masivos ni azarosos, sino que están cuidadosamente elaborados, seleccionados y dirigidos. No todo el mundo sufre con la misma frecuencia este tipo de acosos, ya que las víctimas suelen ser recurrentes: si eres mujer, homosexual o de raza no blanca, estás en la diana del odio 'online'.

Por desgracia, casi todos nos hemos acostumbrado al odio en internet. Ya ni siquiera nos asombra entrar en una red social, un foro o una web y ver cómo una o varias personas están machacando a otra por motivos espúreos o que ellos mismos ya ni siquiera tienen claros. En la época de las opiniones sin filtro, el acoso en internet viene a ser otro día en la oficina.

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