El TJUE abre la puerta a que Facebook tenga que frenar la 'máquina del fango'
La justicia europea ha sentenciado este jueves que los tribunales pueden obligar a Facebook a borrar todos los comentarios idénticos o similares a otros que se hayan declarado ilegales
Internet es una habitación enorme llena de bidones de gasolina y cada comentario que se vierte en él corre el riesgo de ser una cerilla encendida. Cuando eso pasa el desastre está asegurado. Los comentarios corren como la pólvora, y con ellos la información. Las ‘fake news’ son imparables una vez arrancan. Da igual que haya signos obvios de que son noticias falsas, el daño ya está hecho: inmediatamente eso se multiplica y se extiende por toda la red.
A veces los comentarios y las informaciones que se dan son difamatorias, directamente declaradas ilegales por los tribunales. Facebook, la gran y todopoderosa red social, puede verse obligada a eliminar un determinado comentario que ha sido objeto de una sentencia judicial, pero inmediatamente hay cientos de otras entradas, fotografías, tweets o posts de Facebook que lo han reproducido.
En otras ocasiones hay muchos comentarios similares, despectivos, vejatorios y, por lo tanto, condenables. Y como muchos ‘trolls’ no tienen la imaginación entre una de sus virtudes, es normal que muchos de los mensajes de ataques sean idénticos o iguales. La persona que ha sido objeto de dichos comentarios no puede ir denunciando uno a uno.
Ahora, tras una decisión del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), se abre la puerta a que los tribunales, con la directiva de comercio electrónico en la mano, puedan obligar a Facebook a eliminar comentarios y contenidos idénticos o similares a otro que ya se considerara ilícito. La red social debe comportarse como un dominó: si tribunal tira la primera pieza, deben caer todas las demás. Deberán rastrear y eliminar contenidos idénticos o similares. La sentencia señala que Facebook podrá utilizar “técnicas e instrumentos de búsqueda automatizados” para encontrar estos contenidos y eliminarlos.
Recientemente la justicia europea abordó otro asunto digital: el derecho al olvido. En ese caso señaló que se limita a la UE, y que no se puede obligar a Google a su aplicación en todo el mundo. Sin embargo en esta nueva sentencia el TJUE mira más allá de las fronteras europeas, y señala que esta obligación se aplicaría “a nivel mundial”.
Todo comenzó cuando en 2016 un usuario de Facebook compartió una información con una fotografía de Eva Glawischnig-Piesczek, líder de Los Verdes austriacos. El artículo señalaba que la formación ecologistas estaba a favor de unos ingresos mínimos para los refugiados. El usuario acompañó el link de comentarios como “idiota corrupta” y “miserable traidora al pueblo”. Glawischnig-Piesczek pidió a Facebook que eliminara dicho contenido y todos los que fueran similares.
Internet es una habitación enorme llena de bidones de gasolina y cada comentario que se vierte en él corre el riesgo de ser una cerilla encendida. Cuando eso pasa el desastre está asegurado. Los comentarios corren como la pólvora, y con ellos la información. Las ‘fake news’ son imparables una vez arrancan. Da igual que haya signos obvios de que son noticias falsas, el daño ya está hecho: inmediatamente eso se multiplica y se extiende por toda la red.