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El Wiko View 3 Pro, a prueba: el BQ francés de 300€ que ya compite con Xiaomi
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DISEÑO Y BATERÍA, SUS GRANDES BAZAS

El Wiko View 3 Pro, a prueba: el BQ francés de 300€ que ya compite con Xiaomi

Es el móvil más ambicioso de los franceses. Un modelo con triple cámara que persigue lo mismo que el P Smart y el Mi A2. No despuntar en nada pero tampoco falla estrepitosamente

Foto: Foto: M. Mcloughlin.
Foto: M. Mcloughlin.

Diseñado en Francia, montado en China. La de Wiko y la de BQ son historias paralelas. No solo por idear sus terminales por estas latitudes y cocinar luego sus 'smartphones' en el lejano Oriente. La empresa española, ahora VSmart, fue absorbida hace pocos meses por VinGroup, el emporio empresarial del que muchos consideran el Amancio Ortega vietnamita, después de que este se hiciese con el 51% del accionariado. Todo ocurrió tras una primera colaboración que acabó por ser un caballo de Troya. Los galos acabaron fagocitados por los chinos de Tinno. La diferencia es que el fabricante de Marsella mantuvo sus apellidos de soltero y, por tanto, su marca. El gran beneficio para ambos después de estos matrimonios es que ahora tienen fábrica propia.

Foto: VSmart Active 1  de la nueva BQ. (C. Castellón)

Wiko, al que podríamos llamarle perfectamente el BQ francés dadas estas similitudes, no es una marca de altos vuelos. Sus productos se sitúan en los teléfonos de batalla. Hasta ahora estaban más cerca de los 200 euros o, incluso, por debajo.. Modestos, sí, pero al fin y al cabo los que más se venden en España. Esos donde es inevitable hablar de Xiaomi, Motorola o Huawei. Ahora han roto su techo y se colocan al borde de los 300 euros. La competencia es feroz y, por tanto, uno no se puede presentar con cualquier cosa. Diseño, batería y cámara triple son las bazas donde quiere hacer hincapié y poder arañar usuarios ante los pesos pesados de la categoría. Hemos pasado algunas semanas trasteando con él. Y lo hacen para competir con los reyes de la categoría. Aquí lo mejor y lo peor de nuestra experiencia.

Lo que se lleva (y bastante bien)

En el campo del diseño cumple con todas los mandamientos no escritos de la temporada. Un 'notch' ínfimo -en este caso en forma de gota en la zona central del marco superior-, una pantalla con bordes reducidos y cristal templado. Por supuesto, el acabado de su armazón está hecho a base de reflejos degradados. En nuestro caso hemos dispuesto de un color que muta entre tres tonalidades de azul dependiendo como le de la luz. Lo cierto es que le da un aspecto llamativo sin llegar a ser estridente.

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A

El esqueleto, de esquinas redondeadas, también sigue este esquema. El tercio superior luce un matiz cobrizo que va mutando hasta terminar con el mismo azul que la trasera en la parte inferior. De primeras ese tono metalizado te puede dar la sensación de ser algo 'rococó', sin embargo, rápidamente uno se acostumbra. En su base tiene el altavoz y el puerto USB tipo C. El jack de auriculares también se mantiene algo típico de esta gama. El sonido es más que potable. La espalda está presidida por el lector de huellas y el triple sensor fotográfico, que aunque sobresale, no supone una joroba significativa.

El peso es de 184 gramos y el grosor de 8,1 milímetros. Bastante correcta esta estadística si tenemos en cuenta que se trata de un móvil de 6,3 pulgadas. El porcentaje que ocupa el panel en la parte frontal es del 81%. Obviamente, no hay que olvidar que es un móvil de 300 euros, está lejos de los reyes de la categoría. Los bordes, aunque reducidos, son de trazo gordo, especialmente la parte que rodea a la cámara frontal.

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Foto: A2

La pantalla, como decimos con una diagonal de 6,3", cuenta con resolución Full HD + (1080 por 2340 píxeles), lo que sale a 409 pixeles por pulgada. No es un panel que te dejará sin habla. Es correcto en el aspecto de los ángulos de visión y el color (podemos regular la calibración), sin embargo, le falta chicha al brillo máximo. No hay problemas en interiores pero en exteriores, en situaciones de mucha luz ambiental, si que se echa en falta algo más de chicha. Ahora que en Madrid empieza ya la canícula a hacer acto de presencia con sus jornadas de sol justiciero hay alguna vez que he tenido que utilizar la mano de parasol para poder consultar alguna cosa en el andén del Cercanías o por la calle.

Hombre...¡un Mediatek!

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Foto: M. Mc.

Una de las cosas que deja claro que este terminal está llamado a competir en la gama media es su motor. Un Mediatek. El fabricante taiwanés parece haberse centrado en el mercado más económico, teniendo en cuenta el empuje de Qualcomm y sus Snapdragon, los Exynos de Samsung y los Kirin de Huawei en estratos superiores. Pues bien aquí nos encontramos un Mediatek MT6771 Helio P60 de ocho núcleos como procesador. Si con chips más populares no solemos entrar en demasiadas disquisiciones técnicos no lo haremos ahora.

En general, este terminal cumple con lo que se espera por ese precio. Llega jalonado con 6 GB de RAM. Puedes tener seis o siete apps corriendo al mismo tiempo que no se bloqueará y funcionará muy bien. Quizás -suele ser lo habitual en este tipo de terminales- donde más falta de frescura se note es en la cámara. El procesamiento de las imágenes y pasar de la cámara al álbum no siempre es un proceso ligero. Con los juegos ocurre más de lo mismo. Puede mover un amplio abanico de juego gracias a su gráfica. En prácticamente ninguno, siempre que no sea de los pesos pesados, se ha desenvuelto perfectamente. Obviamente con uno de mayor tonelaje habrá tirones y dificultades. Milagros a Lourdes. O a un móvil (bastante) más caro. Teniendo en cuenta todo podemos decir que en la parte de rendimiento tenemos un teléfono notable.

En la memoria interna, en este caso tenemos 128 GB de almacenamiento, aunque también hay una versión de 64GB con 4GB de RAM. Por si esta cifra no es suficiente siempre puedes chutarle otros 256 extra. Eso sí, si queremos utilizar la opción de microSD, habrá que renunciar a una segunda SIM. O una u otra.

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Foto: M. Mcloughlin.

Autonomía: 4.000 mAh

4.000 mAh. Una cifra mágica. La misma que alcanzan muchos de los gama alta de este año. Sin embargo, como con los megapíxeles de las cámaras, no hay que dejarse llevar solo por este número. En este caso, nos da para pasar la jornada sin apuros. En ocasiones he llegado al final del día con el agua al cuello, pero lo normal ha sido tener un 15-20% de batería al llegar a casa. He de decir que soy un usuario intensivo. Aquí, en la parte de la autonomía, es quizás donde más se deje notar la elección del procesador. En donde no han querido fallar es en la inclusión de carga rápida. En media hora es capaz de darnos en torno al 35%. No esa una locura pero nos hace el apaño. Eso sí, la carga completa se ha demorado más de dos horas y cuarto.

Momento ahora para hablar del software. Llega con Android 9.0 de serie. No es Android puro, pero casi, que los aditivos son menores. Esto es de agradecer. Si vas a competir en la gama baja -donde los procesadores son más modestos- no te líes con una capa muy intrusiva que puede ralentizar la experiencia. Todas las funciones extra -aparte de la app de cámara- están metidas en un menú que se llama 'Funcionalidades Wiko', que nos permite tener un 'modo juego' 'modo oscuro' u ocultar el 'notch'.

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Foto: M. Mcloughlin

Para terminar este bloque, un breve apunte sobre la biometria: el sensor dactilar, colocado en la espalda, funciona a la perfección. Incluso con el dedo ligeramente mojado. Tanto que hace que pases por completo del reconocimiento facial. Mencionar también que incluye NFC.

Triple cámara: sabor agridulce

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Foto: M. Mcloughlin.

Es uno de sus grandes atractivos. Una triple cámara que viene equipada con un sensor estándar de 12 megapíxeles, píxeles de 1,25 micras de tamaño y una lente de 27mm. Viene jalonado por un gran angular de 13 megapíxeles y 120 grados y uno, de 5 megapíxeles, dedicado a captar la profundidad. Cuenta con enfoque por fases, así como vídeo hasta 1080p a 30 frames por segundo. No tiene estabilizador óptico (lógico por otra parte) pero si digital. La cámara delantera, por su parte, 16 megapíxeles.

Gran angular versus disparo estándar. (M. Mcloughlin)

La cámara es probable que te deje un ligero regusto agridulce. La parte buena viene porque es de agradecer una triple cámara en un terminal así, que nos permita mayor versatilidad a la hora de tomar imágenes con diferentes encuadres. Sin embargo, también hay ciertas cosas que mejorar. La más básica es no haber habilitado, en el procesamiento de la foto, un mecanismo para corregir la distorsión del gran angular. Se nota claramente el efecto ojo de pez. Esa es la mayor pega. Por lo demás, a plena luz del día es una cámara correcta. Quizás sería deseable una mejor gestión de la definición y un HDR con un efecto algo más fino. De nuevo el punto medio. Ni mucho ni poco ni para tanto. Como en el resto del teléfono.

La cámara de View 3 Pro cumple con eso del ni mucho ni poco ni para tanto

Dispone, como casi todo móvil que se precie a día de hoy, de modo retrato. Se supone que es un efecto 'bokeh' ayudado por un sistema de Inteligencia Artificial. Permite ajustar el desenfoque antes del disparo, como podéis ver en el primer montaje donde a la izquierda está al máximo y a la derecha a un nivel medio. En condiciones de buena luz y con sujetos bien destacados en primer plano consigue resultados bastante llamativos para tratarse de la categoría de producto que es. Sin embargo, cuando se empieza a meter capas intermedias, sufre bastante más, como se puede apreciar en la captura del metro.

Modo retrato con el 'blur' al máximo y a un nivel medio. (M. Mcloughlin)

De noche nos encontramos de nuevo con una de cal y otra de arena. Lo que gana de luminosidad lo pierde en definición. Algo que se percibe en cuanto hacemos aumento para ver algún detalle más en profundidad. Su modo noche es bastante resultón aunque es mejor que nos olvidemos del gran angular en estas situaciones.

¿Merece la pena?

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Foto: M. Mcloughlin

La franja de los 200-300 euros está más competida que nunca. Huawei y Xiaomi, especialmente este último, se han repartido la mayor parte de ese pastel y hay veces que su agresiva oferta impide ver más allá, cuando hablamos de móviles económicos, de sus terminales. Sin embargo, el Wiko 3 Pro es un buen terminal para esos usuarios que tampoco quieren mucho de algo y poco de nada.

En líneas generales se trata de un móvil que cumple en casi todos los aspectos que se puede esperar por ese precio. No va a liderar la clasificación en ningún apartado pero tampoco falla catastróficamente en nada. El mantenerse en la zona templada y no mostrar carencias graves es su mejor baza.

Diseñado en Francia, montado en China. La de Wiko y la de BQ son historias paralelas. No solo por idear sus terminales por estas latitudes y cocinar luego sus 'smartphones' en el lejano Oriente. La empresa española, ahora VSmart, fue absorbida hace pocos meses por VinGroup, el emporio empresarial del que muchos consideran el Amancio Ortega vietnamita, después de que este se hiciese con el 51% del accionariado. Todo ocurrió tras una primera colaboración que acabó por ser un caballo de Troya. Los galos acabaron fagocitados por los chinos de Tinno. La diferencia es que el fabricante de Marsella mantuvo sus apellidos de soltero y, por tanto, su marca. El gran beneficio para ambos después de estos matrimonios es que ahora tienen fábrica propia.

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