El VSmart Active 1+, a prueba: si te molaba BQ, este móvil te gustará. Si no, pues eso

Una de las canciones más mamarrachas de este curso ha sido obra de la cantante Thalia. La mexicana se metió al estudio a ponerle música y ritmo a la letra surgida de un surrealista directo que hizo en Instagram en el que preguntaba a sus 'followers': "¿Están ahí mis vidas? ¿Están ahí? ¿Me oyen? ¿Me sienten? ¿Me escuchan?". Este tema podía ser perfectamente la banda sonora de la nueva BQ, ahora que el 51% de la empresa está en manos de VinGroup, un gigante asiático levantado por una suerte de Amancio Ortega vietnamita. Ahora han traído una nueva hornada de móviles a España, bajo el sello VSmart, que ha enterrado la última marca de 'smartphones' española. Hemos estado diez días con el Active 1+, el de mayor rango. Y la sensación es que nada ha cambiado en esta etapa en lo que se refiere al producto. Es como si BQ estuviese preguntando si la vemos, si la escuchamos y si la sentimos detrás de su nueva identidad.

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El nuevo buque insignia de la compañía se coloca en ese enorme cajón de sastre que se conoce como gama media. Su precio es de 319 euros, rebajado 30 euros frente al precio anunciado inicialmente. Se trata de un terminal con vocación de saciar el apetito de esos que no quieren un terminal con las estrecheces de uno de 180 o 200 euros pero que tampoco piensan en aflojar el equivalente a medio sueldo. La franja de precio donde se coloca es lo más parecido a un campo de minas.

Puedes estar convencidísimo que el terreno donde pisas, hasta que Xiaomi, principalmente, activa un bombazo que deja coja tu estrategia. El BQ... Digo, el VSmart Active 1+ juega al equilibrio. Renunciar a poco, cumplir en (casi) todo lo esencial, despuntar en nada. Es decir, ni mucho ni poco ni para tanto. Android puro, una autonomía decente con carga rápida y un rendimiento más o menos solvente son sus puntos fuentes.

El VSmart Active 1+ es un terminal de 6,18 pulgadas. Cuenta con un diseño 'mainstream', sin que aporte nada diferencial. Es pintón, el color está logradísimo, pero hay detalles que indican claramente que no estamos ante un teléfono de quilattes. La parte trasera, en acabado brillante, apuesta por un color degradado, al estilo de los que puso de moda el P20 de Huawei, que luce francamente bien, a pesar de las huellas que acaba capturando. Aquí, en esta zona, nos encontramos el lector de huellas (que funciona de manera más que correcta), la cámara doble así como el logo de la marca. Pero como decimos hay ciertas hechuras que delatan su condición. No se siente 'premium' al tacto. Sus formas dejan la sensación de que le falta finura. Es como ese amigo 'trapero' al que siempre ves en chándal y cuando se pone el traje para un boda transmite la idea de estar en un mundo que no le pertenece.

Los laterales, con acabado metálico mate, no tiene un empastado muy fino, visualmente hablando. Cuenta con un fino remate entre dorado y bronce que une el borde con la parte trasera que la de un aspecto más barroco que otra cosa. Además de la sensación de tener complejo 'milhojas'. Se ve la lámina de la pantalla y la de la parte inferior y las marcas de goma para la cobertura quedan poco integradas.

Si hubiesen cuidado más esa zona quedaría un terminal más pulido. Por lo demás, nada más destacable. Mide 7,95 milímetros de grosor y pesa 180 gramos. Cuenta con USB tipo C, altavoz y conector para auriculares (siempre es de agradecer) en el inferior. Se puede gobernar con una mano, aunque hay veces que llevarás las dos al terminal.

Un 'notch' muy de 2018

Como decimos la pantalla tiene una diagonal de 6,18 pulgadas y un formato de 18:9, lo que tiene como resultado un terminal bastante rectángular. La parte frontal está coronado con 'notch' bastante visible (una ceja muy del 2018, la verdad) que contiene la cámara frontal, el audífono así como el sensor de proximidad. Más que un móvil sin marcos, es un terminal con menos marcos. Hay trabajo todavía que hacer, especialmente en la parte inferior de la frontal.

Sobre la pantalla, suficiente, pero no maravillará a nadie. Quizás se exigiría un poco más de chicha en condiciones de mucha luz. Se queda con una resolución Full HD+ (1080 x 2246). No es la repanocha, pero es más que suficiente. No echarás en falta nada, a excepción de que pongas un móvil con QHD+ (el S10, por ejemplo) al lado. Sobre colores y ángulos de visión, lo esperable, no más, de una LCD. Buena respuesta y sensibilidad.

Motor discreto

Hablemos del motor. Han escogido un procesador Qualcomm. No podía ser de otra forma, ya que esta firma fue la que hizo de celestina en el acuerdo de colaboración entre VinGroup y la firma española, que a la postre acabaría con la compra. Monta el Snapdragon 660. No es una bestia, pero es capaz de sostener una buena experiencia en un teléfono con Android limpio como este.

Es el mismo caballo que tira del Samsung Galaxy A9 (en su versión para EEUU), el Oppo AX7 o Redmi Note 7 de Xiaomi. Se jalona con 6GB de RAM. Se pueden manejar seis apps abiertas al mismo tiempo sin que se convierta en un dolor de muelas. Tiene algunos tironcillos, en todo caso a la hora de lanzar la cámara o abrir el álbum. No recae en sobrecalentamientos significativos más allá de la configuración inicial. Solo hay una versión en lo que almacenamiento se refiere: 64 GB. De esos, 11,6 están ocupados por el sistema operativo. Se pueden ampliar por microSD, soportando hasta 256GB extra. Eso sí, tendrás que utilizar la bandeja para una eventual segunda SIM.

Android a pelo

Sobre el 'software', como decíamos, tenemos Android puro. Llega con Android 8.1 Oreo. Limpio. Aquí se nota la mano de BQ. No en vano, llegaron a militar en el programa Android One. Poco que decir. Es algo positivo. Ojalá más móviles que apuesten por esto o al menos por meter mano lo justo. La principal ventaja, la rapidez de actualizaciones. El móvil cuenta con un reconocimiento facial, que aunque no tiene una fiabilidad del 100%, funciona bastante bien. Destacar en otros campos, la ausencia de NFC y la inclusión del códec Qualcomm aptX para Bluetooth y radio FM.

Otro apartado importante es la batería. En estos días, el tiempo de pantalla entre carga y carga ha sido de unas 5 horas y media en casi todas las ocasiones. Esto quiere decir que cualquiera, a excepción de que sea un usuario intenso, puede pasar la jornada. La carga rápida, obligada para todo el que quiere competir, te sirve para darle un buen chute rápidamente. En unos 15 minutos tienes el 30% de batería. No, no hay carga inalámbrica.

Una cámara de aprobado (justito)

En época de cámaras triples y teniendo en cuenta que el X2 Pro -uno de los últimos representantes de BQ en el mercado- ya lo incorporó, en el Active 1+ nos encontramos un doble sensor firmado por Samsung, con una pieza de 12 megapíxeles de resolución y otra de 24. Un sensor RGB estándar y un telefoto.

La apertura de ambas lentes es de f/1.8 y el tamaño de los píxeles se queda en 0,9 micras. Tiene un buen desempeño si tenemos en cuenta su precio y cuenta con un modo manual que te permite controlar enfoque, ISO o exposición. Puede disparar en formato RAW y cuenta también con HDR automático. Aquí algunos ejemplos.

Sobre el modo retrato decir que no va a dejar a nadie sin habla pero sirve para echar una foto resultona en algún que otro momento. Eso sí, a la mínima que falta luz, sufre. Obviamente está lejísimos de los dos grandes reyes de la categoría (el Pixel 3 y el iPhone) . Faltaría un poco más de finura a la hora de recortar detalles como bordes o pelos.

En situaciones nocturnas se ven las diferencias con móviles de más quilates. Puedes utilizarla, pero no vas a tener resultados que quiten el hipo. La cámara es donde mejor se pueden percibir las diferencias entre un terminal asequible y uno de alta gama. Especialmente en las fotos nocturnas. Si no perdemos de vista el precio, se puede decir que aprueban en este apartado, pero tiene limitaciones. Cumple en lo de coger luz, pero no todo es eso. Pierde en definición en estas situaciones y en frescura de disparo. El telefoto sirve de poco cuando hay poca luz.

Sobre el video, alcanza calidad 4K a 30 frames por segundos. Sobre la delantera, el sensor es de 20 megapíxeles y f/2.0 de apertura. Cuenta con flash frontal incorporado.

¿Merece la pena?

Si te gustaba BQ te sentirás satisfecho con este VSmart 1+, siempre que no seas uno de esos que los comprabas por ser producto patrio (aunque el equipo de diseño y de ingenieros es mayoritariamente el mismo). Aunque Xiaomi pise fuerte en esta gama no convence a todos y ahí queda terreno para competir, aunque el pastel es más pequeño cada vez. Y ahí es donde pretende colocarse de momento la nueva marca.

Aquí vas a tener un móvil con una cámara decente, Android Puro, un rendimiento adecuado y una pantalla generosa por poco más de 300 euros. Una opción a tener en cuenta si buscas un 'smartphone' asequible.