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Dentro del coche conectado 'anticafres': esta es una de las genialidades del Mobile
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Dentro del coche conectado 'anticafres': esta es una de las genialidades del Mobile

Como aún falta tiempo para disfrutar de los coches autónomos, Seat ha creado un automóvil conectado con inteligencia de sobra para quienes no tiene tanta y así evitar imprudencias al volante

Foto: El Seat Leon Cristobal es toda una demostración tecnológica. (M. Mcloughlin)
El Seat Leon Cristobal es toda una demostración tecnológica. (M. Mcloughlin)

¿Se acuerdan de aquella campaña de la DGT que concluía con el mensaje “no podemos conducir por ti”? Una acción que se hizo aún más célebre después de que uno de los políticos más relevantes de la historia reciente de España soltase aquello de: “¿Quién te ha dicho que quiero que conduzcas por mí?”. Quizás eso cambie con el coche autónomo y no nos tengamos que preocupar de dar buena cuenta de una botella de vino en una cena si tenemos que ponernos al volante. Pero siendo realistas, a lo de los automóviles que conduzcan por nosotros les queda un largo trayecto que, con toda probabilidad, pasará la década.

Por eso una de las mayores genialidades tecnológicas de este Mobile World Congress ha llegado de la mano de Seat. Se llama León Cristóbal, en referencia al patrón de los conductores. Es una suerte de coche 'anticafres'. El planteamiento es sencillo: como los vehículos realmente inteligente que piensen por nosotros están bastante lejos, la idea es crear uno para evitar hacer el canelo.

Foto:

"O soplas o no arranca"

placeholder Detalle del Seat León Cristóbal. (M. Mcloughlin)
Detalle del Seat León Cristóbal. (M. Mcloughlin)

Pero... ¿cómo? Básicamente, tirando de tecnologías ya existentes o con un alto grado de madurez para evitar que alguien coja el coche cuando ha bebido, que nos quedemos dormidos al volante o que arme un 'numerito' cuando alguien se deje olvidado su bebé porque duerme en la parte de atrás mientras uno se baja.

"Si no soplas, no arranca'. Para arrancar el coche hace falta someterse a un test de alcoholemia. Si no das 0,0, no podrás circular. “Obviamente, hay excepciones. Nadie se va a comprar un vehículo que con una caña le dé positivo”, reconoce Stefan Illijevic, uno de los responsables del proyecto durante la prueba en que ha participado Teknautas.

Permisos de administrador: como un PC

placeholder La 'app' permite al dueño limitar una zona geográfica. (M. Mcloughlin)
La 'app' permite al dueño limitar una zona geográfica. (M. Mcloughlin)

El León Cristóbal funciona como si fuera un ordenador. El propietario es el administrador y puede dar permisos a unos y otros. Un ejemplo práctico. Una madre le deja el coche a su hijo un sábado por la noche. A la vuelta, el chico sopla y da 0,3. Pues automáticamente le salta un aviso en el móvil a la progenitora y es ella quien debe decidir si le deja cogerlo o no.

Pero hay mucho más. Uno puede delimitar una zona geográfica por donde se pueda mover el coche. Si sale de esos límites, le llega un aviso al propietario y el conductor recibe instrucciones para volver lo antes posible al área definida. Además, podrán activarse medidas disuasorias como no poder usar la música mientras permanezca fuera de los límites.

Si el coche se sale de la zona autorizada, se puede reducir la velocidad, quitarle la música...

A través de la aplicación, uno puede ver el recorrido que ha hecho el coche, supervisar por qué carreteras ha circulado y ver si ha cumplido los límites de velocidad. “Un padre podría controlar a su hijo principiante, pero esto es muy práctico, por ejemplo, para empresas de flotas de vehículos”.

"Cuidado, que te armo un numerito"

placeholder La app te permite ver si te has saltado el límite de velocidad. (M. Mcloughlin)
La app te permite ver si te has saltado el límite de velocidad. (M. Mcloughlin)

La 'app' que Seat ha diseñado reserva un importante espacio para una imprudencia que a todos nos puede resultar familiar. Te acercas al súper o a un centro comercial a hacer un recado rápido. Tu perro está tranquilo, en la parte trasera. Aparcas al sol. "Van a ser cinco minutos", piensas. Se acaba convirtiendo en media hora.

Pues bien, el coche está preparado para evitar que te olvides de la criatura. Cuando detecta movimiento, te avisa. Si no haces caso a esa notificación y la temperatura alcanza niveles peligrosos, abre el techo superior para que entre aire y te envía un segundo mensaje.

Si te dejas a tu bebé en la silla y la temperatura sube, el coche abre el techo para que entre aire

Si aun así sigues sin regresar y la cosa pinta mal, directamente arma el 'numerito'. Empieza a pitar como si de una alarma antirrobo se tratase. “Se trata de pedir ayuda externa. No hablamos solo de una mascota, imagínate que has dejado a tu bebé en la silla porque estaba durmiendo”, explica.

¿Y esas cámaras?

placeholder Una de las cámaras del salpicadero. (M. Mcloughlin)
Una de las cámaras del salpicadero. (M. Mcloughlin)

Dos protuberancias asoman en el salpicadero. Se trata de dos cámaras. La primera graba la carretera. “En países como Rusia son muy populares. En la UE, por temas de privacidad, no está permitida la toma continua de esas imágenes”, cuenta Ilijevic.

placeholder Este retrovisor funciona con una cámara trasera si lo activamos. (M. MC.)
Este retrovisor funciona con una cámara trasera si lo activamos. (M. MC.)

Si hay un accidente, esto sería lo más parecido a la caja negra. Junto con la velocidad y otros parámetros, el conductor recibiría en su móvil un corte de vídeo del momento del incidente. “Utilizarlo en un juicio es un poco complicado, porque tendrías que obtener el permiso del otro implicado”, admite.

La cámara frontal hace las veces de caja negra. La otra hace reconocimiento facial del conductor

El otro mecanismo enfoca al conductor. Es una cámara de 'face tracking'. Si apartas los ojos de la carretera, recibes un aviso para que no lo hagas. Si detecta que te estás durmiendo, hace vibrar el asiento para espabilarte y te muestra un aviso en la pantalla de navegación para que pares a por un café. “Estamos estudiando que también pueda detectar si tienes las pupilas dilatadas por el efecto de las drogas o de los medicamentos”.

Ni se te ocurra abrir esa puerta...

placeholder La 'app' permite concender permisos a distancia. (M. Mcloughlin)
La 'app' permite concender permisos a distancia. (M. Mcloughlin)

La guinda de esta demostración tecnológica la pone un retrovisor central que gracias a una cámara trasera deja los puntos muertos reducidos a cero y que también puede servir “cuando llevas el coche lleno de cajas o con gente muy grande atrás que te dificulta la visión”.

El otro punto se encuentra en las puertas laterales. Cuando uno agarra el cierre para salir, si detecta que viene un coche, una moto o cualquier vehículo, se ilumina el retrovisor, vibra el asiento y recibes un aviso de voz para que no abras la puerta todavía.

¿Cuándo llega?

placeholder Vista del Seat León Cristóbal. (M. Mcloughlin)
Vista del Seat León Cristóbal. (M. Mcloughlin)

La carta de servicios se completa con un sistema de mensajería integrado en la pantalla de navegación para que en dos clics puedas responder para aprovechar una minipausa en un semáforo, sin necesidad de coger el móvil. El desarrollo pretende analizar los contactos a los que escribes dependiendo la hora y sugerirte respuestas 'rápidas' para evitar distracciones.

¿Cuándo estará disponible? “No queremos que esto se eternice como el coche autónomo. Por eso iremos incorporando tecnologías cuando estén listas”, responde. Lo primero en llegar, si todo marcha bien, será el retrovisor y los sensores de alerta en las puertas. “Para otras cosas como la aplicación necesitamos también el empuje de otros actores, como teleoperadoras para ofrecer estos servicios”, concluye. "Lo veremos antes que el coche autónomo seguro. Mucho antes".

¿Se acuerdan de aquella campaña de la DGT que concluía con el mensaje “no podemos conducir por ti”? Una acción que se hizo aún más célebre después de que uno de los políticos más relevantes de la historia reciente de España soltase aquello de: “¿Quién te ha dicho que quiero que conduzcas por mí?”. Quizás eso cambie con el coche autónomo y no nos tengamos que preocupar de dar buena cuenta de una botella de vino en una cena si tenemos que ponernos al volante. Pero siendo realistas, a lo de los automóviles que conduzcan por nosotros les queda un largo trayecto que, con toda probabilidad, pasará la década.

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