¿Se ha vuelto loco Google? Por qué paga una millonada por el negocio ruinoso de HTC
Pérdidas desde 2014. Una cuota de mercado ínfima. El buscador ha pescado en aguas revueltas con un sólo objetivo: ser, por fin, capaz de ser un fabricante de móviles
Google se ha ido de rebajas. Una vez más. No es que se haya dejado la pasta en esas prendas de hace unos meses. Ha rebuscado en el cajón de gangas. Esos enormes contenedores donde se apilan piezas arrugadas, sin orden ni concierto alguno, de hace tres, cuatro o cinco temporadas. De vez en cuando uno bucea y rescata algo con buena pinta. Pero si acabó ahí... por algo sería. Es lo que ocurre con HTC y su división de móviles, un negocio anémico por el que Google ha pagado 1.100 millones de dólares… ¿se han vuelto locos?
Lo cierto es que si había una empresa que estaba en dificultades era la firma taiwanesa. Otrora una de las que más expectación generaba con sus presentaciones, sus móviles apenas tienen hueco en el mercado actual. Según IDC, en 2011 disponía de una cuota de mercado del 8,8% a nivel mundial. Hoy es menos del 1%. Las números rojos se siguen acumulando. Desde 2014, la compañía ha acabado con pérdidas netas todos los años. Las acciones valen una quinta parte de lo que valían hace seis años.
¿Por qué comprar este negocio entonces? Porque HTC es una ganga. Si repasamos las últimas grandes adquisiciones en el sector tecnológico solo nos encontramos una por debajo: la de Instagram, por 1.000 millones de dólares. Google pagó 3.200 millones de dólares por Nest, Facebook 2.000 por Oculus.
¿Qué es realmente lo que compra Google?
Se podría decir que básicamente se hace con el control de 'Powered by HTC'. Es decir, talento e ingenieros. Un ejército de 2.000 personas. Y más que comprar, es un acuerdo entre dos actores que han colaborado en muchas ocasiones en el pasado.
No es un golpe de pedal ni un acelerón. Es un atajo. Los ejecutivos de Mountain View podían haberse enredado en procesos de selección infinitos o en una titánica operación de compra de una empresa completa (el dinero lo tiene) para disponer de un mayor conocimiento. Comprar toda HTC hubiese sido comprar todo el dinosaurio. Y Google no lo necesita al completo. Sólo los afilados dientes y las garras.
Comprar todo HTC era comprar un dinosaurio. Google solo necesita las garras y los dientes
Requiere de mano de obra cualificada para potenciar su propio 'hardware', ahora que domina su 'software' a la perfección. Quiere integrarlo y crear dispositivos a medida y controlar la experiencia. Algo así como lo que hace Apple. Y para eso ha sacado la cartera, se ha plantado delante de alguien con necesidad de dinero fresco y ha conseguido lo que quiere.
El futuro no se aclara para HTC
Lo del atajo es lícito. No hay un recorrido marcado que obligue a Google a seguirlo. ¿Me está usted diciendo que tengo que matarme a esprintar para llegar al final de esa curva infinita cuando puedo atajar campo a través? La sensación de que todo esto es una escaramuza para llegar antes al destino se refuerza al ver los términos de lo pactado.
Los nuevos empleados (que ya habían trabajado en los Píxel) seguirán en el cuartel general de Taiwán, aunque pasarán a ser 'googlers' ocho horas al día y a estar en nómina de los estadounidenses. HTC podrá seguir haciendo móviles bajo su marca (Nokia, por ejemplo, no pudo). Eso sí, tendrán que compartir sus avances con el buscador que podrá utilizarlos en sus propios modelos. Al menos durante la próxima década. Y vaya usted a saber qué diantres ocurre en diez años cuando resulta imposible concretar lo que va ocurrir el próximo año.
Los asiáticos podrán seguir haciendo móviles. Y se centrarán en la cada vez más competida Realidad Virtual
La factoría asiática obtiene financiación. Pero tampoco le ha tocado 'el Gordo'. Es más bien una pedrea. Y de paso se quita dos millares de nóminas. La marca sigue igual. Denostada y sin atraer masivamente al gran público. Un callejón de difícil salida.
La otra gran apuesta de HTC es la Realidad Virtual. Es uno de los principales 'players' de la industria. Pero esta revolución no ha explotado según lo esperado. Está siendo un avance de combustión lenta. Las ventas no alcanzan lo esperado. Y la competencia es mayor con el desembarco de Microsoft y su Realidad Mixta.
El software no es suficiente y Google lo sabe
Google siempre quiso hacer 'hardware'. Lo vimos con los Nexus. Sin embargo, decidió dar un golpe de timón con los Pixel. Por un lado, se dejó de picotear aquí y allá con un fabricante y otro para crear dispositivos sin una línea clara. Se pasó a 'Made by Google', donde el papel de HTC -en este caso- se limitaba a algo casi testimonial.
Con esta compra, Google avanza hacia ese objetivo. El de ser un fabricante, con el prestigio que eso conlleva. Integrar software y hardware al máximo nivel. Se trata de crear un guante para Android. Un 'smartphone' que explote al máximo las virtudes de su plataforma y ofrezca una experiencia única. Y HTC era el mejor sitio donde meter mano. No sólo por sus estrecheces monetarias o por conocer los Pixel. La de esta compañía es una historia paralela a la del sistema operativo más extendido y utilizado del mundo. Podemos hablar del Dream, el primer terminal con Android, o el HTC Nexus One X. Y tiene experiencia en alta gama.
No únicamente hablamos de dispositivos móviles. Google quiere hardware y a todos los niveles. Por eso compró Nest. Y por eso ha creado altavoces o portátiles. El día 4 de octubre desvelará nuevos aparatos. Los Pixel y un Google Home más pequeño se dan por descontados. Pero quizás haya conejos en la chistera. También podríamos ver auriculares inteligentes con el asistente de voz del buscador.
No, HTC no es otro 'Motorola'
Es lo primero que han pensado muchos: "Ya está Google haciendo otra jugada como la de Motorola". Y no. No es lo mismo. ¿Por qué? En aquel entonces, corría el año 2011, se pagó 13.300 millones de euros. Obtenía un buen número de permisos y patentes para protegerse en medio de un gremio 'militarizado' -judicialmente, hablando- por la guerra de la propiedad intelectual. Muchos de estos proyectos alimentaron la división 'X', una de las más misteriosas de la compañía y a su vez, una de las más disruptivas.
Sin embargo, hubo un punto clave. En vez de fagocitar la estructura, lo de Google y Motorolafue un peculiar matrimonio. Vivían en la misma casa, pero dormían en camas separadas. El buscador decidió gestionar al fabricante de móviles como una empresa aparte, con sus propios ritmos. La razón: que no quería enturbiar la relación con otras compañías en pleno despegue de Android por polémicas de privilegios. Hace unos años, Samsung, Huawei o LG podían haberse planteado escrutar otras opciones.
Sin embargo, el avance de los cursos ha hecho que aumente el peaje por romper la 'permanencia' en Android. Dejar la plataforma, a día de hoy y en el medio plazo, es poco menos que imposible vista la madurez del mercado.
Ser fabricante de móviles no va a ser tan fácil
Los Pixel son un producto de nicho. Y en el corto plazo no parece que vaya a ser de otra manera. Hacer móviles es mucho más que diseñarlos. No es tan fácil entrar. Y menos convertirse en un Huawei, un Samsung o un Apple de turno por mucho Google que seas.
Los Píxel, por el momento, seguirán siendo un producto de nicho
El buscador acaba de fichar una enorme cantidad de genios de una tacada. Pero le faltan muchos elementos. Los procesadores son un buen ejemplo. Los tres mayores fabricantes del mundo ya tienen sus propias divisiones para fabricarlos en casa. La distribución es otro de los puntos a tener en cuenta. Llegar al usuario final es más que ponerlo a la venta en internet. Es un complejo equilibrio de fuerzas entre operadores locales, cadenas de distribución… Google es ahora un fabricante de móviles, pero tiene que hacerse con muchas herramientas más. El futuro de los Pixel es prometedor pero el camino no está tan despejado como parece.
Google se ha ido de rebajas. Una vez más. No es que se haya dejado la pasta en esas prendas de hace unos meses. Ha rebuscado en el cajón de gangas. Esos enormes contenedores donde se apilan piezas arrugadas, sin orden ni concierto alguno, de hace tres, cuatro o cinco temporadas. De vez en cuando uno bucea y rescata algo con buena pinta. Pero si acabó ahí... por algo sería. Es lo que ocurre con HTC y su división de móviles, un negocio anémico por el que Google ha pagado 1.100 millones de dólares… ¿se han vuelto locos?
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