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Probamos el Pixel: un 'smartphone' espectacular (por fin) a la altura de Google
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una de las mejores cámaras del mercado

Probamos el Pixel: un 'smartphone' espectacular (por fin) a la altura de Google

No está disponible en España, ni tiene fecha de llegada, pero la primera aventura en solitario del buscador en el terreno del 'hardware' apunta buenas maneras

Foto: Foto: Enrique Villarino.
Foto: Enrique Villarino.

Cuando Google anunció el Pixel en Londres a principios del mes de octubre, en Teknautas tuvimos nuestras dudas con el teléfono. Un terminal que se podía comprar entre 649 y 869 dólares, en función del tamaño y de las prestaciones, y cuyo mayor activo, el asistente de voz, todavía no estaba disponible en castellano parecía demasiado para un ecosistema en el que la batalla por la gama alta es feroz. Después de haberlo probado unos días, podemos afirmar que el Pixel es un teléfono solvente, con algunos aspectos sobresalientes y otros en los que todavía debe mejorar. Para ser una primera versión de un 'hardware', en Google deberían estar satisfechos.

Foto: El asistente-altavoz Google Home

Porque lo que Google ha hecho con Pixel ha sido echar el cierre a su antiguo método de producción, apoyado en terceras compañías que se alternaban para fabricar los Nexus año a año. Después del 5X y el 6P, Google decidió imprimir un cambio de rumbo en su estrategia comercial y convertirse en un fabricante de 'hardware' que compitiera con las grandes marcas, más allá de otros productos 'menores' como podrían ser los Chromecast de audio o vídeo. Y el Pixel es la primera muestra de esta nueva Google, preocupada por pelear de tú a tú con Apple y Samsung.

¿Es un buen teléfono? Lo es. ¿Es un gran teléfono? Todavía tiene detalles que pulir, pero apunta maneras. Si nos tuviéramos que quedar con tres apartados del Pixel, la cámara, el asistente y su almacenamiento ilimitado de fotos serían tres de los fijos en cualquier quiniela, aunque el asistente venga con varios asteriscos y deba cogerse con pinzas.

Ese compañero de fatigas virtual en el que la compañía ha puesto tanto empeño en los últimos años y que tanto ha publicitado en los meses más recientes es uno de los aspectos clave para comprender qué diferencia al Pixel respecto a otros Android. Hay dos aspectos que llaman la atención especialmente a la hora de evaluar al asistente: lo rápido que entiende aquello que le estamos dictando y la facilidad con que responde a preguntas con cierta complejidad.

En lugar de preguntarle qué tiempo iba a hacer el fin de semana, el asistente entiende con facilidad expresiones como "¿necesito coger un paraguas mañana?" para dar la previsión del tiempo. No acaba ahí la demostración, ya que hemos comprobado de primera mano lo aterradora que puede ser toda la información que Google maneja de nosotros: al pedirle que enseñara fotos de mi perra, apareció ante mí una selección de fotos, algunas no tan obvias, tomadas a lo largo de los últimos años.

El asistente de Google funciona a las mil maravillas pero sufre de los mismos problemas que la competencia: pasada la novedad, apenas se usa

Hay dos aspectos, uno bueno y otro malo, relacionados con el mismo aspecto del asistente que hay que tener en cuenta. Por el momento solo está disponible en inglés, por lo que es necesario desenvolverse con cierta soltura para interactuar con él. Y para no tener una pronunciación digna de los colegios más exclusivos Oxford, el Pixel volvió a desempeñar su trabajo con asombrosa facilidad. La sensación al utilizarlo es que reconoce mejor lo que le digo en inglés que lo que Siri interpreta cuando le hablo en castellano pero, pasadas las primeras horas de uso, apenas lo utilizamos. Como sucede con el resto de asistentes.

Aunque el hecho de que esté disponible solo en inglés es uno de esos puntos que juegan muy en contra del Pixel. Google quiere ser cauta e implantar el teléfono en aquellos mercados en los que se vaya a sacar partido al asistente. Por el momento, en Europa solo está disponible en Reino Unido y Alemania, lo que supone un lastre para las aspiraciones de Google de hacerse, poco a poco, con una parte del pastel de Android. Precisamente en este tramo final de 2016, en el que Samsung ha dimitido con el escándalo del Note 7, Google tenía una oportunidad de oro de demostrar que es una alternativa viable al fabricante coreano.

La cámara, uno de los grandes activos

Google la definió hace cosa de cinco semanas como "la mejor cámara de móvil jamás fabricada". El calificativo era rimbombante y, a diferencia de lo que suele suceder en la industria, no anda muy alejado de la realidad. En especial, el Pixel sorprende de noche o en condiciones de poca luminosidad. Un ejemplo se puede comprobar junto a estas líneas.

Para saber hasta qué punto la cámara estaba a la altura de un iPhone 7 Plus, hemos tomado la misma imagen con ambos móviles para salir de dudas. En líneas generales, el Pixel presenta unos colores más vivos y ofrece mayor detalle en las imágenes registradas por la noche, como la siguiente.

DxoMark, uno de los estándares de la industria fotográfica, otorgó a la cámara del Pixel una puntuación de 89, la más alta que ha dado hasta la fecha. Para hacer una comparación, el Samsung Galaxy S7 Edge obtuvo un 88, mientras que el iPhone 7 Plus se quedó algo más lejos, con un 86. Esa puntuación la consigue gracias a una lente trasera de 12,3MP y una apertura de f2.0.

La misma imagen tomada con el iPhone no anda muy alejada, aunque los colores de las hojas así como algunos detalles (la zona iluminada en la esquina superior izquierda no se aprecia con tanta claridad) no están a la altura de su rival.

En un paisaje diurno, de nuevo el Pixel destaca frente a su rival. El contraste de los colores se impone al teléfono de Apple.

Uno de los aspectos donde se nota la diferencia entre el Pixel XL y el iPhone 7 Plus es el verde del césped y de los arbustos.

Hay un aspecto de la comparativa en que el Pixel queda por detrás del iPhone, y es a la hora de fotografiar elementos en primerísimo primer plano. A diferencia de las instantáneas anteriores, en esta los colores del teléfono de Google no salen tan favorecidos.

El resultado con el iPhone 7 Plus, por contra, muestra un mayor contraste de colores.

En líneas generales, la cámara del Pixel es capaz de sobrevivir a las expectativas creadas por Google. Tenemos la duda de saber si los resultados serían tan satisfactorios en una comparación con un Galaxy S7, quizá la mejor óptica que ha pasado este año por Teknautas, pero es indudable que, para ser un primer móvil, Google ha puesto el listón muy alto.

Sobrado de fotos y de batería

Puede parecer un detalle menor, pero uno de los mayores quebraderos de cabeza de la telefonía reside en la falta de almacenamiento, provocada, en muchos casos, por acumulación de fotos y de vídeos. La llegada de la resolución 4K tampoco ha ayudado a paliar este problema.

Google se ha sacado de la manga una iniciativa para que ese abuso de espacio no penalice a sus usuarios: que las imágenes que se almacenen en la nube de Google Photos, a una determinada resolución, no ocupan espacio alguno en el terminal. La medida implica que el modelo más bajo, con 32GB de memoria, tenga bastante más sentido para el usuario medio y no le obliga a irse de cabeza a por el modelo superior.

Es el Pixel XL el modelo que ofrece mejores prestaciones. No tanto por el aumento de pantalla, una decisión muy personal a gusto del consumidor, sino por las mejores prestaciones de batería. Los 3450mAh que monta (por 2770 del modelo de cinco pulgadas) permiten llegar de manera sobrada hasta el final del día y todavía permitirán alargar su uso durante la mañana. Algunos análisis en webs estadounidenses no han dejado en buen lugar a la del hermano pequeño.

¿Me lo compro?

A pesar de ser uno de los más feos que nos hemos echado a la cara en este 2016, el Pixel no necesita entrar por los ojos para convencer al consumidor. Quizás el mayor lastre del teléfono se encuentre en su precio, aunque Google asegure que se trata de un teléfono de gama alta. Pagar entre 649 y 869 dólares (siempre fuera de España, ya que en nuestro país todavía no se vende) puede ser un peaje demasiado alto para un teléfono cuyo mayor factor diferencial, la cámara, tampoco se aleja tanto de la del Galaxy S7 y derivados.

Para ser una primera pieza de 'hardware', el Pixel demuestra que Google tiene mucho que decir en la industria de la telefonía. Gracias a una cámara fuera de serie que es capaz de ensombrecer las quejas que puedan aparecer por su precio o su diseño.

Cuando Google anunció el Pixel en Londres a principios del mes de octubre, en Teknautas tuvimos nuestras dudas con el teléfono. Un terminal que se podía comprar entre 649 y 869 dólares, en función del tamaño y de las prestaciones, y cuyo mayor activo, el asistente de voz, todavía no estaba disponible en castellano parecía demasiado para un ecosistema en el que la batalla por la gama alta es feroz. Después de haberlo probado unos días, podemos afirmar que el Pixel es un teléfono solvente, con algunos aspectos sobresalientes y otros en los que todavía debe mejorar. Para ser una primera versión de un 'hardware', en Google deberían estar satisfechos.

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