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Blablacar, la 'startup' de los 1.400 millones que sólo tiene problemas legales en España
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EL 'UNICORNIO' EUROPEO DE LA ECONOMÍA COLABORATIVA

Blablacar, la 'startup' de los 1.400 millones que sólo tiene problemas legales en España

Vale más de 1.400 millones de dólares y opera en 20 países de todo el mundo. Sin embargo, sólo hay uno en el que Blablacar se enfrenta a problemas legales: España.

Foto: Blablacar parece ser un éxito a nivel mundial, pero España se ha convertido en la china judicial que no consigue sacarse del zapato. (Foto: Natalie Ortiz/Flickr vía CC)
Blablacar parece ser un éxito a nivel mundial, pero España se ha convertido en la china judicial que no consigue sacarse del zapato. (Foto: Natalie Ortiz/Flickr vía CC)

Es, de lejos, la aplicación favorita de todos aquellos usuarios que quieren hacer trayectos de larga distancia en coche compartiendo gastos y ahorrando dinero. También es una de las 'startups' favoritas de los inversores debido a su valor actual: más de 1.400 millones de dólares.

A nivel de producto y de uso, Blablacar parece ser un éxito absoluto que ya ha llevado su modelo a 20 países diferentes. Sin embargo, sólo hay uno en el que la compañía está teniendo juicios y problemas a nivel legal: ese país es España.

2004: el comienzo de todo

La semilla de lo que hoy es Blablacar comenzó a germinarse en 2004. Concretamente en plena época navideña, cuando Frédéric Mazzella, un joven francés que estudiaba en la Universidad de Stanford, se encontraba de vuelta a casa para visitar a su familia en la campiña francesa. Según la versión que siempre ha proporcionado Blablacar, Frédéric se encontró con un problema: el tren en el que pretendía viajar se había quedado sin plazas. Fue entonces cuando, gracias a internet, consiguió contactar con una persona que iba a hacer ese mismo trayecto en coche y que, a cambio de compartir los gastos, le hizo un hueco en su automóvil.

[¿Cuánto ganan Airbnb o Blablacar en España? La economía colaborativa, en pañales]

Dos años después, Frédéric creó Blablacar, una 'startup' que pretendía armar una estructura basada en esa misma experiencia: conectar a gente que compartiera un coche para hacer un trayecto largo a cambio de repartirse los gastos derivados del viaje.

Ni que decir tiene que la progresiva popularización de Blablacar tuvo lugar a partir de 2008, en plena crisis, cuando el ciudadano medio empezó a instalar la actitud ahorradora en su mente. Un año que supuso un despegue en la compañía y un auténtico disparadero para su expansión internacional.

Más de 336 millones de financiación

En sus diez años de historia, Blablacar ha sido un caramelo muy atractivo para distintos fondos de inversión que, de manera creciente, han ido sumándose a las cuatro rondas de financiación en las que han obtenido más de 336 millones de dólares.

Tras la ronda semilla (el dinero con el que nació la propia empresa), la primera ronda de financiación llegó en 2010, cuando la compañía ya había comenzado sus planes de expansión (llevaba un año en España). En ese momento, fueron dos los fondos de inversión que apostaron decididamente por Blablacar: por un lado, los franceses ISAI; por otro, los españoles Cabiedes & Partners, que hicieron una de sus desinversiones más exitosas cuando vendieron gran parte de sus acciones unos años después.

En enero de 2012, a estos dos fondos se sumó uno nuevo, Accel Partners, en una ronda de 10 millones de dólares. A partir de entonces, el crecimiento de Blablacar fue tan rápido como exponencial, con lo que el dinero acabó llegando con una facilidad pasmosa.

300 millones en poco más de un año

La definitiva orgía financiera arrancó en julio de 2014, cuando Index Ventures, Accel Partners, ISAI y Edge Lead Capital inyectaron 100 millones de dólares en una compañía que, por aquel entonces, ya era el referente mundial en lo que a viajes compartidos se refiere.

Y si esos 100 millones parecían pocos, la explosión final se produjo en septiembre de 2015: aquel mes, Blablacar recaudó nada menos que 200 millones de dólares gracias a la entrada de nuevos fondos –Insight Venture Partners, Blisce, Grape Arvor y Vostok– y las nuevas inyecciones financieras de varios de los antiguos –Lead Edge Capital y Accel Partners–.

Su valor: 1.442 millones de dólares

En los últimos años se ha especulado bastante con el posible valor financiero de esta compañía. ¿Cuánto vale Blablacar? ¿A cuánto asciende el valor de sus acciones, después de cuatro rondas de financiación? ¿Podría formar parte de la famosa lista de unicornios, referida a aquellas compañías cuyo valor supera los 1.000 millones de dólares (one billion dollars, según la nomenclatura americana)?

Según la documentación a la que ha tenido acceso Teknautas, sí, Blablacar debería estar en esa lista. Las cifras las encontramos en la memoria de 2015 de Vostok [PDF], uno de los fondos de inversión que participaron en la última ronda de financiación, la de 200 millones de dólares, llevada a cabo de 2015.

En dicha memoria, Vostok revela que en aquella ronda (la primera en la que el fondo participaba) su inversión fue de 33,18 millones de dólares, una cantidad que le ha dado acceso al 2,3% de las acciones de Blablacar. Por tanto, el valor del 100% de la compañía ascendería a algo más de 1.442 millones de dólares (1,4 billion dollars).

En principio, esta regla de tres al calcular el valor de Blablacar no tendría por qué ser totalmente exacta, ya que la inversión puede haber traído consigo una serie de acuerdos que no hayan sido dados a conocer de manera pública. Sin embargo, según ha podido saber Teknautas al consultar varias fuentes muy cercanas a la compañía y a los inversores, la fórmula no tiene ninguna letra pequeña: Blablacar, a día de hoy, tiene una valoración de más de 1.442 millones de dólares.

Su negocio en España: 123.977€ de ingresos

Blablacar lleva en España desde 2009 y a día de hoy cuenta con un equipo cercano a la decena de empleados. Además, tiene entre 2,5 y 3 millones de usuarios en nuestro país, unas cifras que constituyen el éxito de su producto en España.

Sus cifras de negocio son más difíciles de esclarecer, por dos motivos: en primer lugar, porque no parece que ahora mismo Blablacar esté centrada en hacer crecer sus beneficios, sino su producto y su masa de usuarios; en segundo, porque cabe esperar que entre su empresa filial española y la matriz francesa haya operaciones cruzadas, recursos compartidos, etc.

En cualquier caso, si nos fijamos en el último informe (2014) presentado en el registro mercantil por su filial española [PDF], observamos que, en aquel año, Blablacar España tuvo unos ingresos de 123.977 euros y contaba con un balance de resultados de 6.488 euros, aparte de un Ebitda de 8.111 euros.

Su único conflicto legal, en España

Desde que las plataformas de la autodenominada economía colaborativa invadiesen medio mundo, la polémica siempre ha ido de su mano. ¿Son legales este tipo de plataformas? ¿Fomentan la economía sumergida? ¿Están acabando con sectores legales y sostenibles? El debate no es ajeno a nuestro país, donde el Gobierno y la CNMC mantienen una guerra abierta mientras las plataformas de este tipo se agarran a sus valedores.

Las dudas legales están siendo frecuentes en torno a plataformas como Uber o Airbnb, que se enfrentan o han enfrentado a juicios en diversos países. En el caso de Blablacar la cosa no es tan sencilla, ya que el aparente ánimo de lucro de los conductores que recurren a su aplicación no está tan claro. De hecho, de los 20 países en los que opera la compañía, España es el único en el que se ha visto envuelta en una lucha judicial.

Todo empezó en agosto de 2015, cuando la patronal del sector del autobús, Confebus, demandó a Blablacar por posible competencia desleal. Además, la patronal aseguraba que, al margen de los conductores que simplemente quisieran cubrir gastos, la compañía fomentaba que muchos usuarios de su plataforma pudiesen lucrarse de manera activa.

Confebus pidió que, del mismo modo que pasó con Uber, Blablacar fuese cerrada de manera cautelar, pero no lo consiguió. De todos modos, quedaba por debatir el asunto de fondo: si Blablacar hacía competencia desleal a los autobuses y si fomentaba el lucro de sus usuarios.

La bala de Confebus: expedientes sancionadores

Blablacar siempre ha defendido que sus usuarios no se lucran con el servicio que ofrecen, sino que simplemente cubren gastos. Además, aseguran no constituir ningún tipo de competencial –ni leal ni desleal– contra los autobuses, ya que, según su propio argumento, "el número de pasajeros de Blablacar respecto de los usuarios de bus entre 2014 y 2015 es del 0,3%".

Tras la exposición de argumentos en el juicio todo parecía visto para sentencia, pero hubo un giro de última hora: Confebus señaló la existencia de dos expedientes sancionadores contra Blablacar por parte de la Comunidad de Madrid, con lo que ha conseguido posponer la resolución.

Según la patronal, esos dos expedientes "se han elaborado por incumplir la ley de transporte: no están relacionados con aspectos laborales ni tributarios". Además, Confebus se muestra convencida de que Blablacar "está llevando a cabo una actividad que no cumple con los requisitos de la ley de transporte".

En Blablacar, por su parte, niegan la mayor, según las palabras de Jaime Rodríguez, su 'country manager' en España: "Primero, no tienen nada que ver con el juicio actual; y segundo, no es sancionador. Se trata sólo de una petición de información que nos ha realizado la Comunidad de Madrid y que estamos en proceso de cumplir. Es una petición de información que no está relacionada con nuestra actividad como empresa de transporte, no lo somos. Somos una compañía de internet".

De modo que, por el momento, la resolución judicial en torno a la legalidad o no de Blablacar seguirá estando entre bambalinas. Y hasta que dicha sentencia llegue, la compañía intentará seguir creciendo en los 20 países en los que actúa, pero siempre sin olvidar la pequeña china judicial que no consigue sacarse del zapato: España.

Es, de lejos, la aplicación favorita de todos aquellos usuarios que quieren hacer trayectos de larga distancia en coche compartiendo gastos y ahorrando dinero. También es una de las 'startups' favoritas de los inversores debido a su valor actual: más de 1.400 millones de dólares.

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