La justicia da luz verde a Blablacar y Cabify: podrán seguir operando (de momento)

Blablacar y Cabify acaban de ganar su primera batalla judicial contra la patronal española del transporte en autobús, Confebus, y la Federación Profesional del Taxi de Madrid (FPT), que exigían su cierre cautelar. Por un lado, fuentes directamente implicadas en el caso han confirmado a Teknautas que el Juzgado de lo Mercantil número 2 de Madrid ha decidido denegar el cierre cautelar de la aplicación. Por otro, el Juzgado de lo Mercantil número 12 de Madrid ha rechazado también la petición de cierre cautelar de Cabify. Ambas podrán seguir operando (de momento).

Fuentes conocedoras del caso consultadas por Teknautas han detallado las razones por las que el juez finalmente se ha decidido en contra del cierre cautelar de Blablacar. Hay dos motivos fundamentales. Por un lado, la transparencia con la que la compañía ha detallado su negocio ante el juez durante la vista previa celebrada el pasado octubre. Frente a la opacidad del negocio de Uber, por ejemplo, aplicación que el mismo juzgado decidió cerrar cautelarmente el año pasado, Blablacar presentó una enorme batería de datos sobre su funcionamiento e ingresos que finalmente han convencido al juez.

Los jueces han tenido en cuenta el momento en el que han llegado las demandas: años después del comienzo de la actividad de Blablacar y Cabify en España

Por otro lado, y más importante, está el argumento del momento en el que Confebus ha decidido presentar la demanda. ¿Por qué ahora y no a finales de 2009, cuando se lanzó el servicio en España? El hecho de que hayan transcurrido seis años entre el comienzo de las operaciones de Blablacar y la demanda (y no seis meses como ocurrió en el caso de Uber) ha servido al juez para concluir que no hay una urgencia de tiempo que pueda llevar a un gran perjuicio económico adicional sobre el negocio de los autobuses, justo lo que trataría de evitar un cierre cautelar.

Luz verde también a Cabify

La 'app' de vehículos con chófer Cabify también ha recibido hoy un empujón al conocer que podrá seguir operando tras denegar el cierre cautelar el Juzgado de lo Mercantil número 12 de Madrid. Fuentes de la compañía han confirmado a Teknautas la decisión judicial, que supone un revés para las exigencias de la Federación Profesional del Taxi de Madrid (FPT).

El principal argumento esgrimido para tomar la decisión es de hecho muy similar al que ha dado luz verde a Blablacar: el tiempo que Cabify lleva operando en España y la no presentación hasta ahora de ninguna demanda contra el servicio. La compañía comenzó a operar en España en el 2011, pero no ha sido hasta ahora que la Federación Profesional del Taxi de Madrid ha presentado su demanda acusándola de competencia desleal. La jueza titular del Juzgado de lo Mercantil número 12 de Madrid ha considerado por tanto que, de continuar operando en internet, no habría mayor perjuicio económico al demandante del que hubiera podido existir hasta la fecha.

"El juez ha considerado que la argumentación legal de la Federación del taxi no era el adecuado. No parece que estemos incumpliendo la ley. Además, establece en el auto que no hay peligro en cerrarnos, llevamos cuatro años operando. Cerrarnos sería una barbaridad, según la juez causaría más perjuicio que el posible daño que evitaría", ha explicado a Teknautas Juan Ignacio García, director general de Cabify en España.

¿Y ahora qué?

Resuelto el escollo del cierre cautelar de ambos servicios, los jueces de ambos casos tendrán ahora que pronuciarse en los próximos meses sobre el fondo de la demanda. ¿Realizan Blablacar y Cabify competencia desleal a los autobuses y a los taxis o son solo meros intermediarios?

En el caso de Blablacar, Confebus le acusa de intermediar entre los particulares, sacar tajada y no estar sujeta a las mismas reglas que las empresas profesionales de transporte. La compañía pone en contacto a particulares con coche dispuestos a llevar a gente a cambio de un pequeño pago. Por ello se lleva entre un 10% y un 20% de comisión del dinero que paga el viajero al conductor.

Según Blablacar, el servicio no es más que un gran tablón online a través del cual la gente se pone en contacto para hacer todo tipo de rutas: entre ciudades, dentro de ellas, entre pueblos olvidados por el transporte público, entre grandes capitales... A los viajeros les sale un poco más barato, los conductores ingresan un dinero extra para los gastos del viaje, todos conocen gente y Blablacar cobra por ello.

Confebus argumenta justo lo contrario. Según ellos, la actividad de Blablacar ha hecho que el número de viajeros en autobús descienda entre un 30% y un 40% en ciertos días y rutas. La compañía francesa lo desmiente. Asegura que el 96% de los conductores en su plataforma ofrece menos de dos viajes al mes. El ingreso medio de cada uno de ellos está en 50 €/mes. Menos del 0,2% de usuarios son fraudulentos y calculan que su impacto en el sector acapara menos del 2% del total de viajeros.

Cabify: “Ni somos un intermediario tecnológico ni una empresa de transportes: somos una agencia de viajes”

En el caso de Cabify, la compañía se considera de hecho una agencia de viajes: "Ni somos un intermediario tecnológico ni una empresa de transportes: somos una agencia de viajes”, aseguró en la vista judicial previa celebrada a comienzos de noviembre. En la Federación Profesional del Taxi de Madrid, sin embargo, no comparten esta visión. Su vicepresidente, Jesús Fernández, lo dejó también claro en unas declaraciones recientes a Teknautas: “Un día te dirán que son intermediario tecnológico, otro día que no, otro que son empresa de transporte... te dirán lo que les interese cada vez”.

¿Quién tiene razón? Ahora les tocará a los jueces decidir sobre el fondo del asunto. De momento Blablacar y Cabify han ganado la primera batalla. Falta ver quién gana la guerra.