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Lo que nunca debió suceder en la 'keynote' de Apple
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fallos y tropiezos de la retransmisión

Lo que nunca debió suceder en la 'keynote' de Apple

Un 'streaming' deficiente, una carta de ajuste anacrónica, un molesto doblaje en chino... La última 'keynote' de Apple estuvo plagada de anécdotas

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Era el gran día. Teníamos marcado el 9-S en el calendario como el bautismo de fuego de Apple en dos nuevos mercados, el de los phablets y el esperadísimo iWatch. Y como cabía esperar, los de Cupertino no decepcionaron con dosis ingentes de carnaza para fanboys y haters. Los primeros desgañitándose de la emoción, mientras los segundos apuntándose una vez más al “eso ya lo tiene mi móvil”.

Lo realmente divertido del asunto es que el fabricante se nutre de ambos, y sus comentarios a favor y en contra les ahorran siempre un buen pico en marketing. Es lo que tiene la comunicación emocional, que no deja frío a nadie, y ya se sabe que pasar desapercibido en tecnología es el preludio de una defunción por hastío.

Pues bien, millones de personas se encontraban pegadas a las pantallas de sus ordenadores o los Apple TV, y es que la ocasión lo merecía: pocas keynoteshabían despertado tanta expectación como esta. Y llegó el esperado momento: Tim Cook saltó al escenario y medio mundo comenzó a ver una presentación paralela que no cabe duda de que sonrojó a Apple.

Los cortes no tardaron en llegar. La conexión se bloqueaba y era evidente que aquello estaba saturado. Mensajes de error en pantalla, desesperantes imágenes que parecían de recurso en la que uno se veía obligado a visualizar una y otra vez los previos de los asistentes ocupando los asientos… Y cuando parecía que por fin y tras refrescar el navegador innumerables veces se accedía a la conexión, amigo, Apple nos preparaba una sorpresa: la traducción simultánea de lo sucedido en chino mandarín en una incómoda voz que a esas alturas de la presentación se antojaba como un mal menor.

¿Saben aquella sensación del cuñado que se cruza por la pantalla justo en el preciso momento en el que se lanza el penalti? Salvando las distancias, los tecnófilos vivimos ayer vivimos una situación muy similar.No estábamos ante la renovación de la familia de iPods o a nuevas versiones de los portátiles de la casa, sino del esperado salto del iPhone a un nuevo segmento y la llegada, ni más ni menos, del iWatch. Cualquier segundo de desconexión implicaba perderse los megapíxels de la cámara o la capacidad de su procesador.

La ‘carta de ajuste’ más famosa

De la incredulidad al estupor. Uno no daba crédito. ¿Cómo era posible que una de las compañías más punteras del globo y con una cuenta de resultados en una situación difícilmente mejorable no hubiera tenido en cuenta el aluvión de visitas? ¿Qué falló exactamente? ¿La previsión o fue fruto de un error técnico?

Si hay un terreno especialmente sensible para Apple es el de la imagen, y es una de esas compañías en la que no se admiten errores. La imagen lo es todo, y así, conviene recordar la airada reacción de Steve Jobs ante el fiasco rotundo de Mobile Me (lo que hoy es iCloud), o el mea culpaentonado por Tim Cook ante el tropezón de los mapas.

Pero una cosa es no hacer las cosas bien en un producto o servicio, y otra bien diferente es fallar en la propia presentación de los mismos. Munición pesada para los que dirían que “esto con Jobs no pasaba”. Pero la locución en chino y la imposibilidad material para muchos de seguir la keynote en vídeo, no fueron lo más aciago de la otra noche de Apple.

Los intentos por restablecer la conexión ofrecían al espectador imágenes congeladas o a destiempo, pero también una curiosa carta de ajuste, entendemos de uso interno, en la que aparecía el programa de la presentación. En ella no había nada cuidado, y desde luego, la tipografía escogida no habría superado el riguroso filtro del departamento de marketing de la casa.

Pero ahora que hablamos de marketing, una cadena de restauración estadounidense supo sacar provecho de este caos maquillandoconvenientemente la carta de ajuste y presentando en ella el menú del día. Un golpe maestro de un hábil community manager que dio resultados inmediatos: casi 4.000 retuits en tiempo récord y el cachondeo generalizado en la red.

Menos mal que el propio protagonismo de los productos mantuvo la atención en otro punto, porque aquella keynote parecía maldita: hasta que la célebre banda U2 regalara su nuevo álbum a todos los usuarios de iTunes fue mal recibido por parte de los clientes de la casa, incluso algunos preguntaron si era posible devolverel disco a iTunes…

Era el gran día. Teníamos marcado el 9-S en el calendario como el bautismo de fuego de Apple en dos nuevos mercados, el de los phablets y el esperadísimo iWatch. Y como cabía esperar, los de Cupertino no decepcionaron con dosis ingentes de carnaza para fanboys y haters. Los primeros desgañitándose de la emoción, mientras los segundos apuntándose una vez más al “eso ya lo tiene mi móvil”.

Tim Cook
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