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Las ocho graves acusaciones a las que Gowex aún no ha respondido
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EL MERCADO CASTIGA CON FUERZA SU TIBIEZA

Las ocho graves acusaciones a las que Gowex aún no ha respondido

Gowex no responde. Como si de un boxeador 'groggie' se tratase, la firma sigue encajando golpes en doloroso silencio. Ahora cada segundo vale oro

Foto: Jenaro García, presidente de Gowex (EFE)
Jenaro García, presidente de Gowex (EFE)

Reconocía Muhammed Ali días después del Combate del Siglo que no tiene recuerdos a partir del décimo asalto. Los siguientes cinco los pasó groggie, fuera de su privilegiada osamenta, bailando confuso a la espera de finiquito. El final se materializó en el decimoquinto, en la forma de un terrible gancho de izquierdas de Frazier. De aquella derrota, que fue la primera en su carrera, Ali solo lamenta no haber reaccionado a tiempo, cuando aún le quedaba fuego en los guantes.

De reaccionar antes de que todo esté perdido se podría hablar con Gowex. Cuarenta y ocho horas después del informe que ha destrozado sus cimientos, la compañía sigue sin responder a las acusaciones. En dos jornadas se ha dejado 867 millones, con una caída a plomo del 60%. Mientras, desde Gowex sostienen que las respuestas, si llegan, lo harán por la puerta del juzgado. Queda por saber si, para entonces, los títulos de la tecnológica valdrán más que el papel en el que están impresos.

Los inversores no demandan que Gowex se ratifique en sus cuentas, sino que desmonte, a poder ser una por una, las graves acusaciones que Gotham City Research ha vertido sobre ellos. A saber:

1. El papel de la auditora. Existen dudas razonables sobre la solvencia de M&A Auditores como auditora de una empresa del tamaño de Gowex. Los analistas de Gotham aseguran que sus oficinas se limitan a una habitación de 8x10 metros repleta de "portátiles muy viejos de aspecto". "Es excesivamente extraño que una compañía con un valor de mercado de entre 1.000 y 2.000 millones escoja a un auditor desconocido incluso en España", reza el informe.

Tampoco cuadran los importes de auditoría, aunque se trate de un dato evidentemente circunstancial. M&A Auditores cobró 68.000 euros a Gowex por un trabajo que les cuesta a algunos de sus clientes, más pequeños, cuantías entre 1,1 y 1,7 millones de dólares. Así, mientras que para Boingo o iPass la auditoría significa en torno al 1% de su facturación anual, para Gowex es el 0,04%.

La decisión de Gowex pasa por sustituir la auditora por una del Big Four. Una decisión que nace en plena crisis y que, de algún modo, pone en duda el trabajo de M&A. Los nuevos tendrán la difícil papeleta de revisar todo lo anterior y cerciorar que los agujeros señalados no son tales.

2. Los clientes no desvelados. Lo explicábamos ayer: el 90% de lo facturado por la división de telecomunicaciones de Gowex está bajo sospecha. Gotham afirma, según datos de la propia tecnológica, que procede de tres empresas sin actividad. Dos de ellas estarían ligadas al director financiero de la compañía, mientras que una tercera, su principal cliente, estaría controlada por un antiguo inversor de Gowex.

El último Hecho Relevante explica parcamente que "en ningún caso el cliente principal de la compañía es una parte vinculada". No informa si lo fue -el informe habla de los ejercicios de 2007 y 2008- ni si hay partes vinculadas en clientes secundarios. Cuesta comprender la inconcreción en un texto que se ha cocinado durante toda la noche y parte de la mañana de ayer.

3. Los contratos con las ciudades. En el caso concreto de Nueva York, los analistas manifiestan que Jenaro García, CEO de Gowex, presumió de un contrato por valor de 7,5 millones de dólares, mientras que la compañía dice que el montante asciende a solo 2 millones. Con San Francisco la situación es más peliaguda: Gowex reportó en junio del año pasado un gran despliegue en la ciudad del Golden Gate, si bien Gotham cree que no existe un contrato de la ciudad con la compañía. "San Francisco no está pagando a Gowex", concluyen.

Sea como fuere hay mucha distancia entre las cifras oficiales y lo expuesto por Gotham. Dado que la implantación del wifi gratuito en las ciudades es uno de los principales vehículos promocionales de Gowex, y también una de sus mayores fuentes de ingresos, una aclaración al respecto tranquilizaría al accionista.

4. El pasado de Jenaro. El CEO de Gowex tiene en su hoja de servicios un par de cargos algo turbios. Estuvo al frente de Advanced Penny Stock, una penny stock (como la segunda empresa en la que contratan a Jordan Belfort en El lobo de Wall Street (2013) suspendida por fraude por el regulador bursátil estadounidense. También ejerció como director independiente de un banco de inversión con sede en Luxemburgo, también conocido como el paraíso fiscal del corazón de Europa. Son dos detalles que no tendrían por qué incidir sobre el precio de la acción de Gowex de no ser porque se omiten en su biografía corporativa. Dan alas a sus detractores y generan la sensación de que el propio García se avergüenza de partes de su andadura profesional.

5. El origen del milagro de Gowex. Basta echar un vistazo superficial al informe de Gotham para reparar en repeticiones, pasajes inapropiadamente emotivos y cierto tono de inquina. Un análisis así hubiera sido descartado por la mayor parte de inversores y analistas de mercado de no ser porque la pregunta "¿pero cómo hace tanto dinero Gowex?" hace tiempo que flota en el ambiente. Los que arqueaban las comisuras con cada presentación de resultados se han lanzado a vender ante la primera señal de alarma.

Gowex tiene todo el derecho a no desvelar su modelo de negocio, menos aún anre una presión externa como la que está sufriendo. Sin embargo, como expresaba acertadamente McCoy ayer, quizá ha llegado el momento de sacar a la luz algunos puntos clave en la rentabilidad de la compañía. Ya saben que no basta con ser honrado; también hay que parecerlo.

6. El número de 'hotspots'. Gotham dice que tienen 5.000 puntos wifi instalados; Gowex, 100.000. Desde la compañía aseguran no haber mencionado los 100.000 postes, pero lo cierto es que el informe lo cita como una declaración textual de Jenaro García e incluso está recogido en la prensa española. Sea como fuere, el baile entre ambas cantidades es tan delirante que sitúa a uno de los dos bandos como un consumado mentiroso.

Y, considerando que la instalación de hotspots es el negocio por el que se conoce Gowex en todo el mundo, y que el número de estos es perfectamente cuantificable y verificable por cualquier observador, ¿por qué no publicar una lista de ellos con su correspondiente ubicación?

7. La relación con Telefónica. Otro desacuerdo mayúsculo. La empresa dice que Telefónica es uno de sus mayores clientes, mientras que Gotham argumenta que en realidad Gowex es cliente de la teleco. El texto menciona un contrato opaco "con propósitos desconocidos" que abona el campo de la especulación. La relación de Gowex con uno de los blue chips del Ibex ha de ser, por fuerza, asunto de interés en el accionista. No se trata de romper claúsulas de confidencialidad, sino de aclarar qué vende uno, qué compra el otro y durante cuánto tiempo van a seguir haciéndolo.

8. Los intereses de Gotham City Research. ¿Por qué Gotham ataca a Gowex y no a otros? ¿Qué tiene la tecnológica madrileña bajo la alfombra que le hace tan atractiva para el bajista? Ya han reconocido una obviedad: que se benefician con la caída de Gowex. No obstante, el trabajo de investigación es más propio del business intelligence que de una firma de analistas.

Ocho meses de seguimiento intensivo, visitas presenciales a los auditores, estudio de las IP, rastreo de la trayectoria de sus directivos, consultas al Registro Mercantil... una ofensiva integral que hace pensar en un encargo de terceros. De responder a esta pregunta ha de ocuparse Gowex, la ultrajada, porque como esperemos al regulador se nos puede deshacer el papel en las manos.

Reconocía Muhammed Ali días después del Combate del Siglo que no tiene recuerdos a partir del décimo asalto. Los siguientes cinco los pasó groggie, fuera de su privilegiada osamenta, bailando confuso a la espera de finiquito. El final se materializó en el decimoquinto, en la forma de un terrible gancho de izquierdas de Frazier. De aquella derrota, que fue la primera en su carrera, Ali solo lamenta no haber reaccionado a tiempo, cuando aún le quedaba fuego en los guantes.

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