Películas jugables o un kit genético 'low cost': arranca la nueva edición de Lanzadera

El apoyo de un empresario como Juan Roig, presidente de Mercadona, es un respaldo por el que un aspirante a lanzar su propia empresa daría cualquier cosa. Su sello de aprobación y su respaldo económico pueden ser la diferencia entre el éxito y el fracaso.Por eso más de 1.200 proyectos se han presentado a la segunda edición de Lanzadera, un programa de apoyo a emprendedores que Roig financia y en el que se implica personalmente. De esa cifra, 20 han sido seleccionados para entrar en el programa.

A partir de aquí, tienen once meses en los que recibirán recursos formativos y económicos (hasta 200.000 euros por proyecto) para alcanzar una serie de objetivos. “Os vamos a apoyar, pero vamos a pediros mucho a cambio, porque el objetivo es que ayudaros a que creéis empresas eficientes, que aporten valores y generen riqueza”, ha dicho Roig.

De la primera edición, 13 de las quinceempresas que entraron en el proyecto están hoy en marcha, y han creado 66 puestos de trabajo en total. De la veintena que ahora forman parte de la segunda edición, habrá que ver cuáles siguen adelante dentro de un año. Entre elloshay ideas muy distintas, orientadas a sectores como la salud, la publicidad o el ocio entre otros.

tellmeGen, análisis genéticos de bajo coste

Yolanda Mañes es subdirectora de tellmeGen, unastartup que nació del convencimiento de que la medicina personalizada no debería estar al alcance solo de unos pocos. Tanto ella como Ramón Catalá, CEO de la empresa, son médicosy llevaban tres años mirando, investigando qué cosas ofrecían otras empresas del sector y buscando una buena idea.

Y la encontraron. Decidieron trabajar para ofrecer un examen genético a todo el que lo necesite o lo quiera a un precio asequible. “Es importante saber que en el desarrollo de cualquier enfermedad influyen dos cosas: la genética y el ambiente. La primera es inmutable, ahí no podemos hacer nada, pero conociéndola, podemos actuar sobre el segundo y reducir la probabilidad de padecer algunas patologías”. El problema, explica Mañes, es que se trata de un producto muy caro para la mayoría de la gente.

Su proyecto pasa por reducir costes y simplificar el proceso. Para ello, desarrollaron un pequeño kit que envían a domicilio, que incluye las instrucciones para obtener una muestra de saliva, además de los productos reactivos para conservarla y procesarla posteriormente, una vez enviada de vuelta a su laboratorio. El equipo lo completan dos informáticos y un biotecnólogo.

“La idea es que el paciente no tenga que desplazarse. Lo solicita por internet, tras rellenar un cuestionario y un consentimiento informado, lo recibe todo en su domicilio, sigue las instrucciones y nos lo devuelve. Aquí nosotros lo decodificamos y enviamos el informe, junto con un consejo genético”, explica Mañes.

Además del kit, están optando por externalizar procesos y alquilar equipos, de forma que el precio final sea lo más reducido posible. Aún no tienen datos definitivos, pero Mañes apuesta por unos pocos cientos de euros. “Es lo que nos gustaría, aunque dependerá de los acuerdos que firmemos en los próximos meses”.

La información es clave en este proceso, tanto a priori como una vez obtenidos los resultados. Para empezar, hay que firmar un consentimiento en el que se explica qué implica un análisis genómico y todas las garantías de privacidad. Por otro, los resultados se devuelven en un lenguaje comprensible, señalando con porcentajes la probable incidencia de esta o aquella dolencia y aportando unas guías a seguir personalizadas.

Su experiencia dentro de Lanzadera puede ser la clave del éxito. Una experiencia en la que aterrizaron casi por casualidad. “Nos enteramos de la convocatoria por la prensa, buscamos en internet y rellenamos el cuestionario. Pensamos que no nos costaba nada intentarlo”.

Groopify, conoce gente como antes: en los bares

La idea de Groopify surgió a partir de una experiencia personal de su fundador, Pablo Viguera. Después de pasar unos años viviendo fuera de España, el pasado verano volvió y se dio cuenta de que, aparte de sus amigos de la época de estudiante, no era fácil conocer a gente nueva. En unas cada vez más bulliciosas redes sociales el contacto es sencillo, pero pasar de ahí al mundo real puede ser una experiencia algo tensa e incómoda.

“Y nosotros pensamos que con amigosla cosa siempre va mejor”. Así que junto a cuatro amigos creóesta startup, que ellos definen como un club social offline. La idea es sencilla: el cliente se registra, indica qué plan es el que más le apetece y Groopify le empareja con otro u otra de gustos similares. Así se organiza la quedada, a la que cada uno acudirá con otros dos amigos. En total un grupo de seis, lo que elimina la tensión de una cita y favorece que surjan nuevos planes y amistades. El plan puede variarde un café tranquilo a una noche de copas, y los grupos serán mixtos o solo de chicos o chicas según las preferencias.

Participar es sencillo, basta con enlazar a través de una cuenta en Facebook. De ahí, Groopify extrae algunos datos (que no muestra a los demás usuarios por motivos de privacidad), que complementa con una breve encuesta. A partir de ahí, un algortimo crea la combinación más compatible. El único límite es la edad: puesto que muchas veces se queda en un establecimiento que sirve bebidas alcohólicas, los menores de edad están vetados.

Al contrario que la mayoría de los servicios de citas o contactos a través de internet, en Groopify no se paga por suscripción, sino por quedada: 10 euros por asistente que dan derecho a la primera consumición en uno de los locales con los que la empresa tiene acuerdos. El pago tiene además una función de compromiso, como explica Viguera: “Así evitamos que alguien quede y luego no se presente”.

Pero por lo visto pocos dan la espantada, y la idea gusta. El servicio ya tiene alrededor de 8.000 usuarios y se han organizado decenas de encuentros en las ciudades en las que están presentes (Madrid, Barcelona, Valencia, Zaragoza, Sevilla y Málaga). Con el apoyo de Lanzadera quieren llevar el modelo a más localidades, e intentar incluso una expansión internacional.

PlayFilm quiere ponerte a jugar con las películas

Rafael Navarro, una de las mentes tras PlayFilm explica que su idea es básicamente mezclar películas convideojuegos, convirtiendo cualquier vídeo en una experiencia interactiva. Además del componente de ocio para espectador, el negocio está orientado a crear una publicidad original que enganche al espectador.

“Hubo un momento en la evolución de la tecnología que las pantallas cambiaron: de las televisiones y los cines pasamos a los smartphones y las tabletas. Son más interactivas, pero el contenido que muestran no lo es”, explica Navarro. Así que él y su socia, Raquel Valero,se propusieron remediarlo.

PlayFilm es una productora especializada en rodar vídeos (sobre todo anuncios) a los que añade un componente interactivo. En un momento determinado, el espectador puede tomar el control de la acción como si se tratase de un videojuego. “Imagina una película de James Bond en la que se sube en un coche para perseguir al villano, y en ese momento, el espectador pasa a conducir, como si fuese un videojuego de coches”.

Este ambicioso ejemplo podríamos encontrárnoslo en el futuro, pero de momento están trabajando en vídeos publicitarios, y están negociando un acuerdo con una conocida marca de bebidas, que no quieren desvelar hasta que no hayan firmado. Para otoño de este año, con la ayuda del programa Lanzadera, pretenden lanzar la que llaman la primera película jugable del mundo, un corto en el que el espectador se pone en la piel del protagonista para vivir una historia de fantasía en primera persona.

La clave está en un software que simpifica el prceso de crear un clip interactivo. "La interactividad es una característica de un vídeo que lleva mucho trabajo. Aumenta el coste y el tiempo de creación porque el montador necesita a un desarrollador que programe los recovecos de la pieza. Nosotros podemos reducir ese coste hasta en un 75%", asegura Navarro. Su software automatiza el proceso y lo simplifica, de forma que los programadores ya no son necesarios para crear el audiovisual interactivo y el montador puede hacer el trabajo solo.

tellmeGen, Groopify y PlayFilm son solo tres de los pryectos seleccionados por el programa Lanzadera. En total, ceinte ideas que han convencido ala organización, y a Juan Roig mismo, de que son viables y prometedoras. A cambio, solo tienen que poner todo su tiempo, su esfuerzo y su talento. "Demostráis que España sigue siendo un país con mucho talento, en el que hay muchas personas dispuestas a esforzarse y a arriesgar para desarrollar su propio proyecto.