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Nanopartículas de oro para 'cazar' la gripe aviar
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obtienen un diagnóstico en solo media hora

Nanopartículas de oro para 'cazar' la gripe aviar

“Buscábamos un sistema rápido y sencillo, y que fuera muy visual, para que alguien que no sea un científico pudiera detectarlo fácilmente”, resume la investigadora española

Foto: (Foto: Setforbritain.org.uk)
(Foto: Setforbritain.org.uk)

“Buscábamos un sistema rápido y sencillo, y que fuera muy visual, para que alguien que no sea un científico pudiera detectarlo fácilmente”, resume la investigadora española María José Marín Altaba sobre los motivos de su investigación, premiada con la Medalla Westminster del Parlamento británico. Este galardón, que reconoce la excelencia de investigadores jóvenes, premia el trabajo de esta química castellonense de 30 años que permite identificar en un golpe de vista a la peligrosa gripe aviar.

El sistema aprovecha una propiedad de las nanopartículas de oro: su color. Y no es dorado: en una pipeta, una disolución con estas nanopartículas muestra un vistoso color rojo. Al introducirse una muestra del virus de la gripe, en apenas media hora tendremos una respuesta clara: si la disolución permanece roja, se trata de gripe común; si cambia a un color rosado, el virus es el de la gripe aviar.

Esta propiedad cromática de las nanopartículas de oro diluidas depende de su distancia: si se juntan, el rojo se difumina. Por eso, Marín Altaba y su laboratorio trabajan con ellas para identificar de un vistazo la gripe aviar, tal y como han publicado en un estudio. Manipulan las nanopartículas para que, en presencia de esta versión del virus, se adhieran a él, agrupándose y perdiendo por tanto su color rojo al observarse la disolución. Todo sucede en apenas 30 minutos y ante nuestros ojos, frente a otros análisis que llevan incluso días y que requieren caros equipos.

"El tratamiento debe administrarse en 48 horas"

Marín Altaba destaca la importancia de poder identificar rápidamente a esta peligrosa versión del virus de la gripe, que causa pandemias saltando entre especies. “Los tratamientos más apropiados se deben administrar en apenas 48 horas desde la infección. Con este sensor, en media hora sabemos de qué virus se trata”, asegura esta química que se fue en 2006 de Erasmus a Irlanda para luego recalar en su centro actual, la Universidad de East Anglia. Allí trabaja en el grupo de David Rusell, que ya desarrolló un sistema similar para detectar el cólera en 2006.

“No hace falta una preparación especial para realizar la prueba”, señala, ya que su principal interés es facilitar las cosas para los países en desarrollo, en los que no hay acceso a laboratorios sofisticados como en el primer mundo en los que aislar y realizar cultivos del virus. El próximo paso: “Nos gustaría simplificarlo todo y poder usar directamente el pañuelo para identificar qué tipo de gripe es”.

Con este trabajo, Marín Altaba consiguió hacerse con la medalla de oro de química y con la medalla Westminster overall, es decir, la mejor propuesta de todas las categorías en liza (química, ingeniería, matemáticas, física, biología y biomedicina) en las que participaban dos centenares de jóvenes científicos. Se premia el logro científico, lógicamente, pero también la capacidad de estos investigadores para acercar su labor a un público tan ajeno a la ciencia como los parlamentarios británicos.

“No es nada fácil explicarlo”, reconoce la química, que debía exponer sus logros en un lenguaje sencillo para los políticos que la premiaron por su trabajo. Al haber desarrollado toda su carrera fuera de España, pero con la ilusión de regresar, esta química también tiene un recuerdo para los políticos españoles: “Antes de la crisis la investigación en España estaba en muy buena situación. Los recortes han afectado a todo y no es fácil decidir dónde recortar. Pero da rabia, porque los españoles estamos muy bien valorados aquí por nuestra preparación y no hay condiciones para volver”.

“Buscábamos un sistema rápido y sencillo, y que fuera muy visual, para que alguien que no sea un científico pudiera detectarlo fácilmente”, resume la investigadora española María José Marín Altaba sobre los motivos de su investigación, premiada con la Medalla Westminster del Parlamento británico. Este galardón, que reconoce la excelencia de investigadores jóvenes, premia el trabajo de esta química castellonense de 30 años que permite identificar en un golpe de vista a la peligrosa gripe aviar.

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