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¿Cuál es el peor trabajo que aceptaría por dinero? Zimbabue busca verdugo
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LA CRISIS PROVOCA QUE SE ACEPTEN EMPLEOS MUY INFERIORES A LA CUALIFICACIÓN

¿Cuál es el peor trabajo que aceptaría por dinero? Zimbabue busca verdugo

Si Berlanga levantara la cabeza se daría cuenta de que El verdugo, aquella ácida historia que se estrenó en la década de los sesenta, todavía está

Foto: ¿Cuál es el peor trabajo que aceptaría por dinero? Zimbabue busca verdugo
¿Cuál es el peor trabajo que aceptaría por dinero? Zimbabue busca verdugo

Si Berlanga levantara la cabeza se daría cuenta de que El verdugo, aquella ácida historia que se estrenó en la década de los sesenta, todavía está de actualidad. Una cárcel de Zimbabue ha puesto un anuncio para buscar un ejecutor y la oferta ha calado entre cientos de personas que han enviado su solicitud para quedarse con este puesto fijo. Y esto es solo un ejemplo, ya que la crisis mundial obliga a muchas personas a aceptar empleos muy por debajo de su cualificación para subsistir. Así que la pregunta es inevitable, ¿hasta dónde podría llegar para ganar dinero?

El mal estado de la economía mundial ha provocado que muchas personas se decanten por empleos inferiores a su cualificación, según publica la CNN. Las altas tasas de paro en todos los países obligan a profesionales liberales a mancharse las manos. De hecho, Zimbabue está lleno de historias de maestros o médicos que trabajan como barrenderos o conserjes en la vecina Sudáfrica o en Reino Unido. Estos trabajos en el extranjero están mejor remunerados que para los que se han formado, una realidad que se impone en muchas naciones.

Para los ciudadanos de este país africano cualquier trabajo es bueno, incluso el de verdugo, si reciben unos buenos honorarios. Para muestra, un botón. Hace unas semanas, un periódico local recordó a sus lectores que la plaza de verdugo en el penal de máxima seguridad de Chikurubi estaba vacante desde 2005. La propuesta fue un éxito.

Cientos de interesados se pusieron en contacto con dicho diario para ofrecer sus servicios. Los requisitos estaban claros: “destreza, habilidad para hacer nudos, duro de corazón y poco propenso a la misericordia”. Unos se sintieron identificados mientras que otros vieron una posibilidad de salir de la miseria.

“He leído la historia del trabajo de un verdugo. Por favor, ayúdenme porque necesito ese trabajo. ¿Cómo se solicita?”, preguntaba una de esas personas. Otra que buscaba empleo desesperadamente comentaba: “¿Por qué no aceptar el trabajo? Es sólo un trabajo como cualquier otro. No hay ninguna diferencia, incluso como un soldado, ya que solo cumpliré con el ejercicio de mis funciones”. La crisis crea extraños compañeros de viaje.

Si Berlanga levantara la cabeza se daría cuenta de que El verdugo, aquella ácida historia que se estrenó en la década de los sesenta, todavía está de actualidad. Una cárcel de Zimbabue ha puesto un anuncio para buscar un ejecutor y la oferta ha calado entre cientos de personas que han enviado su solicitud para quedarse con este puesto fijo. Y esto es solo un ejemplo, ya que la crisis mundial obliga a muchas personas a aceptar empleos muy por debajo de su cualificación para subsistir. Así que la pregunta es inevitable, ¿hasta dónde podría llegar para ganar dinero?

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