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La decisión del médico de operar sin anestesia salvó la vida a José Tomás
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POR MEGAFONÍA DEL COSO SE PEDÍA SANGRE A NEGATIVO

La decisión del médico de operar sin anestesia salvó la vida a José Tomás

José Tomás ha vencido de nuevo a la muerte en México. Tras recibir la cornada más grave de su accidentada trayectoria, se encuentra sedado y con

Foto: La decisión del médico de operar sin anestesia salvó la vida a José Tomás
La decisión del médico de operar sin anestesia salvó la vida a José Tomás

José Tomás ha vencido de nuevo a la muerte en México. Tras recibir la cornada más grave de su accidentada trayectoria, se encuentra sedado y con ventilación asistida en la UVI del Hospital Miguel Hidalgo de Aguascalientes, estable dentro de la gravedad. Le salvó la vida una operación que se efectuó sin anestesia en la enfermería de la Monumental de San Marcos, con algunas deficiencias y el suelo convertido en “un charco de sangre”, según aseguró a El Confidencial un torero mexicano que le acompañó en ese difícil momento en el que se temió seriamente por su vida.

El matador mexicano Fernando Ochoa, su compadre y amigo, estuvo con él desde la cogida hasta que entró en el quirófano del hospital. En la enfermería sostuvo la mano del diestro madrileño cuando el doctor Alfredo Ruiz tomó la decisión de abrirle la pierna izquierda -donde la femoral, la ilíaca y la safena estaban destrozadas- sin anestesiarle para ganar tiempo. Ochoa explicó a este diario con lágrimas apenas contenidas y los ojos enrojecidos, cómo José Tomás le apretó la mano, “con el semblante pálido” y le dijo: “Me duele mucho”.

Fue el único momento de debilidad humana que mostró el de Galapagar quien, según Ruiz, actuó de modo “muy maduro y muy tranquilo, ayudando a todos” en la enfermería, donde sufrió un shock hipovolémico por la masiva pérdida de sangre sufrida. Más de la mitad de la que contiene un cuerpo humano. Allí le transfundieron dos unidades de plasma, ocho más en el quirófano. A José Tomás la sangre mexicana le corre por las venas y no es un juego retórico por su amor al país en el que tomó la alternativa allá por 1995.

El mundo taurino hoy podría estar de luto

Fernando Ochoa recordó los momentos “críticos” vividos en la enfermería del coso. “Su hermano Andrés le cortó el traje porque ya tenía todo el cuerpo lleno de catéteres, y exprimíamos las bolsas de suero para le llegaran cuanto antes. La sangre le salía a borbotones de la herida y el médico decidió operarle sin anestesia; le abrió la pierna entre 10 y 15 centímetros”. Así consiguieron estabilizarle para trasladarle al hospital, donde todos han reconocido que, sin esa decisión y pericia, el mundo taurino estaría hoy de luto.

El equipo médico encabezado por Alfredo Ruiz –conocido también por salvar la vida del diestro mexicano Jairo Miguel tras una grave cornada en la misma plaza- se sobrepuso a las deficiencias de la Monumental de San Marcos, de primera categoría. “Es complicado tener un banco de sangre allí, pero también faltaban oxígenos y pinzas…”, reconoce Ochoa, aún admitiendo que es el percance “más grave” ocurrido en este coso y que no siempre todas las plazas están acondicionadas para afrontar este tipo de contingencias, pese a que el riesgo de una cornada planea sobre cada corrida.

El doctor dijo que tomó la decisión porque era “cuestión de segundos” y no podía esperar a que le hiciese efecto la anestesia; aunque hizo “un gesto (de dolor) había que sacarlo vivo de la plaza”, aseveró tras reconocer que nunca ha atendido una cornada con una hemorragia tan severa.

Mientras José Tomás quedaba en manos de los médicos, el público, consternado, era incapaz de prestar atención a lo que ocurría en el ruedo, relataron a El Confidencial varios espectadores. “Sólo estábamos pendientes de la puerta de la enfermería y estremecía ver el rastro de sangre que había quedado en la arena y el callejón”. Por megafonía se pedía sangre A negativo para el diestro. Ya en el hospital, comenta su compadre, las enfermeras que salían del quirófano nos decían que “se debatía entre la vida y la muerte”. Amigos, aficionados y un padre desconsolado aguardaron las dos horas que duró la operación con el alma en vilo.

Discreto optimismo

Los cirujanos le reconstruyeron la arteria y las venas afectadas y ahora la circulación en la pierna herida es normal; también resultaron afectados los músculos, pero creen que su recuperación será “del cien por cien”, auguraron en rueda de prensa. Ya no se teme por su vida, pero son muchas las complicaciones que pueden aparecer en las próximas 48 horas, que se consideran críticas: infecciones, trombos por las transfusiones, edema cerebral o problemas respiratorios, aunque la “discreta mejoría” experimentada por el maestro les hace ser optimistas dentro de la lógica cautela. Si bien su situación es “muy delicada”, confían en retirarle la sedación en un máximo de 48 horas.

Con rostro cansado, gesto de preocupación y voz de cansancio, su apoderado, Salvador Boix, explica que la preocupación no ha terminado, por las temidas complicaciones. Comentó a El Confidencial que, de salir todo bien, quizá podría pasar parte de su convalecencia y recuperación, una vez que reciba el alta hospitalaria, en la casa que posee en Aguascalientes; aún no puede saberse cuántos compromisos perderá. Su familia, comentó, está ya más tranquila. También su amigo, el cantante Joaquín Sabina, presente ayer en la plaza en la que horas después ofreció un concierto; desde la cornada se ha mantenido en contacto para conocer el estado del torero al que dedicó la canción De purísima y oro.

A las afueras del hospital todavía se arremolinan toreros, novilleros y aficionados pendientes de cualquier noticia del diestro madrileño, que ayer hizo que se agotaran las entradas en la segunda tarde de la Feria de San Marcos, de las de mayor prestigio de México, y obligó a recurrir a la reventa. En el aeropuerto se concentraron numerosos aviones privados con seguidores llegados de éste y otros países. Todos querían ver triunfar a José Tomás, que cortó una oreja a su primer morlaco con fuerte petición de la segunda. La cornada quebró una tarde festiva y causó una conmoción como pocos recuerdan en la plaza.

José Tomás ha vencido de nuevo a la muerte en México. Tras recibir la cornada más grave de su accidentada trayectoria, se encuentra sedado y con ventilación asistida en la UVI del Hospital Miguel Hidalgo de Aguascalientes, estable dentro de la gravedad. Le salvó la vida una operación que se efectuó sin anestesia en la enfermería de la Monumental de San Marcos, con algunas deficiencias y el suelo convertido en “un charco de sangre”, según aseguró a El Confidencial un torero mexicano que le acompañó en ese difícil momento en el que se temió seriamente por su vida.