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Un Barrio Rojo para Milán
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Un Barrio Rojo para Milán

Dentro de poco, Milán podría tener un nuevo atractivo para los turistas. Además del célebre Duomo con su fachada gótica, los viajeros también tendrán la posibilidad

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Un Barrio Rojo para Milán

Dentro de poco, Milán podría tener un nuevo atractivo para los turistas. Además del célebre Duomo con su fachada gótica, los viajeros también tendrán la posibilidad de visitar un Barrio Rojo al estilo del de Ámsterdam. La propuesta de crear en la ciudad lombarda una zona de prostíbulos y casas de citas reguladas ha partido del concejal de Cultura del Ayuntamiento, Vittorio Sgarbi, quien considera que este proyecto sacaría a las meretrices de las calles y acabaría con las mafias que las explotan.

"No tengo dudas sobre la oportunidad de crear uno o dos Barrios Rojos. Se podría tratar con el mundo de la prostitución y con sus asociaciones. Me parece que es algo obvio, con ventajas para las mujeres y para los clientes", afirma Sgarbi. Su idea, como cabía esperar, ha provocado la polémica en el Ayuntamiento de la ciudad, gobernado por el centro derecha. Parte de sus compañeros aceptan la propuesta, aduciendo que es la mejor opción para acabar con la prostitución callejera, un problema que provoca las quejas de los vecinos y deja vía libre a los proxenetas. El vicealcalde Riccardo De Corato, quien sostiene que las prostitutas que trabajan en las calles deben ser enjuiciadas, sostiene en cambio que la creación de un Barrio Rojo sería "un insulto a la tradición de Milán".

El concejal de Cultura incluso ya ha pensado en una zona concreta para crear el centro de prostitución. Según propone, la mejor ubicación sería el barrio de Bicocca, en la zona norte de la ciudad, donde han quedado libres 960.000 metros cuadrados de la antigua zona industrial de Pirelli. Además, en las inmediaciones sólo hay "casas con forma de cajas de zapatos sin identidad", cuyos inquilinos "no salen por la noche", por lo que "no tendrían ninguna molestia" con la implantación del centro del sexo. Estas palabras han provocado la ira de los vecinos, que recuerdan el gran número de niños que vive en la zona. "Tenemos el índice de natalidad más alta de la ciudad. Hace años que pedimos estructuras para los pequeños. Si ésta es la respuesta del Ayuntamiento"", se lamenta Marco Gianfala, presidente de la asociación de vecinos Vivibicocca.

Tampoco se muestran a favor de la iniciativa los responsables de City Angels, una organización de voluntarios que ayuda a las prostitutas y a las personas que viven en las calles. "Sería mejor dar vida a pequeñas cooperativas de prostitutas, sujetas a controles estrictos de forma que la delincuencia no se pueda infiltrar", propone Mario Burlan, fundador de City Angels. "Muchas de las chicas que nos encontramos nos cuentan su deseo de poder trabajar en un sitio seguro", afirma, aunque reconoce que "los ciudadanos no quieren un Barrio Rojo, temen la llegada de la criminalidad y del degrado".

Un apoyo inesperado al centro de prostitución milanés ha llegado de la secesionista Liga Norte, la formación federalista que, tras las recientes elecciones, se ha convertido en el tercer partido de Italia por número de votos. Siempre preocupados por la seguridad, los dirigentes de la Liga no ven con malos ojos la puesta en marcha del Barrio Rojo. "Si contribuye a que los distritos sean más seguros, a eliminar la delincuencia y a sacar la prostitución de las calles, ciertamente es una solución que para nosotros está bien", sostiene Roberto Maroni, miembro de esta formación y posible ministro del Interior en el nuevo Gobierno de Silvio Berlusconi.

Dentro de poco, Milán podría tener un nuevo atractivo para los turistas. Además del célebre Duomo con su fachada gótica, los viajeros también tendrán la posibilidad de visitar un Barrio Rojo al estilo del de Ámsterdam. La propuesta de crear en la ciudad lombarda una zona de prostíbulos y casas de citas reguladas ha partido del concejal de Cultura del Ayuntamiento, Vittorio Sgarbi, quien considera que este proyecto sacaría a las meretrices de las calles y acabaría con las mafias que las explotan.