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Doble juego e hipocresía en Londres: lo que nunca te contarán de Kate Middleton
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Carlos Prieto

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Doble juego e hipocresía en Londres: lo que nunca te contarán de Kate Middleton

¿Por qué los beligerantes tabloides, ávidos siempre de información monárquica, han respaldado la opacidad de la casa real con el caso Kate? Del circo al cierre de filas

Foto: Selección de portadas de periódicos de Reino Unido reaccionando a la notica de Kate Middleton. (Getty Images/Mark Case)
Selección de portadas de periódicos de Reino Unido reaccionando a la notica de Kate Middleton. (Getty Images/Mark Case)
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"He visto cosas que no creeríais": la prensa sensacionalista británica llamando a la mesura, al fact checking y a las tres fuentes para informar sobre la casa real; The Sun es, de pronto, el nuevo New Yorker.

Uno de los efectos secundarios más asombrosos del caso Kate Middleton, es que los tabloides se han convertido en brigada anti conspiratoria y vanguardia de la versión oficial. Cuando las redes de medio mundo ardían buscando respuestas alternativas a la desaparición de Kate —silenciadas (solo) en parte cuando se supo que tenía un cáncer— los habitualmente bullangueros tabloides, máquinas de hacer clicks con historias calientes sobre la realeza, guardaron un estruendoso silencio y defendieron con uñas y dientes la opacidad de palacio. Lo nunca visto en unos medios para los que los cotilleos reales son tan importantes como para el Real Madrid ganar la Champions. Esto no ha pasado porque sí.

Poco después de la desaparición mediática de Kate Middleton, el tabloide Daily Mirror publicó un tema titulado: "Kate Middleton, tu mejor amiga un minuto y tu peor enemiga al minuto siguiente". ¿Un artículo sobre la inestabilidad emocional de la princesa de Gales cuando ya había rumores de que su matrimonio no pasaba por su mejor momento? Un enfoque fácilmente malinterpretable, en efecto, pero nada que un volantazo periodístico no pudiera arreglar. Horas después de publicarse, el artículo del Mirror pasó a titularse: "Príncipe Harry, tu mejor amigo un minuto y tu peor enemigo al minuto siguiente". Por el morro. Épico corrimiento de foco: de Kate y William, herederos al trono y favoritos de la prensa; a Harry y Meghan, pareja real apestada, afincada en California y amamantada por Netflix.

placeholder Kate, William y Harry, la disputa permanente. (Reuters)
Kate, William y Harry, la disputa permanente. (Reuters)

Los comentarios al artículo del Mirror, que aún se pueden leer, son un auténtico espectáculo:

"A las 23:00 horas del 24 de enero se publicó este mismo artículo nombrando a Kate Middleton, luego a las 10:06 horas del 25 de enero ¡cambiasteis el nombre a Príncipe Harry! … Esta propaganda de los medios británicos muestra el odio que sentís hacia ellos".

"Esta vez te han pillado de lleno mintiendo. Mirror".

"Anoche, esta misma historia era sobre Kate, pero su equipo de relaciones públicas debió molestarse y quejarse y lo cambiasteis por Harry".

"Esta historia era originalmente sobre Kate y ahora es sobre Harry. Hilarante".

"¿A quién intentáis engañar?".

"¡Te han cazado con los pantalones bajados, Daily Mirror!".

Doble rasero

La opacidad informativa sobre la baja de Kate Middleton, respetada a rajatabla por toda la prensa británica, tapó unas cosas mientras destapaba otras, como la hipocresía del sistema mediático respecto a la monarquía. O el grosero doble rasero empleado con las dos parejas reales más mediáticas: Meghan/Harry versus Kate/William.

Desvelado el cáncer de la princesa, los tabloides han roto su silencio con decenas de informaciones azucaradas sobre la nueva princesa del pueblo y el poder del amor (a su marido) para superar cualquier situación médica. Siguen sin haber críticas al oscurantismo informativo de la casa real, causante involuntario —al generar ansiedad digital— de que las redes sociales estén tomadas ahora por elucubraciones cada vez más disparatadas sobre la futura reina... no tan diferentes a las que SÍ se publican a diario sobre Meghan Markle.

El mismo día que se publicó el cáncer sobre Kate, los tabloides publicaron una nueva oleada de informaciones maliciosas sobre la pareja real maldita, como si le hubiera hecho vudú a su cuñada. En las 16 horas siguientes al anuncio del cáncer, el Daily Express publicó 16 informaciones sobre Meghan/Harry con diversos grados de vitriolo. Un titular por hora. Algunos ejemplos (comentados luego en paréntesis): "El príncipe Harry y Meghan criticados por impulsar su propia agenda después de la noticia del cáncer de la princesa Kate" (gente sin sensibilidad que prioriza sus asuntos a la enfermedad de un familiar). "La rara salida pública del príncipe Harry y Meghan Markle una noche antes de la noticia del cáncer de Kate" (aunque no sabían que Kate tenía un cáncer, mal por haber salido a dar una vuelta el día antes). "Las memorias del príncipe Harry deberían leerse como una novela, pues contienen más ficciones que hechos" (Harry miente más que habla). "El príncipe Harry se está 'alejando de la Familia Real' a pesar de sus intentos de reconciliación" (este chico no tiene remedio).

El contraste con la larga vida mediática entre algodones de Kate no puede ser más bestia estos días.

"Kate ha sido tratada con extrema deferencia en comparación con la paliza propinada a su cuñada, Meghan Markle", según Zeynep Tufekci. En una reciente columna en el New York Times, Tufekci recordó un episodio que ahora, tras llevar tres meses los tabloides pidiendo privacidad para Kate, chirría especialmente: cuando Meghan y Harry tuvieron su primer hijo, "esperaron unos días antes de publicar fotos del recién nacido" al tiempo que "pidieron más privacidad a los medios". Pero lo que los padres novatos recibieron de los medios no fue privacidad, sino ataques. Un columnista del Sunday Times se burló de Meghan diciendo que "trataba de romper el contrato de la familia real con el público: nosotros pagamos, ellos posan". Resumiendo: barra libre para unos, tacto extremo para otros.

Victoria Newton, directora de The Sun, propiedad de Rupert Murdoch, ha insistido estos días en que hay que "respetar la privacidad de Kate Middleton" y dejar de "acosarla" en redes y acabar con las conspiraciones. Dados los antecedentes macarras de su empresa, condenada por el escándalo del hackeo masivo de teléfonos, esto recuerda a Maradona y Julio Alberto en el partido contra las drogas. ¿The Sun pidiendo periodismo más humano? Es como si Chimo Bayo abroncara a un DJ por pinchar demasiada cañita. Cinismo a prueba de bombas. The Sun es el periódico que dijo en portada que Meghan Markle hacía películas porno: "La novia de Harry en Pornhub", tituló (luego rectificó, pero los clicks ya estaban hechos).

Dados los antecedentes de su empresa, condenada por el hackeo de teléfonos, esto recuerda a Maradona con el "no a las drogas"

Más allá de los numerosos atropellos de The Sun contra los príncipes descastados —que un tribunal británico juzga precisamente estos días, con los abogados de Meghan y Harry denunciando la "cultura de la impunidad" del periódico— la trama real más peliaguda de The Sun tiene que ver con una de las últimas veces que le buscó las cosquillas al heredero (William). En 2019, The Sun insinuó que William podía tener una amante, Rose Hanbury, marquesa de Cholmondeley, a la que su amiga Kate había puesto en la lista negra por motivos no aclarados.

Cinco años después de esta información, el nombre de Rose Hanbury está ahora en boca de todos por la estrepitosa comunicación oficial del caso Kate Middleton. En efecto, el cerrojazo informativo sobre la baja de la princesa, con su consiguiente histeria digital, logró el efecto paradójico de que toda Inglaterra hable ahora sobre este chismorreo sentimental sin confirmar, que los grandes medios británicos no saben cómo manejar: hace unos días, The Guardian publicó de pasada que en la tele estadounidense se hacían bromitas sobre Rose Hanbury, pero unos duendecillos entraron luego en el artículo y borraron el nombre de la dama del rumor.

placeholder Las dos parejas reales en el funeral de Isabel II. (Reuters)
Las dos parejas reales en el funeral de Isabel II. (Reuters)

Pero no nos desviemos: la información original de The Sun sobre la presunta amante del futuro rey, tuvo una segunda parte que fue mutilada y purgada de internet. "Fue la última vez que los tabloides tocaron este asunto porque, según me confirmó un antiguo director de periódico, era demasiado peliagudo", cuenta un libro reciente de Omid Scobie, Endgame, sobre el avispero de los Windsor.

"Para muchos seguidores de la información monárquica, la cautelosa aproximación de la prensa británica hacia este asunto [la supuesta amante del heredero] fue extremadamente contranatura. Es justo decir que si los rumores salvajes hubieran sido sobre el príncipe Harry, habrían copado los titulares de las portadas, incluso si no había pruebas que los sostuvieran", cuenta el libro.

Según Scobie, los chismorreos sobre la presunta amante real "enfurecieron" a William e "incomodaron" a Kate. Sus equipos de comunicación no se quedaron de brazos cruzados. Antiguos empleados palaciegos confirman en el libro que, tras los rumores sobre la vida sentimental de William, arreció la tormenta mediática sobre su hermano y su cuñada. "El posterior chorreo de informaciones sobre Meghan y Harry contentó a los directores de tabloides", afirma una fuente en el libro.

Había una relación causa efecto entre enterrar las informaciones sobre unos y airear las de los otros. Entre la cortina de humo y el un clavo saca otro clavo.

Los chismorreos sobre la presunta amante enfurecieron a William e incomodaron a Kate

El periodista de The Sun que informó primero sobre los presuntos cuernos reales, Dan Wootton, cambió bruscamente de bando: olvidó el asunto y comenzó a publicar jugosas historias sobre la vida privada de Meghan y Harry, por ejemplo, sus trasiegos con las canguros de sus niños. El pasado año, una investigación de Byline Times desveló que la fuente (comprada) de Wootton sobre Meghan y Harry fue el novio de un subsecretario de comunicación de casa real (Christian Jones) cercano al heredero William. En cristiano: los Windsor buenos filtrando información a los tabloides sobre los Windsor malos.

La decisión de los abogados de Meghan y Harry de incluir el nombre de Jones en su demanda múltiple contra los tabloides, disparó la guerra interna en palacio que acabó con la ruptura real (y con Meghan y Harry, que tampoco son unos angelitos, contando su vida al mejor postor en EEUU).

"Cuando Meghan y Harry decidieron demandar a los tabloides, la reacción de la casa real fue: es demasiado arriesgado, no echéis más leña al fuego. O la prensa británica como sistema de control y coerción. Hasta que Harry y Meghan, víctimas de una cacería mediática, rompieron el sistema con sus denuncias. Parte del negocio de los tabloides consiste en demonizar, y parte de su poder en dar miedo. El mensaje de los tabloides a la casa real fue algo así como: convertiremos a Harry y Meghan en monstruos en tu nombre. Independientemente de lo que pienses de Harry y Meghan, el hecho es que su desafío a los medios enfureció a los medios", contó a este periódico Peter Jukes, editor de Byline Times.

En su libro de memorias, Harry menciona (sin dar nombres) que habló con su hermano sobre las filtraciones en palacio. "Le conté que un antiguo miembro del personal había saboteado a Meg y había montado un complot. Y que había un miembro actual que tenía un amigo que cobraba por filtrar a la prensa información privada sobre mi mujer y yo. Mis fuentes, entre ellas periodistas y abogados, eran intachables... Me dijo que lo investigaría".

Pero la discreta investigación de casa real sobre las filtraciones internas contra Meghan y Harry... acabó con el ascenso del filtrador: el príncipe William contrató a Christian Jones de secretario personal. Aunque Jones acabó dejando la casa real por un lucrativo puesto en la City, la rumorología sigue situándole dentro del engranaje real.

Respecto al otro tabloide de referencia, el exitoso Daily Mail, la familia real se lo cameló durante años hasta lograr una cobertura lisonjera. Por ello, cuando Meghan y Harry decidieron demandar al Mail, Carlos, Camilla y William se "pusieron furiosos", según el libro de Scobie, hasta el punto de que la casa real se ofreció a ayudar al periódico para socavar la demanda... con poco éxito: Meghan ha ganado ya al Daily Mail en varias instancias judiciales.

El lado de la tostada

El boom ochentero de Lady Di cambió para siempre la información monárquica: pasó de apolillada descripción de actos institucionales de discreto interés, a festival colorista sobre cualquier actividad real por nimia que fuera. Con los royals convertidos en objeto de consumo el pop como nueva fuente de legitimidad de una institución anquilosada— la casa real se vio en una encrucijada resbaladiza: entre la legitimidad popular que daba el papel cuché y los excesos de unos tabloides ávidos de historias. El equilibrio se rompió con Harry y Meghan, que, hartos de que los tabloides les vapulearan, les demandaron contra el criterio de casa real.

Harry y Meghan rompieron un statu quo en el que eran la parte más perjudicada: los tabloides defendían a la corona (Kate y William) al tiempo que atacaban a su parte más prescindible (Harry y Meghan). Un win win de lucrativas informaciones sobre las bondades y las maldades de los Windsor. Un circo de dos pistas que era malo para Harry y Meghan, bueno para los tabloides, y ayudaba a estabilizar el sistema por contraste: los seres de luz Kate y Williams (poderosos herederos encargados de mantener el reinado) contra los malvados suplentes, Harry y Meghan. La secuencia desparación/cáncer de Kate Middleton ha exacerbado el mecanismo.

Lo cuenta un antiguo trabajador de palacio en Endgame: el doble rasero entre las parejas reales era "inevitable porque siempre se va a proteger más al heredero que al suplente. Así es como funcionan las cosas".

El estropicio comunicativo monárquico con el cáncer de Kate Middleton ha venido acompañado de nuevos ataques al príncipe Harry. Este miércoles, The Sun denunció a todo trapo la implicación de Harry en el sórdido escándalo sexual del rapero estadounidense Sean Diddy Combs. Aunque la relación de Harry con el caso sea ninguna (es nombrado de pasada en una de las demandas contra el rapero, igual que otras decenas de personas), The Sun utilizó en portada una foto de Harry con el rapero acusado... cortada para que no apareciera William, que también andaba por ahí (la foto se tomó en el backstage de un concierto homenaje a Lady Di auspiciado por el heredero).

The Sun no fue el único periódico que eliminó a William de la imagen, también lo hizo el Daily Telegraph, que no es un tabloide. La tostada de real siempre cae y pringa por el mismo lado en la prensa británica.

"He visto cosas que no creeríais": la prensa sensacionalista británica llamando a la mesura, al fact checking y a las tres fuentes para informar sobre la casa real; The Sun es, de pronto, el nuevo New Yorker.

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