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¿Por qué hay casi 10.000 cerebros almacenados en Dinamarca? Un origen poco ético
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UNA COLECCIÓN MUY INUSUAL

¿Por qué hay casi 10.000 cerebros almacenados en Dinamarca? Un origen poco ético

Esta colección ha desatado la polémica. Muchos opinan que los cerebros deben destruirse y otros prefieren conservarlos para su estudio

Foto: Fuente: iStock
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A la hora de formular las últimas voluntades, hay muchas personas que deciden que su cuerpo, cuando fallezcan, será donado a la ciencia. De esta manera, los científicos tienen el permiso de esa persona para emplear cualquier parte del cuerpo para sus investigaciones en favor de un bien común.

Así, es posible que un corazón sirva para investigar los infartos, que un riñón ayude en la investigación para mejorar la diálisis o que un cerebro sea clave a la hora de descubrir el origen de una enfermedad neurológica y su cura. Es por ello que, a simple vista, una colección de 9.479 cerebros preservados en formol puede parecer una idea magnífica y suponer un gran avance para las enfermedades neurológicas. Pero esta colección no está exenta de polémicas.

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Como explica la BBC, esta gran colección de cerebros se encuentra en un sótano en la Universidad de Dinamarca del Sur, una de las más grandes del país. La colección se comenzó en 1945, después de la Segunda Guerra mundial. Se trataba de cerebros pertenecientes a pacientes con enfermedades mentales, que fallecieron mientras estaban internados en las diferentes instituciones psiquiátricas danesas.

Estos cerebros se siguieron recopilando hasta el año 1980. El problema viene porque todos y cada uno de estos cerebros fueron preservados “sin el consentimiento previo de los pacientes ni de sus parientes cercanos”, dejando patente la falta de derechos de los pacientes psiquiátricos. Esto desato una fuerte polémica. Algunos tacharon la colección de falta de ética, y pedían su destrucción. Otros, solicitaban que los cerebros fueran devueltos a sus tumbas, algo muy complicado en la mayoría de los casos.

Lo valioso de esta colección es su tamaño y lo bien documentada que está

Tras muchas reuniones e investigaciones, en 1990 el Consejo de Ética de Dinamarca determinó que los tejidos podían ser usados para la investigación científica. A partir de ese momento, la extensa colección “ha facilitado el estudio de muchas enfermedades, incluyendo la demencia y la depresión”.

Como explica el patólogo y actual director de la colección de cerebros en la Universidad del Sur de Dinamarca, Martin Wirenfeldt Nielsen, “todos estos cerebros están muy bien documentados”. Tras la autopsia de cada paciente, los médicos extraían el cerebro y lo examinaban, creando informes bastante completos.

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Sabemos quiénes fueron los pacientes, dónde nacieron y cuándo murieron. También contamos con los diagnósticos que les hicieron y los informes de los exámenes neuropatológicos (postmortem)”, explica el doctor Nielsen.

“El gran valor de esta colección es su tamaño”, insistió el doctor. “Es única, porque si quisiéramos investigar, por ejemplo, una enfermedad tan complicada como la esquizofrenia, no estamos limitados a un par de cerebros, podemos contar con 100, 500, hasta 1000 cerebros para el mismo proyecto que nos permitirían ver las variaciones y el tipo de daños al cerebro que de otra manera pasaríamos por alto”, detalla.

Varios estudios en curso

El doctor Nielsen se encarga de que los investigadores que necesiten emplear esta gran colección, hagan un buen uso de la misma. Además, Nielsen afirma que hay varios proyectos de investigación en marcha, estudiando enfermedades como la demencia y la depresión, aunque todavía no han arrojado resultados “revolucionarios”.

A la hora de formular las últimas voluntades, hay muchas personas que deciden que su cuerpo, cuando fallezcan, será donado a la ciencia. De esta manera, los científicos tienen el permiso de esa persona para emplear cualquier parte del cuerpo para sus investigaciones en favor de un bien común.

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