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Von der Leyen marca la hoja de ruta de Bruselas para el próximo curso político
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DISCURSO DEL ESTADO DE LA UNIÓN

Von der Leyen marca la hoja de ruta de Bruselas para el próximo curso político

La presidenta de la Comisión Europea realizará este miércoles su discurso del estado de la Unión, una de las citas centrales en el calendario de la política europea, en el que marcará sus prioridades para este curso político

Foto: Ursula Von der Leyen durante un pleno de Estrasburgo. (Reuters)
Ursula Von der Leyen durante un pleno de Estrasburgo. (Reuters)

Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, no destaca por su capacidad de hacer discursos que emocionen, que pongan de pie a su audiencia o que capten la atención con frases redondas, llenas de sentido y significado. Es una política austera, que se mueve mejor en el papel de gestora que en la de una líder que enarbole una bandera política a favor de la unión de Europa. Así que, cuando este miércoles por la mañana se presente ante los eurodiputados para su segundo discurso del estado de la Unión, la alemana centrará su alocución en su gestión, e intentará que se convierta en una demostración de fuerza por parte de la Comisión Europea, con toda una serie de promesas cumplidas desde el inicio de la legislatura en 2019.

El discurso del estado de la Unión, que se institucionalizó en 2010, es la oportunidad de que la persona que presida la Comisión Europea se dirija a los eurodiputados, reunidos en un pleno de la Eurocámara en Estrasburgo, destacando los principales logros del anterior curso político y estableciendo la hoja de ruta del próximo. También permite a los eurodiputados lanzar preguntas, observaciones y críticas al presidente del Ejecutivo comunitario. Von der Leyen afronta su segundo discurso, el primero en una cierta normalidad: el de 2020 se realizó en la sede de Bruselas y con buena parte de los miembros de la cámara ausentes.

placeholder Discurso del estado de la Unión de 2020 en Bruselas. (EFE)
Discurso del estado de la Unión de 2020 en Bruselas. (EFE)

La política alemana ya adelantó la semana pasada a los presidentes de los distintos partidos políticos cuáles serán los puntos principales de su discurso: mirando hacia atrás uno de los elementos centrales será el éxito de la campaña de vacunación europea a pesar de las numerosísimas críticas que la Comisión Europea recibió durante los primeros compases de la gestión conjunta de la campaña. Todos los Estados miembros han tenido acceso a las vacunas gracias a la compra común, y hace semanas Von der Leyen celebró haber cumplido con el objetivo de inmunizar al 70% de la población adulta europea, un hito que, seguro, repetirá ante la Eurocámara.

Mirando hacia el futuro, la presidenta probablemente anclará su discurso en la recuperación económica a la que ayudará el fondo de recuperación de más de 750.000 millones de euros pactado en 2020, así como en algunos elementos de la autonomía estratégica, intentando sacar algunas conclusiones de lo ocurrido en Afganistán en la segunda mitad del mes de agosto. Probablemente, también tenga palabras en materia de Estado de derecho, en el contexto del pulso que Bruselas mantiene con Polonia y Hungría, dos países cuyos planes de recuperación todavía no han sido aprobados precisamente por esos roces con el Ejecutivo comunitario.

Von der Leyen también defenderá la propuesta legislativa que la Comisión Europea ha puesto sobre la mesa para alcanzar la neutralidad climática en 2050, reduciendo primero las emisiones en 2030 un 55% respecto a los niveles de 1990. El ajuste que requerirá dicho objetivo es enorme, y en el Consejo se mira ese dosier con mucho escepticismo, por lo que la alemana tiene como una de sus prioridades reforzar una alianza con la Eurocámara en este paquete para presentar un frente más o menos común cuando toque comenzar las negociaciones entre los tres actores, los llamados “trílogos”.

Foto: El vicepresidente de la Comisión, Frans Timmermans. (Reuters)

Una de las cuestiones en el aire para el equipo de Von der Leyen es si hará algún tipo de mención a la reforma de las normas fiscales, que comenzó a debatirse este fin de semana en Eslovenia. Es un asunto enormemente sensible. La presidenta de la Comisión Europea es alemana y, con las elecciones tan cerca, celebrándose el próximo 26 de septiembre, cualquier palabra suya puede tener efectos no deseados sobre la campaña de los democratacristianos de la CDU, su partido, que van por detrás en las encuestas.

Más allá de ese interrogante, no hay gran expectación entre los eurodiputados. A diferencia de Jean-Claude Juncker, que presidió la Comisión entre 2014 y 2019, Von der Leyen no considera central la idea de una “Comisión política”, y por lo tanto sus discursos son radicalmente distintos. No solamente son oradores y políticos distintos, uno un viejo zorro de la Europa de ayer, la otra una hija de la Europa de hoy. Es que sus objetivos son distintos. Juncker buscaba expandir por los hechos el papel de la Comisión, y sus discursos eran una herramienta más para ello. Creía en un demos europeo, y para ello esos discursos eran un instrumento útil para transmitir la idea de una esfera pública europea. Para su sucesora, los discursos no cumplen esa utilidad y se trata más de una gestión de posibles daños que un intento por impresionar y liderar una especie de empuje político desde Bruselas a favor de la unión.

Von der Leyen y su equipo han conseguido frutos políticos más importantes de los que obtuvo Juncker, por mucho que él fuera un perfil más político. Las circunstancias han jugado a su favor, y la pandemia ha ayudado a que Bruselas acapare más poder: hoy, la Comisión Europea tiene un poderosísimo instrumento como es el fondo de recuperación, y en la compra de las vacunas ha sabido moverse bien. Pero la alemana no entiende esa expansión como una cuestión política, sino de gestión: se ha expandido porque la gestión es más efectiva así. Por eso la gestión es una de las columnas principales de su discurso.

Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, no destaca por su capacidad de hacer discursos que emocionen, que pongan de pie a su audiencia o que capten la atención con frases redondas, llenas de sentido y significado. Es una política austera, que se mueve mejor en el papel de gestora que en la de una líder que enarbole una bandera política a favor de la unión de Europa. Así que, cuando este miércoles por la mañana se presente ante los eurodiputados para su segundo discurso del estado de la Unión, la alemana centrará su alocución en su gestión, e intentará que se convierta en una demostración de fuerza por parte de la Comisión Europea, con toda una serie de promesas cumplidas desde el inicio de la legislatura en 2019.

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