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CHOQUE EN LA UE

Alemania empaña la estrategia europea para la compra de vacunas

Desde Berlín se han lanzado acusaciones a Bruselas, que defiende la estrategia conjunta acordada en junio. En total, la Comisión ha negociado obtener 2.000 millones de dosis.

Foto: Una mujer de 92 años es vacunada en Colonia, Alemania, el pasado 27 de diciembre. (Foto: EFE)
Una mujer de 92 años es vacunada en Colonia, Alemania, el pasado 27 de diciembre. (Foto: EFE)

La historia de la compra de vacunas a nivel europeo, en un principio una historia de éxito, ha acabado mutando en una historia de intrigas y acusaciones que ahora Bruselas intenta cortar de raíz. Durante las últimas semanas, a medida que quedaba claro que la mayoría de los Estados miembros estaban fracasando a la hora de desplegar rápidamente una potente campaña de vacunación, comenzó un intercambio de acusaciones que tenía a Bruselas en el centro y Berlín como principal impulsor. La Comisión Europea busca zanjar el asunto con nuevos contratos e intentando ser más transparente.

La historia de éxito comenzó unos días antes del pasado 17 de diciembre, fecha en la que comenzó la campaña de vacunación contra el coronavirus en la Unión Europea. Berlín había presionado mucho para que todo estuviera listo, con el visto bueno de la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) y de la Comisión Europea, para poder comenzar a inyectar las dosis de la vacuna de Pfizer. Quería empezar a vacunar el 17 de diciembre. Y se cumplió con ese plazo, que la Comisión había anunciado a toda máquina en sus redes sociales como un gran éxito europeo, a pesar de recibir algunas críticas por la enorme presión puesta sobre los hombros de los expertos de la EMA que debían darle su luz verde.

Pero pasados los días y la euforia inicial, quedó claro que los Estados miembros estaban quedándose cortos: las vacunaciones avanzaban de forma muy lenta. En algunos países, como en Francia o en España, las críticas se han limitado a la política nacional. Pero ha sido en Alemania donde se ha señalado directamente a Bruselas.

placeholder Stella Kyriakides, comisaria de Salud. (EFE)
Stella Kyriakides, comisaria de Salud. (EFE)

Markus Söder, primer ministro de Baviera y líder de la CSU, partido hermano de la CDU de Angela Merkel, ha señalado directamente a Bruselas. “Probablemente ha habido demasiada burocracia en la Comisión Europea. Se ordenaron muy pocas de las vacunas adecuadas y los debates sobre precios se prolongaron durante demasiado tiempo”, explicó en una entrevista, señalando que era difícil de explicar que la vacuna de Pfizer haya sido desarrollada por un laboratorio alemán, pero que esta vacuna se esté inyectando de forma mucho más rápida en otros países.

Ahora mismo la Comisión Europea tiene contratos que garantizan unas 2.000 millones de dosis para una población de 450 millones de europeos. El problema es que no todas las vacunas avanzan al mismo tiempo en sus investigaciones y en todos los procesos que deben superar antes de poder ser utilizadas. Otros señalan que la Unión Europea tardó demasiado en cerrar los acuerdo principales. Por ejemplo, mientras Pfizer ya contaba con un contrato con Estados Unidos desde julio, el Ejecutivo comunitario no lo cerró hasta noviembre, lo que irritó a la farmacéutica.

Foto: Foto: Reuters.

Pero la Comisión Europea se defiende de las acusaciones y se mantiene firme en la defensa de la estrategia acordada el pasado mes de julio. Eric Mamer, portavoz del Ejecutivo comunitario, ha señalado en varias ocasiones que las limitaciones en el número de dosis que en estos momentos están a disposición de los Estados miembros se debe a que se trata de una vacuna que está comenzando a producirse, y que probablemente en los próximos meses comiencen a llegar en mucho mayor volumen, porque, además, habrá ya más vacunas aprobadas.

En Bruselas, además, se piensa mucho en cuál habría sido la alternativa. La estrategia que se ha seguido puede ser más lenta, pero asegura que todos los Estados miembros tienen un buen acceso a la vacuna contra el coronavirus, algo que sería más difícil de garantizar si hubieran tenido que competir por separado y entre ellas. Por lo pronto, y con la intención de zanjar el debate, la Comisión ha hecho una nueva compra de 300 millones de dosis de la vacuna de Pfizer.

placeholder Vacuna contra el coronavirus de Pfizer en Serbia. (EFE)
Vacuna contra el coronavirus de Pfizer en Serbia. (EFE)

Alemania, foco de problemas

Para la Comisión Europea los problemas con Alemania no se limitan a las críticas por parte de algunos actores políticos. El Gobierno alemán ha anunciado la compra de 30 millones de dosis más de la vacuna de Pfizer, y además ha aclarado que cerró el pacto dos meses antes de que la Comisión Europea concluyera su contrato en noviembre.

El acuerdo de junio señalaba que solamente la Comisión Europea negociaría los acuerdos de compra avanzada (APA, por sus siglas en inglés) cuyas dosis se repartirán siguiendo un criterio de proporcionalidad y que los Estados miembros no lanzan negociaciones paralelas. Solamente en algunos casos podrían negociar su propio acuerdo una vez se hubiera firmado la APA con la Comisión Europea. Además, los Estados miembros tienen otras formas de “flexibilidad”: por ejemplo, pueden adquirir las dosis que otros países tengan asignadas pero no quieran utilizar, algo que ya están haciendo algunas capitales.

placeholder Ministro alemán de Salud durante una rueda de prensa. (EFE)
Ministro alemán de Salud durante una rueda de prensa. (EFE)

De confirmarse que Berlín tenía un acuerdo antes de la firma de Bruselas con Pfizer, Alemania podría estar incumpliendo el pacto. Pero no es el único país que lo estaría haciendo. Nicos Anastasiades, presidente de Chipre, ha anunciado que está en conversaciones con Israel para la compra de más vacunas. Alemania y Chipre son los Estados miembros de procedencia de Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, y Stella Kyriakides, comisaria de Salud, lo que ha provocado algunas críticas en Bruselas.

Sin embargo, Sandra Gallina, directora general al frente de las negociaciones, ha asegurado este martes por la mañana en el Parlamento Europeo que esos acuerdos no existen. “Estos contratos paralelos se han rumoreado mucho. No he visto ninguno. Y no creo que vaya a ver uno. Es algo que en mi opinión no existe”, ha explicado ante los eurodiputados. Gallina, buena negociadora, llegada desde la dirección general de Comercio específicamente para este trabajo, ha defendido el funcionamiento del sistema común de adquisición de vacunas.

Foto: La Agencia del Medicamento Europeo autoriza la vacuna de Moderna.

Pero Marta Temido, ministra de Salud de Portugal, que actualmente lleva las riendas de la presidencia rotatoria, señaló la semana pasada que varios países estaban en negociaciones con distintas farmacéuticas. Lo que explicó Temido fue que esas compras estaban respetando la estrategia europea y que se estaban produciendo después de que concluyeran las negociaciones por parte de la Comisión Europea.

Además, la Comisión Europea está sometida a la presión del Parlamento Europeo, que acusa a Bruselas de estar siendo poco transparente en el proceso de adquisición de las vacunas. Por ahora la Eurocámara solamente ha conseguido que el Ejecutivo comunitario de acceso a los eurodiputados a una versión redactada del contrato con una de las farmacéuticas, pero bajo estrictas medidas para proteger la confidencialidad.

La historia de la compra de vacunas a nivel europeo, en un principio una historia de éxito, ha acabado mutando en una historia de intrigas y acusaciones que ahora Bruselas intenta cortar de raíz. Durante las últimas semanas, a medida que quedaba claro que la mayoría de los Estados miembros estaban fracasando a la hora de desplegar rápidamente una potente campaña de vacunación, comenzó un intercambio de acusaciones que tenía a Bruselas en el centro y Berlín como principal impulsor. La Comisión Europea busca zanjar el asunto con nuevos contratos e intentando ser más transparente.

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