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¿Cuál es el coste (político) que Boris está dispuesto a pagar por el 'cierre' de Inglaterra?
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Descontento en las filas 'tories'

¿Cuál es el coste (político) que Boris está dispuesto a pagar por el 'cierre' de Inglaterra?

Ningún primer ministro quiere tener que depender del respaldo de la oposición para poder sacar adelante sus planes

Foto: El primer ministro británico, Boris Johnson (Reuters)
El primer ministro británico, Boris Johnson (Reuters)

Ningún primer ministro quiere tener que depender del respaldo de la oposición para poder sacar adelante sus planes. Pero esta es la comidilla que se comenta estos días en los corrillos de Westminster, al hablar de los problemas de liderazgo de Boris Johnson. Hace menos de un año que el excéntrico político consiguió los mejores resultados en más de 30 años para el Partido Conservador. Entró triunfal en Downing Street. Pero ya comienza a hablarse del fin de su reinado.

Es pronto aún para afirmar que ha perdido las riendas. Si en política, una semana es una eternidad, con la pandemia el escenario cambia cada minuto. Pero, hoy por hoy, es un hecho que las filas ´tories´ están muy divididas. Y el nuevo confinamiento que entra en vigor este jueves en Inglaterra y durará hasta el próximo 2 de diciembre ha incrementado aún más las grietas.

Foto: Un hombre pasea durante la pandemia de covid en Londres. (Reuters)

Johnson anunció el pasado sábado el encierro, justo cuando el Reino Unido superaba el millón de casos. Pero antes de su implementación, la medida debía ser votada en la Cámara de los Comunes. El pasado mes de septiembre, para poder renovar los poderes extraordinarios que le fueron concedidos para lidiar con el segundo pico de la pandemia, el ´premier´ ya tuvo que ceder ante las demandas de los suyos para que Westminster tuviera más poder de decisión en la gestión de la crisis.

Desde el principio, la aprobación de este segundo confinamiento se daba por hecha, ya que el líder de la oposición laborista Keir Starmer adelantó que la respaldaría. Y así ha sido. El miércoles, el plan consiguió 516 votos a favor, frente a 38 en contra (de ellos, 32 tories, aunque alrededor de otra veintena también se abstuvo, entre ellos, la que fuera primera ministra Theresa May).

Motines internos

Pero la rebelión en las filas conservadoras es realmente significativa. No se pensaba que llegaría a superar los 20. A priori, un motín con 32 insubordinados (o alrededor de 50 si se cuentan también las abstenciones) en una formación con 364 parece irrisorio. Pero no lo es. La clave está en quién compone ese motín. Aparte de May (lo suyo fue más bien revanchismo), hay pesos pesados que ya anteriormente han cambiado el curso de la política. Entre ellos figura Steve Baker (cabecilla de los euroescépticos más radicales), Ian Duncan Smith (el que fuera presidente del partido) o Graham Brady (responsable del llamado Comité 1922, que agrupa a los ´tories´ sin cartera). “Voy a votar con la mayor convicción con la que he votado en los últimos 23 años que llevo como diputado”, manifestó este último.

El debate fue intenso. El conservador Philip Davies, otro de los rebeles, señaló: “Nadie que vote a favor de esta moción se está ofreciendo a sacrificar su propio trabajo, por supuesto que no. Solo espera que millones de personas en nuestro país sacrifiquen los suyos por seguir esta política”. “Nunca pensé que vería el día en que un supuesto ministro conservador se levantaría e instaría al Parlamento a sacrificar aún más nuestras libertades más básicas, colapsar la economía y destruir empleos, todo para perseguir una estrategia fallida”, añadió.

Recientemente, el propio Johnson aseguraba que imponer otro encierro sería como “pulsar el botón de bomba nuclear”. Pero tras los últimos rebrotes, llegó a la conclusión que “no hay alternativa”. El miércoles, las muertes ascendían a 492, la cifra más alta desde el pasado 19 de mayo. El total de fallecidos es ya de 47.250.

placeholder El Soho, en Londres (Reuters)
El Soho, en Londres (Reuters)

Una de las grandes ironías de las dificultades actuales de Johnson es que los rebeldes le critican por seguir los consejos de los expertos y confiar en las previsiones de los funcionarios públicos. Después de todo, esta fue precisamente la crítica que muchos de ellos hicieron a May por el Brexit y una de las claves por la que ésta última fue reemplazada por Johnson. En definitiva, el ´premier´ sabe ahora todo lo que está en juego.

En su propia casa

Entre otras cosas porque la división también está en el Gabinete. Pese a que el ministro del Tesoro, Rishi Sunak (por cierto el nombre que más suena como futuro líder) se empeñe esta semana en publicar diferentes artículos apoyando el confinamiento, es “vox populi” las desavenencias que tiene estos días con Johnson en cuanto a la gestión de la crisis sanitaria y económica de un país ya en recesión.

El último enfrentamiento ha sido por el programa de ayuda a ERTE. Pese a que Sunak se comprometió ayudar en la pandemia a todo el Reino Unido, según The Times, el ´premier´ no acaba de ver ahora que las ayudas se extiendan en Gales, Escocia e Irlanda del Norte (con sus propias restricciones, ya que tienen sus propias competencias en sanidad) una vez termine el encierro en Inglaterra.

Esto ha dado más munición a los secesionistas escoceses de la ministra principal Nicola Sturgeon, que lidera todas las encuestas de cara a los comicios del próximo mes de mayo al Parlamento de Edimburgo, con la promesa de un nuevo referéndum de independencia.

Por su parte, sir Simon Stevens, director ejecutivo del Sistema Nacional de Salud Público en Inglaterra (NHS) ha advertido que la presión en los hospitales causada por el virus ya es “tres veces peor que las cargas adicionales que se imponen durante el invierno”.

En este sentido, explicó que la gripe y otras condiciones invernales generalmente lleva cada año a 3.000 personas más a los hospitales, pero que en la actualidad ya hay más de 10.000 pacientes con coronavirus en Inglaterra. “Los niveles de preocupación están aumentando”, manifestó.

Algunos centros ya están cancelando intervenciones no urgentes. Stevens recalcó que con el nuevo confinamiento, se espera que no haya necesidad de cancelaciones masivas. En cualquier caso, agregó que “por muy bien preparados que estén los hospitales, las cirugías, consultas médicos de cabecera … nos enfrentamos a un período difícil”.

Ningún primer ministro quiere tener que depender del respaldo de la oposición para poder sacar adelante sus planes. Pero esta es la comidilla que se comenta estos días en los corrillos de Westminster, al hablar de los problemas de liderazgo de Boris Johnson. Hace menos de un año que el excéntrico político consiguió los mejores resultados en más de 30 años para el Partido Conservador. Entró triunfal en Downing Street. Pero ya comienza a hablarse del fin de su reinado.

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