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Asaltan la tumba anónima de "el carnicero de Praga", uno de los más temidos jerarcas nazis
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EN UN CEMENTERIO DE BERLÍN

Asaltan la tumba anónima de "el carnicero de Praga", uno de los más temidos jerarcas nazis

El pasado 12 de diciembre, varios individuos profanaron la tumba de Reinhard Heydrich en el Cementerio de los Inválidos, a pesar de que carecía de lápida identificativa

Foto: Retrato de Reinhard Heydrich. (Adam Jones/Flickr)
Retrato de Reinhard Heydrich. (Adam Jones/Flickr)

Adolf Hitler llegó a apodar a Reinhard Heydrich como "el hombre del corazón de hierro". El dictador encomendó a este dirigente nazi las tareas más desagradables de la administración del Tercer Reich: el asesinato de rivales políticos, la planificación de la 'solución final' o la represión de Checoslovaquia, lo que le valió otro sobrenombre: "el carnicero de Praga". Y Heydrich cumplió las órdenes del 'führer' a rajatabla, llegando incluso a postularse como su sucesor.

Su funeral —murió a los 38 años fruto de las heridas de un atentado fallido— se convirtió en un importante acto de Estado, con la plana mayor del nacionalsocialismo. Pero tras la liberación de Berlín, acabada la Segunda Guerra Mundial, su nombre fue borrado de la lápida de su tumba para evitar que se convirtiera en un centro de peregrinación para los seguidores del nazismo.

Foto: Un oficial espolvorea a un militar DDT, tras la liberación del campo de concentración de Bergen-Belsen, en 1945. (Wikimedia Commons)

Pero la madrugada del pasado 12 de diciembre, varios individuos profanaron la tumba de Heydrich en el Cementerio de los Inválidos, en la capital alemana. A pesar de que la losa no indicaba el nombre del difunto, el grupo de asaltantes acudió expresamente a por los restos del jerarca, lo que hace suponer a la policía germana —que ya investiga el asunto, tras ser avisada por un guardia del camposanto— que se trataba de un acto vandálico planificado y estudiado. Los ladrones perforaron la losa pero no consiguieron llevarse los restos mortales del oficial.

placeholder Iglesia en la que se refugiaron Jan Kubiš y Jozef Gab?ík. (Wikimedia Commons)
Iglesia en la que se refugiaron Jan Kubiš y Jozef Gab?ík. (Wikimedia Commons)

No es la primera vez que un grupo de encapuchados intenta conseguir los esqueletos de jerarcas nazis. A principios del 2000, un grupo de extrema izquierda abrió la tumba de Horst Wessel, autor del himno del partido nacionalsocialista, y arrojó su cráneo a un río, unos hechos que, por el momento, no tienen relación con este último acto.

Heydrich: su historia

Reinhard Heydrich murió en junio de 1942, debido a una septicemia (una infección generalizada de sus heridas). Días después, el aparato de represión nazi se activó y azotó con dureza a toda la actual Checoslovaquia. Más de medio centenar de personas fueron asesinadas como represalia en las semanas posteriores al atentado contra el Mercedes 320 —recreado en la película '7 hombre al amanecer'— en el que el jerarca, confiado, viajaba con escasa protección.

Foto: El régimen nazi fue incapaz de ver al enemigo oculto entre la población neerlandesa. (EFE)

Heydrich quedó malherido. Los autores del ataque fueron Jan Kubiš y Jozef Gabčík, ambos paracaídistas checos, entrenados por los británicos, que se infiltraron en el país durante la ocupación alemana para planificar el ataque.

Ambos fueron perseguidos por los nazis hasta que fueron rodeados en una iglesia ortodoxa de Praga. Tras un intenso y largo intercambio de disparos con los alemanes, Kubiš y Gabčík, junto a los pocos miembros de la resistencia checa que sobrevivían, decidieron suicidarse en una gruta bajo el templo con las últimas balas que quedaban en sus pistolas. Hoy, una placa conmemorativa en la fachada del templo les rinde homenaje.

Adolf Hitler llegó a apodar a Reinhard Heydrich como "el hombre del corazón de hierro". El dictador encomendó a este dirigente nazi las tareas más desagradables de la administración del Tercer Reich: el asesinato de rivales políticos, la planificación de la 'solución final' o la represión de Checoslovaquia, lo que le valió otro sobrenombre: "el carnicero de Praga". Y Heydrich cumplió las órdenes del 'führer' a rajatabla, llegando incluso a postularse como su sucesor.

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