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Las 'cazanazis': las jóvenes holandesas que seducían alemanes para matarlos
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Truus y Freddie Oversteegen y Hannie Schaft

Las 'cazanazis': las jóvenes holandesas que seducían alemanes para matarlos

Durante la II Guerra Mundial, los soldados alemanes dieron por hecho que el enemigo estaba en las trincheras: pero alguien igual de peligroso no levantó ninguna sospecha

Foto: El régimen nazi fue incapaz de ver al enemigo oculto entre la población neerlandesa. (EFE)
El régimen nazi fue incapaz de ver al enemigo oculto entre la población neerlandesa. (EFE)

Era mayo de 1940 cuando las tropas nazis tomaban el control de los Países Bajos tras la rendición del Gobierno local. Las atrocidades del ejército alemán pronto se dejaron ver, con la persecución y asesinato de los judíos locales, pero una en concreto sería fundamental en la historia: un oficial nazi acabó a golpes con un bebé ante la mirada de sus padres y sus hermanos: Truus Oversteegen, que vio la escena por casualidad, le iba a matar de un tiro en la cabeza.

El terror que el ejército nazi provocó en la población neerlandesa dio lugar a que pronto se formara un nutrido grupo de choque, conocido como la Resistencia. Muchos jóvenes no dudaron en unirse a ella, aunque en muchos casos solo realizaban labores residuales como correo o seguimiento visual, pues las armas eran harina de otro costal. Pero tres mujeres iban a pasar a la historia por formar parte de este grupo: las hermanas Truus y Freddie Oversteegen y Hannie Schaft.

Foto: Retrato de Degrelle y su avión siniestrado en La Concha. (Archivo/Vicente Martín)

Las tres chicas eran amigas desde pequeñas y las atrocidades de los nazis pronto les convencieron de participar en la resistencia. Muy unidas desde siempre, aquella escena que presenció Truus Oversteegen las cambió definitivamente, y decidieron volverse mucho más activas en la lucha contra los nazis. Su juventud y su apariencia inocente pronto les ofrecieron un escudo ante el que los nazis eran incapaces de reconocer a un enemigo frente a ellos.

Esa es la historia que cuenta la escritora Sophie Podelmans en su último libro, 'Seduciendo y matando nazis', en el que cuenta la historia de las tres heroínas. Tras la muerte de aquel oficial nazi, las tres amigas decidieron involucrarse en cualquier plan que tuviera como fin acabar con el reinado de terror alemán y pronto comenzaron a ser mucho más activas: primero, destruyendo las vías de tren para evitar la deportación de judíos; después, asesinando nazis.

Pronto descubrieron lo que necesitaban: encontrarse con los nazis a solas. Truus tuvo la fortuna de aquel encuentro fortuito, en el que ningún otro nazi acompañaba a aquel que acabó con la vida del bebé. Pero no era la norma. ¿De qué manera podían hallar esa oportunidad? Muy sencillo: en las tabernas en las que se emborrachaban los alemanes, sería fácil abordarlos. Maquillaje, vestidos ajustados y promesas de diversión aseguraban esta posibilidad.

Así fue como estas tres jóvenes se dedicaron a seducir a los soldados, a los que llevaban a lugares apartados para, en cuanto tenían la oportunidad, asesinarlos a sangre fría de un disparo en la cabeza. Los nazis nunca llegaron a pensar que sus flirteos eran los que les estaban llevando a encontrarse con un enemigo al que nunca se habían enfrentado, hasta que más de cuatro años después, un soldado alemán reconoció a Hannie Schaft, la 'chica del pelo rojo'.

Hasta en dos ocasiones, este nazi observó cómo una joven pelirroja se acercaba a un grupo de soldado entre los que él se encontraba. Uno de ellos se marchaba con la joven y nunca volvía: aquella tercera vez, no fue diferente. Pronto dio la voz de alarma y una descripción de la joven, quien en marzo de 1945 era capturada en un control de carretera: cuando el pelotón de fusilamiento la encañonó, sus ojos resplandecieron. "Idiotas, yo disparo mejor que vosotros", fueron sus últimas palabras.

Las hermanas Oversteegen consiguieron sobrevivir a la II Guerra Mundial, pero nunca hicieron público el número de nazis a los que quitaron la vida. Se cree que entre las dos jóvenes y Schaft acabaron con la vida de unos 200 soldados, una historia que ahora se cuenta en 'Seduciendo y matando nazis' para hacer honor a tres heroínas que lucharon contra el régimen nazi desde la resistencia holandesa. Tres jóvenes que hicieron todo lo que estuvo en su mano por hacer del mundo un lugar mejor.

Era mayo de 1940 cuando las tropas nazis tomaban el control de los Países Bajos tras la rendición del Gobierno local. Las atrocidades del ejército alemán pronto se dejaron ver, con la persecución y asesinato de los judíos locales, pero una en concreto sería fundamental en la historia: un oficial nazi acabó a golpes con un bebé ante la mirada de sus padres y sus hermanos: Truus Oversteegen, que vio la escena por casualidad, le iba a matar de un tiro en la cabeza.

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