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Juzgan a un exguardia nazi por su complicidad en cientos de muertes
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Juzgan a un exguardia nazi por su complicidad en cientos de muertes

El acusado, Johann R., de 94 años, ha reconocido haber trabajado como guardia en el campo de concentración nazi Stutthof, pero afirma no saber nada de los asesinatos

Foto: Juicio contra el nonagenario nazi. (EFE)
Juicio contra el nonagenario nazi. (EFE)

Con 18 años, trabajó como guardia en un campo de concentración nazi. Por eso, la Audiencia Provincial de Münster, en el oeste de Alemania, juzga desde este miércoles a un exguardia de las SS hitlerianas, de 94 años, por su presunta complicidad en centenares de muertes en el campo de concentración nazi de Stutthof, en territorio polaco, entre junio de 1942 y septiembre de 1944. El acusado, Johann R., nacido en Rumanía, reconoció haber trabajado como guardia en ese campo, situado cerca de la ciudad de Gdansk, pero afirmó no saber nada de los asesinatos que allí se cometieron. Cuando se empezó a leer el testimonio de sobrevivientes del Holocausto, el acusado se echó a llorar.

La Fiscalía está segura de que el acusado era perfectamente consciente del brutal asesinato de los prisioneros del campo y que precisamente por su condición de guardia se pudieron producir muchas de las muertes. Durante su servicio en Stutthof varios cientos de detenidos, muchos de ellos judíos, murieron en la cámara de gas y ejecutados de un tiro en la nuca, sostiene la acusación.

Cientos de víctimas

En Stutthof murieron más de 27.000 personas, tanto en las cámaras de gas como ejecutadas de un disparo en la nuca, envenenadas, congeladas, por privación de alimentos, extenuadas como consecuencia de los trabajos forzados o como resultado de la falta de asistencia médica.

Tal y como han informado en una nota de prensa, los crímenes de los que se acusa al exguardia incluyen el uso de Zyklon B (gas venenoso) para matar a más de 100 prisioneros polacos el 21-22 de junio de 1944, 77 prisioneros soviéticos en el verano de ese mismo año y un número desconocido ("probablemente varios cientos") de prisioneros judíos entre agosto y diciembre de ese año.

El tribunal ha previsto hasta enero un total de 14 sesiones y, dada la avanzada edad del acusado, cada vista se extenderá un máximo de dos horas

El abogado del nonagenario aseguró antes del comienzo del juicio que su cliente tenía intención de declarar, aunque no precisó cuándo ni de qué manera, informó el diario regional 'Westfälische Nachrichten'. El tribunal ha previsto hasta enero próximo un total de 14 sesiones y, dada la avanzada edad del acusado, cada vista se extenderá un máximo de dos horas.

Tribunal de menores

Se presentan como parte civil en el juicio hasta 17 testigos, entre ellos familiares de víctimas de Stutthof y supervivientes del campo de concentración nazi, procedentes de Israel, Estados Unidos, Canadá y Alemania. Dos expresos de Stutthof testificarán sobre la situación en ese campo de concentración, uno de los que durante más tiempo se mantuvieron en pie y liberado un día después del fin de la II Guerra Mundial.

A finales de 1941 era utilizado como campo de trabajo y a principios de 1944 fue instalada una cámara de gas en el recinto. Dado que el acusado tenía 18 años cuando comenzó su servicio en el campo nazi, el nonagenario será juzgado por un tribunal de menores. Inicialmente estaba previsto que un segundo acusado, asimismo guardia en el campo nazi de Stutthof, se sentara también en el banquillo de los acusados. No obstante, el juicio, de llevarse finalmente a cabo, será por separado, al no haberse podido determinar todavía si el acusado está en condiciones de afrontar un proceso.

Con 18 años, trabajó como guardia en un campo de concentración nazi. Por eso, la Audiencia Provincial de Münster, en el oeste de Alemania, juzga desde este miércoles a un exguardia de las SS hitlerianas, de 94 años, por su presunta complicidad en centenares de muertes en el campo de concentración nazi de Stutthof, en territorio polaco, entre junio de 1942 y septiembre de 1944. El acusado, Johann R., nacido en Rumanía, reconoció haber trabajado como guardia en ese campo, situado cerca de la ciudad de Gdansk, pero afirmó no saber nada de los asesinatos que allí se cometieron. Cuando se empezó a leer el testimonio de sobrevivientes del Holocausto, el acusado se echó a llorar.

La Fiscalía está segura de que el acusado era perfectamente consciente del brutal asesinato de los prisioneros del campo y que precisamente por su condición de guardia se pudieron producir muchas de las muertes. Durante su servicio en Stutthof varios cientos de detenidos, muchos de ellos judíos, murieron en la cámara de gas y ejecutados de un tiro en la nuca, sostiene la acusación.

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