Es noticia
Bruselas, pendiente de que Belfast acepte el acuerdo del Brexit tejido con Londres
  1. Mundo
  2. Europa
TODO DEPENDE DE UNA PEQUEÑA FORMACIÓN

Bruselas, pendiente de que Belfast acepte el acuerdo del Brexit tejido con Londres

Para cuando las calles del barrio europeo de Bruselas estaban ya vacías, bien entrada la noche, el acuerdo estaba ya bastante atado. Pero desde entonces la

Foto: Boris Johnson. (Reuters)
Boris Johnson. (Reuters)

Para cuando las calles del barrio europeo de Bruselas estaban vacías, bien entrada la noche del pasado martes y entrando en la madrugada del miércoles, el acuerdo estaba ya bastante atado. Pero desde entonces, la Comisión Europea espera con paciencia a que el Gobierno británico sea capaz de lograr el apoyo suficiente en el Parlamento británico para que el texto que cierre con la UE obtenga el aprobado de Westminster. Y este paso se ha atragantado.

En cualquier caso, el ambiente ha sido de optimismo durante toda la jornada del miércoles, con Donald Tusk, presidente del Consejo, asegurando que se habían sentado las bases de un acuerdo y Emmanuel Macron, presidente francés, celebrando que el texto está siendo finalizado. Los embajadores permanentes en la UE esperan a que Michel Barnier, negociador jefe de la Comisión Europea, les explique cuál es la situación, después de que se retrasara la reunión inicial con ellos de las 14:00 a las 17:00 y, poco después, hasta las 19:00.

Foto: (Reuters)

El día ha sido un partido de tenis: del sí al no a una velocidad pasmosa, de un lado al otro del campo de forma continua. En ese ambiente de tensión se vive desde que este martes se conociera que el texto estaba cerca de ser acordado. Durante este miércoles se ha especulado en varias ocasiones con que los unionistas norirlandeses del DUP, un partido del que depende la mayoría de Gobierno en el Reino Unido, habrían aceptado el acuerdo tejido en Bruselas, algo que fue desmentido a media tarde por Arlene Foster, la líder de la formación irlandesa.

Muchas cesiones de Londres

Boris Johnson, primer ministro británico, busca desde este martes el apoyo del DUP, que por el momento se ha negado a aceptar el texto que los equipos técnicos británico y europeo han acordado por el momento dentro del “túnel”: en él Irlanda del Norte queda en un espacio regulatorio distinto al del resto del Reino Unido, aunque en la teoría seguirá en el territorio aduanero británico en la realidad y en la práctica Belfast aplicará las normas y estándares de la unión aduanera, y quedará alineada con las normas del mercado interior para bienes, así como los estándares sanitarios y fitosanitarios. Parece que aún quedan un par de asuntos pendientes en lo referente al IVA. "Se parece a la propuesta de febrero de 2018 solo para Irlanda del Norte", ha señalado una fuente diplomática.

Ha sido un gran paquete de cesiones por parte de Londres, pero fuentes diplomáticas explican que la UE también ha cedido de forma importante, especialmente en lo referido a la gobernanza del ‘backstop’, el plan de emergencia para Irlanda: según dichas fuentes, Belfast tendrá poder de decisión respecto a abandonar la salvaguarda irlandesa cada determinado tiempo. Todavía no está claro qué forma ni cómo estará reflejado en el texto, aunque evidentemente habrá una exigencia de que haya un alto nivel de consenso en Irlanda del Norte para que pueda abandonarse el ‘backstop’.

Cuando el viernes pasado los equipos negociadores europeo y británico entraron en el llamado “túnel” negociador quedó claro que había llegado la hora de las cesiones. Este formato de conversaciones consiste en filtrar la menos información posible, mantener las propuestas y cesiones en secreto hasta que se sale del “túnel” con un acuerdo cerrado, sin presión ni mediática ni política. Como en noviembre de 2018, cuando ya se vivió una de estas fases, esta vez todos los contactos se han centrado entre cuatro ciudades: Bruselas, Dublín y Londres, y entre esta última y Belfast.

Foto: Carteles contra el Brexit en la frontera entre las dos Irlandas. (Reuters)

Las conversaciones se complicaron especialmente el jueves a mediodía después de que el DUP considerara que no era suficiente el poder que se da a Belfast de poder abandonar el ‘backstop’: la propuesta europea hace que sea necesaria una amplia mayoría en Irlanda del Norte, evitar bloqueos y decisiones problemáticas en manos de muy pocos, y los unionistas quieren tener el veto de la decisión. Y ahí chocaron las propuestas.

Hay cierto malestar con Irlanda: las cesiones en términos de gobernanza hechas ahora por Dublín podrían haberse realizado hace meses cuando Theresa May, un perfil mucho más cercano a la UE que el de Johnson, era la primera ministra. Aunque Leo Varadkar, líder irlandés, podría haber tenido sus razones, como el hecho de que el acuerdo de May tenía la guerra declarada por una buena parte de Westminster, lo cierto es que algunas capitales han ido perdiendo la paciencia con Irlanda: si hubiera hecho esta oferta mucho antes quizás el Brexit ya se habría producido.

A la espera de un texto legal

Las fuentes diplomáticas señalan que si el Reino Unido y la Comisión Europea no cierran “un texto articulado” para esta noche será imposible avanzar por la vía rápida hacia un acuerdo. Si se logra cerrar dicho acuerdo, entonces el documento llegaría este jueves al Consejo Europeo, habría una reunión de embajadores ante la UE el domingo para que a finales de la semana que viene el Parlamento Europeo pudiera ratificar el texto.

En caso de que no sea posible cerrar el acuerdo en las próximas horas, los jefes de Estado y de Gobierno aprovecharán la reunión para expresar su apoyo a los avances en la negociación y pedir que continúen las conversaciones, con una posible nueva cumbre antes del 31 de octubre y una prórroga técnica para aprobar el texto en el Parlamento británico y en el europeo.

La tercera opción que comentan las fuentes diplomáticas es que “se rompan las negociaciones” ante la incapacidad de alcanzar un acuerdo, en cuyo caso el Consejo Europeo comenzaría a discutir sobre la posibilidad de una prórroga. Una fuente diplomática francesa insiste en la exigencia de París: deben producirse acontecimientos políticos y unas elecciones, que podrían celebrarse a finales de noviembre, sería una justificación para dar una extensión. También sería éste el caso si el Parlamento británico rechaza por cuarta vez el acuerdo del Brexit, un escenario no descartado por distintas fuentes diplomáticas.

Para cuando las calles del barrio europeo de Bruselas estaban vacías, bien entrada la noche del pasado martes y entrando en la madrugada del miércoles, el acuerdo estaba ya bastante atado. Pero desde entonces, la Comisión Europea espera con paciencia a que el Gobierno británico sea capaz de lograr el apoyo suficiente en el Parlamento británico para que el texto que cierre con la UE obtenga el aprobado de Westminster. Y este paso se ha atragantado.

Reino Unido Irlanda del Norte Brexit