May necesita más tiempo: consecuencias de la nueva extensión del Brexit

Theresa May vuelve a pedir flotador a Bruselas cuando se ve con el agua al cuello para salvarse in extremis del naufragio del Brexit sin pacto. Fracasó, por tercera vez, cuando intentó ratificar en Westminster el Acuerdo de Retirada. Se llegó a plantear un cuarta votación. Pero, al asumir finalmente que no iba a conseguir ningún tipo de avance antes del 12 de abril -fecha en la terminaba la primera prórroga-, la 'premier' vuelve a solicitar más tiempo.

Tras una reunión extraordinaria con su Gabinete -que se extendió el martes durante siete horas-, la líder 'tory' comunicó sus planes en una comparecencia en Downing Street, en la que avanzó que tratará ahora de pactar con la oposición laborista una vía de salida que cuente con un respaldo mayoritario entre sus señorías.

Los ministros están completamente divididos ante esta nueva estrategia. Muchos se mostraron en contra de volver a ampliar plazos. Y mientras que para algunos tender ahora la mano a Jeremy Corbyn es lo más “sensato” para poner fin a la crisis institucional sin precedentes que atraviesa el país, para otros legitimar a la oposición es un “error catastrófico” que cava la tumba a los tories de cara a unas posibles elecciones anticipadas.

¿Significa esto que el Reino Unido puede acabar negociando una unión aduanera con la UE?

May no quiere que esta nueva prórroga se alargue más allá del 22 de mayo porque, de otra manera, el Reino Unido estaría obligado a participar en las elecciones europeas. Pero son los Veintisiete los que tienen la última palabra y pueden poner todo tipo de condiciones. Pasó en la última cumbre europea y el escenario puede repetirse en la cumbre de emergencia fijada para el próximo 10 de abril.

Corbyn dice que estará “encantado” de reunirse con May, aunque añade que el Parlamento necesita discutir un plan B. Y parece que la líder 'tory' estaría dispuesta porque, durante su intervención, avanzó que si las conversaciones con el laborista no llegan a buen puerto, propondrá entonces a sus señorías que voten sobre una serie de opciones alternativas, que por el momento, no ha desvelado.

“El Gobierno está preparado para obedecer la decisión de la Cámara”, subrayó. “Podemos y debemos encontrar un compromiso que logre cumplir con lo que los británicos votaron (en el histórico plebiscito de 2016). Estamos en un momento decisivo en la historia de este país, que requiere unidad nacional”, agregó.

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¿Significa esto que el Reino Unido puede acabar negociando una unión aduanera con el bloque? Lo cierto es que es una opción que toma cada vez más peso. May ha recalcado que, cualquier plan, debe pasar por aprobar el Acuerdo de Retirada que cerró con los Veintisiete en noviembre. Bruselas ya ha reiterado en varias ocasiones que no piensa reabrir el pacto.

Por lo tanto, la interpretación que se hace es que la 'premier' estaría dispuesta a negociar ahora la Declaración Política que acompaña al convenio. Este segundo documento, legalmente no vinculante, esboza cómo podrían ser las futuras relaciones con el bloque. Y en este sentido, se podría estar dejando la puerta abierta a la negociación de una unión aduanera. Se trata de una opción que siempre han pedido los laboristas y que cuenta también con gran aceptación en la Cámara Baja.

El martes, cuando sus señorías votaron diferentes alternativas al Acuerdo de Retirada, ninguna consiguió ser aprobada. Pero la propuesta del tory Ken Clarke -quien proponía negociar con la UE una unión aduanera- se quedó tan sólo a tres votos: 276 votos en contra frente a 273 a favor. Estaba previsto que este miércoles los parlamentarios volvieran a votar las distintas opciones, pero el debate se ha pospuesto para el próximo lunes.

Si finalmente el Reino Unido negociara con la UE formar parte de esta área de libre comercio que establece una tarifa exterior común, se evitarían -aunque no todos- gran parte de los controles entre Irlanda e Irlanda del Norte. Es decir, se facilitarían bastante las cosas para evitar una frontera dura en la isla, por lo que no tendría que aplicarse en su totalidad el polémico backstop, uno de los principales escollos por los que el convenio de salida no es ratificado en Westminster.

Sacar al Reino Unido tanto del mercado único -para evitar sobre todo libertad de movimiento- y la unión aduanera -para poder cerrar acuerdos comerciales con terceros- siempre habían sido las líneas rojas de la 'premier'. Son las promesas que aparecían, al fin y al cabo, en el manifiesto del Partido Conservador para las elecciones de 2017. Sin embargo, May podría haber asumido que, llegados hasta este punto, sólo un cambio de estrategia puede desbloquear el caos en el que está sumido el Parlamento.

El anuncio de la líder 'tory', por lo tanto, supone un gran paso. Y también cambia el panorama para Corbyn. Hasta ahora, el líder laborista se había limitado a poner pegas al convenio. Pero ahora May le pone en primera línea y las decisiones que tome podrían tener sus repercusiones de cara a unos comicios, sobre todo, en los distritos laboristas más euroescépticos.

Antes de la comparecencia de la primera ministra, un grupo de diputados liderados por la laborista en Yvette Cooper, había presentado un proyecto de ley para forzarla precisamente a solicitar una prórroga larga a fin de evitar la salida abrupta el próximo 12 de abril. Aunque, debido a los últimos acontecimientos, está por confirmar aún si los planes seguirán este miércoles adelante.