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OTRA SEMANA DECISIVA DEL BREXIT

May en modo zombie: busca el cuarto intento mientras la unión aduanera está más cerca

Reina el caos del Brexit. Todas las opciones, por rocambolescas que puedan parecer, son factible. Como el hecho de que Theresa May pueda presentar, de nuevo, su Acuerdo de Retirada

Foto: Theresa May. (EFE)
Theresa May. (EFE)

Westminster era un sitio respetado. Despertaba admiración. Al otro lado del Canal de la Mancha se consideraba a sus señorías como políticos pragmáticos. Con un nada representativo sistema electoral, se favorecía gobiernos con mayorías absolutas. Y cuando los primeros ministros no conseguían sacar adelante su programa, salían voluntariamente de Downing Street. Qué tiempos aquellos.

Ahora reina el caos del Brexit. Y todas las opciones, por rocambolescas que puedan parecer, tienen cabida en la casa de la democracia más antigua de Europa. Como el hecho de que Theresa May esté dispuesta a presentar, por cuarta vez, el Acuerdo de Retirada a la Cámara de los Comunes.

La líder 'tory' ofreció su propia cabeza a sus filas si lograba sacar el pacto adelante. Pero ni siquiera la promesa de dimisión consiguió el milagro. Nadie se explica cómo sobrevive aún en el Número 10. Ha roto todas sus promesas e incumplido el calendario oficial. Sin embargo, la guerra civil del Partido Conservador y la incapacidad de sus señorías para acordar una postura es la crisis que, paradójicamente, la mantiene aún a flote.

El viernes pasado, la Cámara Baja rechazó el texto por 344 votos en contra frente a 286 a favor. La diferencia de 58 escaños, mejora la derrota de 149 cosechada el pasado 12 de marzo y nada tiene que ver con la humillación que sufrió la premier en enero con hasta 230 escaños de diferencia. El número de 'tories' rebeldes ha ido disminuyendo. Aun así, no cuenta aún con garantías de éxito en una votación que, según la prensa, podría convocarse este martes.

División total

El fin de semana ha sido intenso. May ha mantenido distintos contactos con su Gabinete y, en caso de una nueva derrota, existe una completa división ante los pasos que deberían seguirse. Sus asesores, Robbie Gibb y Stephen Parkinson, consideran que las elecciones generales anticipadas son inevitables. Su jefe de personal, Gavin Barwell, y, el vice primer ministro, David Lidington, están presionando para que se apueste por un Brexit blando. Y alrededor de seis ministros pro UE estarían listos para respaldar un nuevo referéndum.

Entre tanto, más de la mitad del Partido Conservador en la Cámara de los Comunes, 170 'tories', han firmado una carta donde explican que prefieren una salida abrupta del bloque antes que suavizar el divorcio.

Nueva sesión en Westminster

En este contexto, los diputados toman este lunes, de nuevo, el control de la agenda para intentar consensuar una alternativa al convenio que tenga apoyo en la Cámara Baja. La semana pasada, cuando el Parlamento arrebató, por primera vez en la historia reciente, la iniciativa legislativa al Gobierno, se discutieron ya hasta ocho propuestas. Ninguna consiguió mayoría, pero las que tuvieron más apoyos fueron la convocatoria de un referéndum para ratificar cualquier eventual pacto, la negociación de una unión aduanera con la UE y el bautizado como Noruega Plus (que engloba la pertenencia al mercado único y además a la unión aduanera).

Ésta última opción cuenta con el rechazo de los 'brexiters'. Durante estos últimos dos años, habían trabajado codo con codo con los norirlandeses del DUP -de cuyo apoyo depende el Gobierno en minoría-. Pero el bando euroescéptico ha quedado completamente roto y, en los últimos días, los unionistas han mantenido reuniones con los partidarios de un Brexit blando.

El DUP se niega por completo a dar su beneplácito a un texto que califica de “tóxico”. No acepta la salvaguarda para evitar frontera dura en Irlanda porque no quiere que la provincia británica de Irlanda del Norte quede con un estatus distinto al del resto del Reino Unido, hasta que se cierre un acuerdo comercial con el bloque. Y si finalmente el país se quedara en la unión aduanera, ya no sería necesario el polémico 'backstop'.

Si finalmente este lunes sus señorías llegaran a algún tipo de consenso sería un avance sin precedentes. Las enmiendas no son legalmente vinculantes y May ya ha advertido que no está dispuesta a romper sus líneas rojas. Pero, en caso de que finalmente haya alguna alternativa al convenio que cuente con mayorías, los diputados han amenazado con presentar una propuesta de ley para que su voluntad se trasladara a Bruselas.

¿De camino a las elecciones europeas?

Si el Acuerdo de Retirada no se ratifica, Londres tiene que presentar a los Veintisiete un plan B para el 12 de abril. Si finalmente se apostara por una prórroga larga, se obligaría al Reino Unido a participar en las elecciones europeas de mayo. Y llegados a este escenario, muchos analistas consultados consideran que es “altamente probable” que finalmente se convocaran también elecciones generales anticipadas.

Los últimos sondeos, sitúan a los laboristas con un respaldo del 41% frente al 36% de los conservadores. Esto deja a Jeremy Corbyn a 19 escaños de la mayoría. En cualquier caso, para forzar comicios se necesita el apoyo de dos tercios de la Cámara de los Comunes. Y eso no es fácil, porque los 'tories', por muy divididos que estén, no quieren perder el poder.

Durante este fin de semana, de manera más o menos abierta, se han postulado para suceder a May varios contendientes, como la secretaria jefa del Tesoro, Liz Truss, y los antiguos ministros Dominic Raab y Justine Greening. Aunque los nombres que suenan con más fuerza en las quinielas son el ministro de Medioambiente, Michael Gove; el de Exteriores, Jeremy Hunt; el de Interior, Sajid Javid; y el excéntrico Boris Johnson.

Westminster era un sitio respetado. Despertaba admiración. Al otro lado del Canal de la Mancha se consideraba a sus señorías como políticos pragmáticos. Con un nada representativo sistema electoral, se favorecía gobiernos con mayorías absolutas. Y cuando los primeros ministros no conseguían sacar adelante su programa, salían voluntariamente de Downing Street. Qué tiempos aquellos.

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