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La patata caliente de EEUU: cómo evitar que Israel responda a Irán con una guerra total
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Llevan meses intercambiando golpes

La patata caliente de EEUU: cómo evitar que Israel responda a Irán con una guerra total

Poco antes de los lanzamientos, el presidente de EEUU, Joe Biden, suspendió sus vacaciones en Delaware para volver a la Casa Blanca y reunirse con su equipo de seguridad

Foto: Biden, a su regreso a Washington poco antes del ataque iraní (EFE/Shawn Thew)
Biden, a su regreso a Washington poco antes del ataque iraní (EFE/Shawn Thew)
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La profecía de los servicios de inteligencia de Estados Unidos se cumplió con claridad la noche del sábado en los cielos de Oriente Próximo. Irán, finalmente, atacaba Israel con un número indefinido de drones y de misiles de crucero, lanzados por sus milicias afines en Irak, Siria, sur de Líbano, Yemen y, sobre todo, desde la propia Irán. El ataque, justificado como una respuesta al bombardeo israelí que mató hace dos semanas a dos generales y cinco altos cargos de la Guardia Revolucionaria en el consulado iraní de Damasco, en Siria, se daba por sentado desde hace días. La única incógnita era su intensidad. Y si encendería una nueva guerra en Oriente Medio.

Poco antes de los lanzamientos, el presidente de EEUU, Joe Biden, suspendió sus vacaciones en Delaware para volver a la Casa Blanca y reunirse con su equipo de seguridad. A lo largo de la noche, EEUU reconoció que estuvo derribando algunos de los drones lanzados contra Israel, pero no dio detalles ni de cuántos ni de en qué localizaciones, ni de cómo "defendería" a su aliado en caso de guerra. Tel Aviv declaró de madrugada que había destruido casi todos los proyectiles.

Este domingo, Biden mantuvo una conversación telefónica con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en la que le dijo que Israel había demostrado "una notable capacidad para defenderse y derrotar incluso ataques sin precedentes, enviando un mensaje claro a sus enemigos de que no pueden amenazar eficazmente la seguridad de Israel". Una alabanza que probablemente buscaba transmitir la idea de que una mayor escalada por parte de Israel no es necesaria.

El objetivo de la Casa Blanca, según fuentes oficiales citadas por distintos medios estadounidenses, era procurar que la acción iraní fuera limitada: que no provocase demasiado a los israelíes. Con este fin en mente, Washington emprendió una intensa actividad diplomática en los últimos días, con llamadas a los países de Oriente Medio, a China y a la Unión Europea para que atemperasen los ánimos iraníes. EEUU también reforzó su presencia militar en el Golfo Pérsico para elevar la disuasión.

Foto: Reunión de emergencia del gabinete de guerra de israel

Las interpretaciones de si Irán solo busca un ataque calibrado o una guerra total variaron a lo largo de la noche. Algunas señales indicaban lo primero, como el hecho de que Irán, a través de un mensaje publicado en la cuenta de su Misión Permanente en Naciones Unidas en la red social X, dijese que, con el lanzamiento de estos drones y misiles, “consideraba el problema concluido”. “Si el régimen israelí comete otro error, la respuesta será más fuerte”, añadieron los representantes de la misión, y pidieron a EEUU, una vez más, que no se mezclase en esta rencilla entre Teherán y Tel Aviv.

Los iraníes también decidieron telegrafiar los bombardeos, anulando el efecto sorpresa. Tehran Times, el periódico oficial en inglés del Gobierno de Irán, especificó que el ataque se produciría en tres oleadas: primero se lanzarían docenas de drones contra Israel, que tardarían nueve horas en llegar; luego, más drones saldrían desde los países donde están las milicias iraníes con el objetivo de "dispersar" las defensas antiaéreas israelíes; y, tercero, el lanzamiento de misiles balísticos guiados, que, según The Times of Israel, pueden golpear su objetivo en 12 minutos. Al cierre de esta edición, no se ha llegado a confirmar el uso de misiles balísticos.

"El ataque iraní fue diseñado para ser fácilmente interceptado y restablecer la disuasión", dijo Ian Bremmer, presidente de Eurasia Group y analista de riesgo geopolítico. “Los siguientes pasos dependerán de la capacidad de la Administración Biden (y aliados) de evitar que Israel lanza una respuesta militar directa en suelo iraní”.

Un factor a favor de limitar la escalada es que el ataque iraní no ha provocado bajas humanas en Israel. Hay que tener en cuenta que Irán y sus milicias, por un lado, y Estados Unidos e Israel, por otro, llevan meses librando una guerra de baja intensidad en la región: lanzándose mutuamente drones y misiles contra instalaciones militares, refinerías y otras infraestructuras, normalmente sin muertos.

Según un conteo de The Washington Institute for Near East Policy, desde octubre del año pasado las milicias proiraníes han alcanzado posiciones estadounidenses en la región más de 180 veces. La inmensa mayoría de estos golpes no dejaron muertos, ni salieron en los medios de comunicación.

Al mismo tiempo, y mientras se miden durante el domingo las consecuencias de esta ola de bombardeos, es indudable que se trata de un ataque con dimensiones sin precedentes. Al menos 185 drones kamikazes, 110 misiles balísticos y 36 misiles de crucero, de acuerdo con las autoridades israelíes. "Para aquellos que dicen que Irán simplemente estaba respondiendo al ataque de Israel contra sus generales, entonces, ¿por qué hacerlo de una manera que eleva las posibilidades de que Israel responda directamente contra la propia Irán?", escribió Richard Haass, presidente emérito del Council of Foreign Relations y antiguo cargo diplomático de gobiernos republicanos. "Las últimas décadas proporcionan amplias evidencias de que Irán posee muchas otras formas de actuar contra Israel".

Foto: El presidente de EEUU, Joe Biden, habla con el chef José Andrés de World Central Kitchen mientras visita a los refugiados ucranianos en el Estadio Nacional PGE. (Reuters/Archivo/Evelyn Hockstein)

Haass recordó también un principio de la estrategia militar adjudicado a Napoleón: "Nunca interrumpas a tu enemigo mientras comete un error". En el caso que nos compete, Irán estaría forzando a los aliados de Israel, cada vez más dubitativos ante el barbarismo de su actuación en la Franja de Gaza, a redoblar sus apoyos. Y a entregar al premier hebreo, Benjamin Netanyahu, la cruzada contra el enemigo común iraní que quizás este desee para aferrarse al cargo. El desafío ahora de EEUU sería que la respuesta de los israelíes no fuera draconiana, y mantener la pseudo-paz.

Desde el inicio del ataque, el Gobierno israelí recibió claras muestras de apoyo de sus aliados, entre ellos Reino Unido, Francia y Alemania. "La UE condena enérgicamente el inaceptable ataque iraní contra Israel", declaró el Alto Representante europeo de Política Exterior, Josep Borrell. “Esta es una escalada sin precedentes y una grave amenaza para la seguridad regional”.

Otro vector a tener en cuenta para analizar la respuesta de Joe Biden es la política interior estadounidense, sobre todo en año de elecciones y con Biden rezagado en las encuestas. El candidato republicano culpó a Biden de la escalada. "¡Israel está bajo ataque!", escribió Trump, en mayúsculas, en la red TruthSocial. "Esto jamás tenía que haberse permitido. Esto jamás habría pasado si yo fuera presidente".

La profecía de los servicios de inteligencia de Estados Unidos se cumplió con claridad la noche del sábado en los cielos de Oriente Próximo. Irán, finalmente, atacaba Israel con un número indefinido de drones y de misiles de crucero, lanzados por sus milicias afines en Irak, Siria, sur de Líbano, Yemen y, sobre todo, desde la propia Irán. El ataque, justificado como una respuesta al bombardeo israelí que mató hace dos semanas a dos generales y cinco altos cargos de la Guardia Revolucionaria en el consulado iraní de Damasco, en Siria, se daba por sentado desde hace días. La única incógnita era su intensidad. Y si encendería una nueva guerra en Oriente Medio.

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