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Cómo los evangélicos han desplazado a los católicos y promueven las leyes más conservadoras en África
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"Meten mucho dinero"

Cómo los evangélicos han desplazado a los católicos y promueven las leyes más conservadoras en África

La influencia política y social de los evangélicos en África ha promovido proyectos contra los homosexuales en varios países africanos. En Kenia, su influencia llega a las altas esferas

Foto: Misa después de las elecciones en Kenia en 2022. (EFE / Daniel Irungu)
Misa después de las elecciones en Kenia en 2022. (EFE / Daniel Irungu)
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Han tenido que pasar "tres largos años" para que Sam George haya logrado que su iniciativa contra la comunidad LGTBIQ salga adelante. El político y diputado del Parlamento de Ghana anunció la semana pasada a bombo y platillo que se había aprobado, por unanimidad, el polémico proyecto de ley contra la comunidad LGTBIQ que ha provocado la condena internacional. “Nuestros valores serán protegidos y defendidos mientras tengamos voz. Por Dios y la Patria”, escribió en Twitter.

El proyecto, que se presentó en 2021 y que se convertirá en ley cuando lo apruebe el presidente, criminaliza las relaciones entre personas del mismo sexo, pero también a quienes apoyan los derechos de la comunidad LGTBIQ.

Ghana no es el único país en tomar este tipo de medidas. Muchos otros gobiernos africanos han llevado a cabo iniciativas desde hace años para penar, específicamente, las relaciones homosexuales. Sin embargo, en los últimos años este tipo de medidas ha recibido un nuevo empujón, Algunas fuentes apuntan más allá de la ideología de las sociedades del África subsahariana y políticos locales, apuntando a la mano de unas congregaciones evangélicas cada vez más numerosas, ricas y poderosas.

En esta línea, una investigación de CNN reveló que la organización estadounidense Family Watch International ayudó a promover una serie de proyectos de ley considerados como homófobos en Ghana, Uganda y Kenia. El grupo, que ha negado las acusaciones, afirma que su misión es "proteger y promover a la familia como unidad fundamental de la sociedad". Sus principales campañas están basadas en boicotear la educación a los niños y jóvenes sobre temas LGTBQ y la investigación arrojó que la organización está altamente influenciada por grupos evangélicos de Estados Unidos.

Foto: Acto del PP en Madrid con los nuevos madrileños. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

Este nexo tampoco sería casualidad. En muchos países del África subsahariana ha crecido el número de evangelistas, cuyo movimiento estaría apoyado por grupos radicales de extrema derecha alrededor del mundo. "Hay un claro vínculo entre los evangélicos africanos y la derecha conservadora americana. Han metido mucho dinero en Kenia", asegura Damaris Parsitau, directora del Instituto Nagel para el Estudio del Cristianismo en el Mundo en la Universidad Calvin de Estados Unidos.

En 2020, Open Democracy publicó una investigación en la que descubría que al menos 20 grupos ultraconservadores cristianos de Estados Unidos habían inyectado hasta 54 millones de dólares en África desde 2007. La gran mayoría, 34 millones, venían de The Fellowship, una organización religiosa con vínculos políticos en EEUU y que influencian políticas antiabortistas y anti-LGTBIQ por el mundo. En 2019, Netflix produjo la miniserie documental La Familia, en la que analiza el poder político de este grupo en la Casa Blanca.

En Uganda, este grupo se ha infiltrado en el parlamento y liderado por el diputado David Bahati aprobó el año pasado una de las leyes más restrictivas que castiga a los homosexuales hasta con la pena de muerte. En Kenia, el político Peter Kaluma ha propuesto un proyecto de ley de protección familiar que incluiría penas de hasta 50 años de prisión para una persona homosexual, aunque ha negado cualquier vínculo con grupos estadounidenses.

Precisamente en Kenia, el evangelismo se extiende más allá de las iglesias y llega hasta las más altas esferas políticas y sociales. Es en los centros de culto, sin embargo, donde nace el fervor por formar parte de la comunidad evangélica.

Dentro de la esfera política

En el centro de Nairobi hay un cine que los domingos por la mañana no ofrece películas, pero sí un show. Parece, más que nada, un concierto. En el escenario, siete personas tocan la batería, dos cantantes ponen la voz que se junta con la de los asistentes. Hasta que entra el protagonista, como una estrella de rock, con un traje azul y una corbata de flores. Entonces, todos guardan silencio para escucharle.

George Macharia tiene 41 años y cada domingo se dirige, micrófono en mano, a las 1.600 personas que vienen a sus misas evangélicas. "Cuando entran en este lugar damas y caballeros, estáis sirviendo al Señor", grita. Apuntando al público, continúa: "No le llaméis la Iglesia del pastor George Macharia porque yo no he muerto por nadie", dice refiriéndose a Jesucristo.

El predicador evangélico creó en 2018 la Iglesia City Lighters y, desde ese momento, no ha parado de crecer. "Me dijeron otros pastores que tenía un don para transmitir y me animaron a montar esta iglesia", asegura. La historia de Macharia es la de Kenia, su país, donde el evangelismo resuena entre la población joven. La mayoría de los presentes en su servicio no superan la treintena.

"De pequeño iba con mi madre a la Iglesia católica", explica a El Confidencial. "No dejé de ir a la iglesia, hice la transición a una expresión más juvenil y supongo que eso es lo que le estamos ofreciendo ahora a mucha gente en Nairobi. Los jóvenes se sienten dueños del rito, no lo dirigen los mayores, es solo una expresión juvenil", asegura. El crecimiento del evangelismo en Kenia no puede entenderse, no obstante, sin su relación con la política del país. "Los evangélicos empezaron a infiltrarse en la esfera pública a partir de la década de 1970 predicando por todo el país y celebrando grandes reuniones", asegura Damaris Parsitau en entrevista con este periódico.

Foto: Kenia (Fuente: iStock)

En 1978 llegó al poder Daniel arap Moi, que gobernó Kenia con mano de hierro hasta 2022. Por un lado, Parsitau sostiene que el clero católico, bien educado y situado en un plano social, intentó que Moi rindiera cuentas por sus políticas consideradas como autoritarias. "Era un mal dictador y se le hizo responsable, era la conciencia de la nación", afirma la profesora universitaria. Sin embargo, los evangélicos frenaron cualquier intento de acabar con el presidente. "Según su lectura de la Biblia hay que orar por el gobierno, no criticarlo y, al hacerlo, dieron su aprobación tácita a su malvado régimen", añade Parsitau.

Durante su mandato, era común ver a Daniel arap Moi en misas evangélicas, donde cada sermón empezaba con un elogio al evangelismo. "Moi pagó a los evangélicos para que lo presentaran como un buen cristiano que construye iglesias. Se apropió de la religión", sostiene la experta.

El actual presidente William Ruto, discípulo de Moi, se ha dejado guiar por la política de su predecesor y se acercó a los evangélicos antes incluso de llegar al poder. En 2010, ambos se aliaron contra la nueva Constitución que promulgaba que Kenia era un estado laico y donde se apostaba por la libertad religiosa. Los cristianos evangélicos se opusieron a la reforma y argumentaron que daba a los musulmanes derechos especiales y promocionaba el aborto. La nueva Carta Magna lo prohíbe, pero incluye excepciones si la vida o salud de la madre está en peligro.

placeholder William Ruto, el 26 de febrero de 224. (EFE / DANIEL IRUNGU)
William Ruto, el 26 de febrero de 224. (EFE / DANIEL IRUNGU)

La postura de Ruto contra la reforma fue después una de sus cartas ganadoras para hacerse con la presidencia de Kenia. En 2022, ganó por un estrecho margen contra su rival Raila Odinga y los analistas apunta a que la comunidad evangélica fue clave porque representan cerca de un 20% de la población. Con su postura conservadora, consiguió metérselos en el bolsillo.

También lo hizo a través del dinero. Cuando William Ruto era vicepresidente, donó cerca de 600.000 dólares en efectivo y regalos como coches a iglesias evangélicas. "Ruto ha donado grandes cantidades a tele-evangelistas, están unidos por interés. A los evangélicos les gusta el dinero y el prestigio social, quieren hombres poderosos en sus iglesias porque ellos mismos creen en esos hombres poderosos en el evangelio. Buscan el poder social y político, la codicia, no realmente el interés del país", afirma Damaris Parsitau.

Odio hacia la sexualidad

La profesora de la Universidad Calvin de Estados Unidos resume la situación política y social de Kenia en una frase: "Tenemos a un presidente evangelista en un país evangelista". A veces, sin embargo, surgen polémicas que demuestran la gran influencia de la comunidad. Recientemente, la Primera Dama, Rachel Ruto, invitó al predicador estadounidense Benny Hin a Kenia a "una cruzada nacional". El evento se anuncia en grandes carteles en Nairobi, pero la respuesta no ha sido la esperada. Las críticas por la invitación ha provocado que el Gobierno tenga que pronunciarse al respecto para aclarar que la "cruzada" no se pagará con dinero público.

Detrás del poder de los evangelistas se esconderían organizaciones estadounidenses. Pero no serían las únicas. En 2018, el grupo ultraconservador CitizenGo, fundado en Madrid por los creadores de HazteOir, consiguió que el Gobierno keniano cerrara las clínicas de salud reproductiva de la ONG británica Marie Stopes, acusándolas de ofrecer servicios de aborto y métodos anticonceptivos a niñas sin el consentimiento de los padres.

Damaris Parsitau ha investigado en ocho países africanos el apoyo económico y lo tiene claro: "Todos apuntaban que el dinero viene de CitizenGo", dice Parsitau. "Hay un vínculo evidente entre el evangelismo conservador estadounidense que ha inspirado el odio hacia las minorías sexuales, pero también la sexualidad integral", concluye.

Han tenido que pasar "tres largos años" para que Sam George haya logrado que su iniciativa contra la comunidad LGTBIQ salga adelante. El político y diputado del Parlamento de Ghana anunció la semana pasada a bombo y platillo que se había aprobado, por unanimidad, el polémico proyecto de ley contra la comunidad LGTBIQ que ha provocado la condena internacional. “Nuestros valores serán protegidos y defendidos mientras tengamos voz. Por Dios y la Patria”, escribió en Twitter.

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