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'Jogo do bicho': la mano sangrienta tras el carnaval de Río de Janeiro
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Guerra interna en el mundo del crimen

'Jogo do bicho': la mano sangrienta tras el carnaval de Río de Janeiro

Lo que empezó como un inofensivo juego de apuestas con temática de animales se ha convertido en una megaindustria que llega ya a las bambalinas de la samba del carnaval

Foto: El sambódromo, en Río de Janeiro, este 13 de febrero (Reuters/Pilar Olivares)
El sambódromo, en Río de Janeiro, este 13 de febrero (Reuters/Pilar Olivares)

El Carnaval de Río de Janeiro llega a su fin con una facturación récord que ha superado incluso los niveles pre-pandemia. A falta de datos definitivos, se espera que los 10 días de fiesta non-stop resulten en una recaudación de más de 5.000 millones de reales (933,8 millones de euros), según estimaciones de Riotur, el órgano municipal de turismo. En total, unos de siete millones de personas, entre vecinos y turistas nacionales y extranjeros, se echaron a las calles de la Ciudad Maravillosa para aprovechar a tope los 450 blocos (comparsas) y los seis días de desfiles en el Sambódromo.

Cada año, más de 60.000 personas cruzan la pasarela de la samba para interpretar algún personaje u objeto de una grandiosa ópera itinerante, retransmitida en directo para todo el planeta. Entre tantos cuerpos disfrazados de jaguar, gitana o divinidad afro, llamó la atención un castor peludito que se arrimaba a la reina de la batería de la escuela de samba Mocidade Independente de Padre Miguel. Para la mayoría de los 72.000 espectadores que cada noche se apiñaron en las tribunas del Sambódromo era un muñeco gracioso, sin más. Pero en Río de Janeiro nada es lo que parece y muchos cariocas, que no pueden permitirse el precio exorbitante del ingreso, se han preguntado en las redes sociales: ¿será que debajo de la cabeza del roedor se esconde Rogério de Andrade, el "Señor del crimen", el hombre más peligroso de la ciudad, además de patrón de esta escuela de samba y marido de la reina, escogida a dedo por el mismo?

La pregunta no es baladí. Arrestado el año pasado, Andrade es acusado de encabezar una poderosa organización criminal que domina los juegos de azar, las máquinas tragaperras y el bingo. Desde entonces, está sometido a restricciones de horario y obligado a utilizar una tobillera electrónica. No puede salir después de las 20 horas y debe comparecer ante el tribunal una vez al mes. A pesar de su insistencia, no consiguió un permiso especial del tribunal para poder asistir al desfile de su querida escuela de samba, que empezaba a las 22 horas. De allí la duda legítima. El disfraz tampoco sería casual: Castor de Andrade, tío de Rogério, fue unos los capos más influyentes de Río de Janeiro y encabezó la cúpula del jogo do bicho —el juego del animal— hasta 1997, año en que falleció por un infarto fulminante.

Cualquiera que visite Río de Janeiro incluso por pocos días reparará en los puestos callejeros, donde transeúntes de todas las clases sociales apuestan puñados de reales en maquinitas electrónicas. El bicho sigue siendo la lotería informal más popular de la ciudad. Fue creado en 1892 por el barón João Batista Viana Drummond, fundador del Zoológico, para fomentar las visitas y evitar que el establecimiento cerrase sus puertas. En sus orígenes, consistía en apostar dinero en números que representaban a 25 animales. Todos los días, eran realizados varios sorteos secretos que otorgaban premios de 15 a 4.000 veces el valor invertido.

Sin embargo, en pocas décadas este juego inocente perdió su relación con los animales y se transformó en un negocio millonario, y además se convirtió en la principal fuente de financiación de las escuelas de samba. Al mismo tiempo, el altísimo lucro obtenido con las apuestas desencadenó el surgimiento de una mafia aguerrida y violenta, en lucha permanente por el control de barrios y de los puntos de apuestas. Un informe presentado en la Cámara de los Diputados estima que el ‘jogo do bicho’ emplea a cerca de 450.000 personas. Además, 20 millones de brasileños apuestan a diario, lo que genera un volumen anual de negocios de 12.000 millones de reales (2.243 millones de euros).

placeholder La reina Evelyn Bastos de la escuela de samba Mangueira en el Sambódromo (Reuters)
La reina Evelyn Bastos de la escuela de samba Mangueira en el Sambódromo (Reuters)

Después del golpe militar de 1964, el jogo do bicho vivió un proceso de reorganización y crecimiento sin precedentes. Durante el régimen militar, varios miembros de las fuerzas armadas fueron cooptados por esta organización criminal, lo que aportó disciplina, jerarquía, organización administrativa y financiera, división del trabajo y espionaje a las operaciones realizadas por los ‘bicheiros’. Este proceso ha sido documentado por los periodistas Chico Otávio y Aloy Jupiara en el libro “Os porões da contravenção”.

Numerosas investigaciones policiales revelan que la caída de los ingresos del jogo do bicho durante la dictadura fue uno de los factores que llevó a su cúpula a apostar por la diversificación. Además del contrabando, el lavado de dinero, el tráfico ilegal de armas, la extorsión y las máquinas tragaperras, los ‘bicheiros’ se fijaron en el incipiente negocio del carnaval. En este contexto, se produjo un acercamiento entre los contraventores, término eufemístico para definir esta mafia de apuestas ilegales, y algunas escuelas de samba, en una época en que la ausencia de políticas públicas para apoyar el carnaval a menudo dejó las escuelas más pequeñas sin fondos y sin perspectiva de futuro.

Bichos y samberos

"La relación de dominio entre el liderazgo actual del jogo do bicho y las escuelas de samba se desarrolló a partir de la década de 1970", explica el historiador Luiz Antonio Simas. "Patrocinar escuelas de samba sirvió para abrir al menos dos frentes de negocio: un mayor control del territorio en el que opera el grupo, y una especie de lavado de imagen capaz de transformar a los bicheiros en personajes mediáticos, con círculos de amistad en los que participan agentes públicos, artistas, magnates de la prensa, empresarios y personajes similares", añade.

Quien ayudó a superar las disputas territoriales entre bicheiros, que trajeron mucha inestabilidad al sector, fue el capitán Aílton Guimarães Jorge, un exoficial del Ejército involucrado en la maquinaria de tortura de la dictadura militar (1964-1985). Guimarães, que fue dos veces presidente de la Liga Independente das Escuelas de Samba do Rio de Janeiro (LIESA), tuvo la idea de demarcar los territorios para reducir los conflictos y beneficiar los negocios. Su estrategia tuvo éxito.

No hay fondos públicos que consigan sustentar esta locura deliciosa llamada carnaval sin el dinero de la ‘contravención’

La estrecha relación entre bicheiros y escuelas de samba siempre fue un secreto a voces en Río de Janeiro y un factor considerado inevitable. "No hay fondos públicos que consigan sustentar esta locura deliciosa llamada carnaval. Es la fiesta al aire libre más grande del mundo, según el libro Guinness. Vivimos una fase de gigantismo con carros alegóricos cada vez más altos y complejos. Sin el dinero de la contravención, no habría como sustentar un carnaval de estas proporciones", señala un directivo del sector, que prefiere mantener el anonimato. El año pasado, el Ayuntamiento de Río de Janeiro destinó 40,8 millones de reales (7,62 millones de euros) a las escuelas de samba que desfilan en el Sambódromo.

Una guerra secreta

Ahora el aura de misterio y peligro que rodea desde siempre este submundo ha sido desvendada por una serie documental de la TV Globo titulada "Vale o escrito", que ha lanzado a los bicheiros hacia una fama inusitada. A lo largo de siete capítulos, los protagonistas de esta saga conceden por primera vez entrevistas exclusivas, en la que reconocen parte de sus crímenes y revelan las intrigas familiares que han causado decenas de muertes en las últimas décadas.

Es un rastro de sangre sin fin que, solo entre 1997 y 2006, se cobró la vida más de 50 personas. La familia Andrade ha sido especialmente golpeada por esta guerra secreta que empezó a ganar atención mediática en 1998, con el asesinato de Paulinho de Andrade. Era el hijo de Castor de Andrade, el capo que controló con alegría y generosidad el negocio durante casi 30 años. Este empresario, que también fue presidente honorífico del equipo de fútbol de Bangú, era famoso por entregar bolsas llenas de billetes a cada jugador que tuviese un buen desempeño en campo.

Un año después de la muerte de Castor, comenzó una guerra de sucesión que desembocó en decenas de ejecuciones. En muchos casos, los muertos en estas disputas familiares eran policías corruptos aliados a los ‘bicheiros’. Una eficaz red de sobornos impedía que las investigaciones policiales echasen luz sobre las muertes violentas. Rogério de Andrade, el patrón de la escuela de samba Mocidade supuestamente disfrazado de castor, fue acusado de haber ordenado la ejecución de su primo para hacerse con el control de la organización. Llegó a ser detenido y, en 2002, fue condenado a 19 años y diez meses de prisión. Sin embargo, consiguió apelar y un tribunal anuló la orden judicial.

Foto: Favelas y colores en Río. (iStock)

Informes de la Fiscalía General del Estado y de la Oficina para la Represión de las Acciones Delincuenciales Organizadas (Draco) señalan que al menos 86 funcionarios públicos, entre policías, bomberos y agentes penitenciarios, fueron sobornados para brindar su seguridad y garantizar su libertad. De esta forma, Rogério Andrade pudo convertirse en el fugitivo más famoso de Río: en los años siguientes siguió circulando por la ciudad y frecuentó los restaurantes y las discotecas más en boga, siempre rodeado de varios guardaespaldas e incluso de policías a sueldo.

Finalmente, el "Señor del crimen" fue absuelto por falta de pruebas. Los mandantes del asesinado de Paulinho nunca fueron identificados ni castigados. Sólo el pistolero que ejecutó el crimen fue condenado. Poco después el yerno de Castor de Andrade, Fernando Iggnácio, ascendió dentro de la organización y se levantó contra Rogério para vengar la muerte de su cuñado. Fue el comienzo de otra rivalidad que desembocaría en una verdadera hecatombe.

Rogério de Andrade tampoco se libró de sufrir varios atentados. En abril de 2010, cuando estaba regresando del gimnasio con su hijo Diogo, de 17 años, su coche explotó en el barrio residencial de Barra de Tijuca. El impacto fue tan fuerte que arrancó el techo del vehículo. Diogo murió en el acto. Rogério resultó herido y tuvo que ser operado. Fue el más grave de los múltiples intentos fallidos de eliminar a este hombre de la faz de la tierra y, sin duda, el que hizo más mella en este ‘contraventor’.

placeholder Una sambera en el Sambódromo de Río de Janeiro (Reuters/Ricardo Moraes)
Una sambera en el Sambódromo de Río de Janeiro (Reuters/Ricardo Moraes)

La rivalidad entre el sobrino y el yerno de Castor de Andrade acabó el 11 de noviembre de 2020, con el asesinato de Fernando Iggnácio. El principal enemigo de Rogério acababa de volver en helicóptero de una conocida localidad de playa del Estado de Río de Janeiro. Mientras caminaba hacia su camioneta blindada, en el estacionamiento del helipuerto, fue alcanzado por varios disparos de rifle en la cabeza. De nuevo, la Fiscalía denunció a Rogério de Andrade como mandante de esta ejecución y consiguió una orden de prisión preventiva. Pero como siempre acontece en esta saga, la defensa apeló y, en febrero de 2022, el juez Nunes Marques del Supremo Tribunal Federal anuló la decisión judicial, argumentando que no existen pruebas. Detalle: es uno de dos los jueces presentados por el expresidente Jair Bolsonaro a la Corte Suprema.

La sombra de Rogério de Andrade está omnipresente en la guerra actual por el territorio en Río de Janeiro. No es para menos: están juego están ingresos millonarios resultantes de la explotación de más de 40 puntos callejeros de apuestas y 10.000 máquinas tragaperras, además del control de una red de bingos y casinos clandestinos en la región más rica de la ciudad. Fuentes policiales apuntan que Rogério Andrade enfrenta ahora a otro rival, Bernardo Bello, y que intenta establecer una nueva cúpula del ‘jogo do bicho’. En esta última ofensiva, que dura más de un año, ya se han registrado al menos 13 muertos, cinco atentados a tiros y dos secuestros.

“Hoy mi único problema se llama Rogério de Andrade, por las declaraciones que estoy haciendo”, reconoce Bello en la serie documental de la TV Globo, que en breve va a lanzar la segunda temporada. Este bicheiro, que se define "empresario", asegura que Andrade le quiere endosar una serie de crímenes que no cometió. “Prefiero enfrentar un posible ataque, una posible muerte, que pasar años de mi vida privado de mi libertad, de mi vida con mi familia, por algo que no hice, para salvar las apariencias de un hombre que ha estado aterrorizando y asustando a todo el mundo durante décadas”, afirma.

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Foto: Reuters/Ricardo Moraes

Mientras tanto, la Fiscalía General de Río de Janeiro está investigando los nuevos negocios de Andrade, que también controla el suculento negocio de las apuestas deportivas online, con especial hincapié en el fútbol. La incursión de este bicheiro en este sector, según las investigaciones, abarca tanto las apuestas presenciales como las virtuales. Rogério de Andrade sería el dueño de varias empresas de apuestas registradas en paraíso fiscales como Curazao y Malta. La Policía apunta esta actividad como estratégica para blanquear el dinero sucio de los negocios ilegales.

No es una casualidad que este año la empresa Pixbet, uno de los principales sites de apuestas de Brasil con sede fiscal en Curazao, ha sido el principal patrocinador tanto del carnaval callejero como de los desfiles en el sambódromo. El año pasado uno de sus fundadores, el empresario Ernildo Júnior Farias, fue convocado en la Comisión Parlamentaria de Investigación de la Cámara de Diputados, que investigaba el escándalo de la manipulación de los resultados de los partidos de fútbol.

La nueva generación de bicheiros ya está lista para el relevo. Atenta a las nuevas oportunidades online y adicta a las redes sociales, no esconde su admiración por la mafia siciliana. Recientemente, el Capitán Guimarães, que también está en prisión domiciliaria y lleva una tobillera electrónica, cedió la presidencia de la escuela de samba Vila Isabel a su hijo Luiz Guimarães, un joven hípster que en la serie de la TV Globo se dice admirador de la película ‘El Padrino’ y de sus protagonistas. “Me inspiró mucho, lo que tomo de la mafia es la jerarquía, los principios, las doctrinas, el respeto, la lealtad. Nunca delatar y otras cosas que aprendemos”, explica Luiz delante del cuadro que encomendó con el rostro de Don Corleone. Una escena digna del libro ‘Gomorra’, del italiano Roberto Saviano, que también ganó fans gracias a la versión televisada.

El Carnaval de Río de Janeiro llega a su fin con una facturación récord que ha superado incluso los niveles pre-pandemia. A falta de datos definitivos, se espera que los 10 días de fiesta non-stop resulten en una recaudación de más de 5.000 millones de reales (933,8 millones de euros), según estimaciones de Riotur, el órgano municipal de turismo. En total, unos de siete millones de personas, entre vecinos y turistas nacionales y extranjeros, se echaron a las calles de la Ciudad Maravillosa para aprovechar a tope los 450 blocos (comparsas) y los seis días de desfiles en el Sambódromo.

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