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"Ni celebración ni arrogancia": el no a la Constitución es un triunfo amargo para Boric
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Una celebración sin aplausos

"Ni celebración ni arrogancia": el no a la Constitución es un triunfo amargo para Boric

El presidente chileno Gabriel Boric ha esquivado lo que hubiera sido un varapalo para su Gobierno si los chilenos hubieran aprobado la nueva carta magna propuesta por la derecha

Foto: Gabriel Boric vota la propuesta para una nueva Constitución este 17 de diciembre. (EFE/Presidencia de Chile)
Gabriel Boric vota la propuesta para una nueva Constitución este 17 de diciembre. (EFE/Presidencia de Chile)

Hace meses que la derecha chilena convirtió su propuesta constitucional en una especie de plebiscito al presidente. "Boric vota en contra, Chile a favor", ha sido uno de los eslóganes de la campaña del texto redactado por un Consejo Constitucional en el que predominaban las fuerzas conservadoras del país, sobre todo el ultraderechista Partido Republicano. Sin embargo, Boric ha conseguido esquivar la aprobación de una carta magna que hubiera sido un varapalo para su Gobierno.

Este pasado domingo, los chilenos han rechazado por segunda vez la propuesta constitucional y han aparcado el debate que se inició tras las masivas protestas de 2019. Con más del 99,65% de los votos escrutados, el 55,76% de los electores se ha opuesto a un texto con sello conservador y han decidido mantener el heredado de la dictadura de Augusto Pinochet.

El resultado supone un duro golpe para el partido ultraderechista, que aspiraba a aumentar su protagonismo político y a iniciar una cruzada política contra Boric. "Una gran mayoría de chilenos ha rechazado la propuesta constitucional que nosotros impulsamos. Reconocemos esa derrota con mucha claridad. Fracasamos en el esfuerzo por convencer a los chilenos de que esta era una mejor Constitución que la vigente", dijo el líder del partido y excandidato presidencial, Jose Antonio Kast.

En contra de los deseos de la derecha, el referéndum se ha convertido en un pequeño triunfo para el presidente Boric después de varias derrotas, como el rechazo a su propuesta de Constitución en septiembre de 2022. Además, el pasado mayo, una mayoría de los chilenos dio 33 de los 51 escaños del Consejo Constitucional a políticos conservadores.

Foto: Papeletas de la votación constitucional chilena. (Reuters)

Esta victoria tiene, sin embargo, un toque amargo. A pesar de que Boric sostiene que la votación de este domingo no tenía nada que ver con un plebiscito a su gestión, el rechazo a la nueva Constitución pone el broche a los esfuerzos de la izquierda por cambiar el texto. El presidente ha subrayado anteriormente que cualquier carta magna es mejor que la que fue escrita durante la época de la dictadura, aunque una parte de su Gobierno ha acabado apoyando la que se aprobó en 1980 para rechazar la propuesta de la derecha. Desde entonces, el texto ha sido modificado en varias ocasiones, pero Boric no tiene ahora más remedio que prometer que no habrá un tercer intento por poner en práctica una nueva iniciativa constitucional.

"La soberanía popular ha expresado de manera clara su voluntad y la mayoría ha votado en contra. Con esto quiero ser claro, durante nuestro mandato se cierra el proceso constitucional. Las urgencias son otras", aseguró. El Gobierno no mostró signos de interpretar el referéndum como una victoria y centró su discurso en arreglar los problemas por los que pasa el país y en fomentar acuerdos con la oposición. "Ni celebración ni arrogancia. Pelota al piso, humildad y trabajo. Mucho trabajo. Por eso, desde la pluralidad que nos constituye como nación, desde nuestras legítimas diferencias que forman parte de la riqueza esencial de nuestra patria, los invito a construir juntos, unidos, una nueva etapa para Chile. De crecimiento para todos, de justicia social, de seguridad ciudadana. Encontrémonos en la gran tarea de forjar una convivencia donde predomine el diálogo y no la intransigencia".

El cambio de rumbo de los votantes

Los chilenos han mostrado en las urnas que una nueva Constitución ya no está entre sus prioridades. La participación fue del 83% por la obligatoriedad del voto, y el mensaje que los analistas sacan del resultado del referéndum es la indiferencia y la preocupación de la ciudadanía por otros problemas que afronta Chile. En los últimos cinco años, el país ha sufrido un aumento de la tasa de homicidios, así como un estancamiento de la economía y la necesidad de reformas sociales. Boric afirmó, en este sentido, que retomará cuanto antes los trámites legislativos para lograr la reforma de las pensiones, el pacto fiscal de redistribución de la riqueza y para aumentar la seguridad, así como los derechos sociales de las mujeres, de educación, de vivienda y de salud para que "no sufran jamás retrocesos".

"Estas son las prioridades de los chilenos y chilenas y son, por lo tanto, también mis prioridades y del Gobierno, y espero que de todos los sectores políticos en general, porque así la sociedad nos lo exige", ha remarcado.

Para la derecha chilena, el proceso ha sido un ejemplo de auge y caída. Después de ganar una mayoría de los escaños en el Consejo y de posicionarse como la mejor opción para liderar el cambio constitucional frente a Boric, el referéndum ha truncado estas aspiraciones. El fracaso a la propuesta de carta magna se explica, por un lado, por el hastío de los votantes, aunque, después de que salieran a la luz los resultados, empezó la búsqueda de responsabilidades. Los políticos de la derecha argumentaron la falta de tiempo y el corto periodo de tiempo de la campaña y, según el periódico local La Tercera, se iniciaron las recriminaciones en privado por no haber sabido responder a las necesidades del electorado.

El texto del Partido Republicano incluía puntos controvertidos, como una cláusula que protege la "vida de quien ha de nacer", que, según muchos analistas, allana el camino para el aborto. Actualmente, está permitido en Chile en casos de violación, peligro para la vida de la madre o problemas de salud del feto. "Esta Constitución es peligrosa para las mujeres, porque pone en riesgo los derechos que hemos logrado garantizar a través de los movimientos sociales", dijo Sofía Rodríguez, portavoz del grupo feminista Coordinadora Feminista 8M, a The Guardian. "La propuesta es un paso atrás para Chile, y sin duda un paso atrás para las mujeres chilenas".

Gabriel Boric ha tenido este domingo una victoria sin aplausos ni aspavientos. El mensaje del Gobierno ha sido un llamamiento a la unidad y a seguir adelante. Pero, dentro de este logro contenido, el presidente ha conseguido esquivar, por ahora, la amenaza de un auge de la derecha. José Antonio Kast, uno de los grandes promotores de la propuesta constitucional, ha quedado en un segundo plano y el no a la Constitución ha supuesto el primer golpe para las ambiciones políticas de su partido.

Hace meses que la derecha chilena convirtió su propuesta constitucional en una especie de plebiscito al presidente. "Boric vota en contra, Chile a favor", ha sido uno de los eslóganes de la campaña del texto redactado por un Consejo Constitucional en el que predominaban las fuerzas conservadoras del país, sobre todo el ultraderechista Partido Republicano. Sin embargo, Boric ha conseguido esquivar la aprobación de una carta magna que hubiera sido un varapalo para su Gobierno.

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