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Hartos y sin futuro: el combustible de la motosierra de Milei es la juventud argentina
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Un voto decisivo

Hartos y sin futuro: el combustible de la motosierra de Milei es la juventud argentina

Argentina es uno de los cinco países de América Latina que permiten votar a los jóvenes de 16 y 17 años. Y de estos, según las encuestas, la mayoría planea decantarse por el candidato ultralibertario: Javier Milei

Foto: El libertario Javier Milei, candidato a la segunda vuelta presidencial en Argentina. (EFE/Luis Robayo)
El libertario Javier Milei, candidato a la segunda vuelta presidencial en Argentina. (EFE/Luis Robayo)

Nicolás Reyes sale todos los días de su casa a las siete de la mañana. El joven, de 20 años, vive en La Matanza, una localidad humilde del área metropolitana de Buenos Aires. Tiene que tomar varios transportes para llegar puntual a su lugar de trabajo, que inicia a las nueve de la mañana en el centro de la capital argentina. Si no madruga, no llega a tiempo.

En muchas ocasiones, Nicolás pierde, a conciencia, uno de los autobuses que unen La Matanza con el centro. El muchacho se obliga a caminar el trayecto para ahorrar. Si no lo hace, no podría llegar a final de la semana con los 1.000 pesos (menos de tres euros al cambio oficial, fijado por el Gobierno, y un euro en el mercado paralelo de divisas) que carga cada siete días en su tarjeta de transportes.

Nicolás trabajará en un call center hasta las seis de la tarde. Después tomará cuatro horas de clase —estudia Ciencias Políticas— y no será hasta las 11 de la noche cuando emprenda el camino de vuelta a casa. Eso, de lunes a sábado y, aun así, a duras penas, él y su familia llegan a fin de mes en un país en crisis económica. La inflación supera el 143% en los últimos 12 meses y se come tanto el sueldo de Nicolás como la jubilación de su padre y el dinero que su madre recibe limpiando casas.

"La inflación nos está afectando horriblemente y es indignante. Aunque cuento con un trabajo, nos la pasamos en familia buscando los mejores precios, recortando gastos y especulando. Caminando de más para conseguir la fruta un poquito más barata, el pan 10 pesos [un céntimo de euro, al cambio informal] más barato... No hay precios, el sistema de precios está roto. Toda esa pequeña ingeniería es lo que se normalizó en mi familia y en este país", comenta el joven a El Confidencial.

placeholder Nicolás Reyes, de 22 años. (H. E.)
Nicolás Reyes, de 22 años. (H. E.)

Nicolás vota a Javier Milei, el economista que se define como anarco-capitalista y que está protagonizando la campaña electoral en Argentina, al defender un recorte sustancial de impuestos y también de subsidios que considera el origen de los problemas económicos de Argentina, junto a la emisión de pesos para pagar la deuda y financiar el Estado.

Su discurso ha seducido a miles de jóvenes. El caso de Nicolás no es una excepción, sino más bien la norma. Numerosos estudios de opinión publicados en los últimos meses sitúan a Milei como líder en preferencias entre los menores de 29 años y muy especialmente entre los menores de 25.

"Es un voto desesperanzado en una situación muy difícil para el país, sobre todo en lo económico. Los dos últimos gobiernos han terminado con un rechazo del 70% y con más de un 90% del rechazo en el rumbo económico", comenta el analista político Mario Riorda.

"Tal y como están las cosas, nos estamos privando de todo. Da mucha bronca. Da mucha indignación. Hoy en día, los jóvenes tienen que estudiar y trabajar las ocho horas que corresponden, preparar los exámenes y además rendir, sosteniendo una vida. La mayoría de los padres ya no pueden sostener a sus hijos. Es costosísimo", comenta Nicolás torciendo el gesto.

Tiene claro por qué va a votar a Milei. "Yo soy una persona fuertemente liberal, en el sentido de que quiero poder manejarme por mí mismo, desarrollar mis libertades dentro de la ley. Los jóvenes lo que tenemos principalmente es la falta de oportunidades y de trabajo, porque las leyes laborales son muy arcaicas y muy estrictas", asegura el joven.

Foto: Ciudadanos pasan por delante de una casa de cambio cerrada en Buenos Aires (Argentina). (EFE/Matías Martín Campaya)

La desocupación general en Argentina es del 6,2%, pero sube al 13% entre los menores de 29 años. Además, el 20% se encuentra en el subempleo, con lo cual un tercio de los jóvenes tiene problemas laborales, según un estudio reciente de la Universidad San Martín. La precariedad ha aumentado desde 2014 y se ha profundizado en los últimos años, con sueldos que no superan el límite de la pobreza y que son el principal problema, tanto de jóvenes como de adultos, porque eso significa, para muchos, que ni aun partiéndose el lomo trabajando tienen para cubrir sus necesidades básicas.

Peor, por supuesto, si el dinero que se percibe pierde valor a gran velocidad. El peso argentino se ha devaluado un 50% este año con respecto al dólar. Eso, el cambio oficial, fijado por el Gobierno, que está en 353 pesos por cada dólar estadounidense, porque en el mercado paralelo, ilegal, pero al que acuden muchos argentinos, y de referencia para fijar precios, el dólar se vendía esta semana a 980 pesos argentinos.

"La inflación y la devaluación me afectan horrible, y es indignante. Aunque tengo trabajo, tengo siempre que recortar precios, especular. Ver lo que puedo cargar en la tarjeta de transporte. Cómo pagar las fotocopias de los libros de texto o incluso ir a la biblioteca si no puedo pagar... Me privo, por supuesto, de vacaciones y salidas", asegura Nicolás.

Foto: Javier Milei, en el debate electoral. (Reuters/Pool/Luis Robayo)

Dice que no le dan miedo ni el mensaje de Milei ni la dolarización que propone. "¿Que Milei da miedo? A mí lo que me da miedo es Massa. Milei tiene sus formas. Será un político más sacado. Pero miedo me da realmente que continúe este Gobierno. La gente dice que Milei va a sacar los derechos, pero ¿qué derechos? Me hablan de la salud y los hospitales están destruidos. De la educación y con suerte los chicos terminan el colegio a fin de año. Se egresan sin saber leer o escribir. Miedo me da la continuidad de este modelo. Después, que Milei tenga otras formas no me importa. Y si Milei, a fin de cuentas, es quien dicen que es, no va a tener poder político. No va a ser capaz de ser autoritario porque no tiene fuerza en el Congreso", asegura el joven.

Él tiene, como otros muchachos de su edad, un trauma confesable por la pandemia, momento en que la popularidad de Milei explotó en un país que tuvo una de las cuarentenas más largas y estrictas del planeta. "A mí me impactó no poder salir a la calle y hacer las cosas básicas como ir a estudiar. Lamentablemente, la oposición a este Gobierno también apoyó esas medidas".

Coincide en ello con Agustín Baletti, un joven de 22 años que se acercó a la figura de Milei hace ya un lustro y que también fijó su lealtad en el economista durante la pandemia. "Aquello fue brutal", recuerda. "Lo peor fue el control social que se ejercía contra la gente. Yo no podía creer que hubiera vecinos que funcionaban prácticamente como una policía vecinal", añade, sentado en un banco del parque de La Misericordia, situado en una zona de clase media no muy lejana al centro de la capital.

placeholder Agustín Baletti, un joven de 22 años que se acercó a la figura de Milei. (H.E.)
Agustín Baletti, un joven de 22 años que se acercó a la figura de Milei. (H.E.)

También él cree que el mayor problema de los jóvenes es la inflación y el acceso al mercado laboral. Él trabajaba en una administración de consorcios. Lo hacía en negro y no cree que su puesto de trabajo existiese en blanco.

"Hay muchas regulaciones y muchas imposiciones estatales que hacen que cada vez sea más difícil contratar a alguien y, sobre todo, sea más difícil hacerlo en blanco. Contratar en blanco hoy en día implica adoptar a una persona en Argentina. Se necesita una mayor flexibilidad del mercado laboral, que es en realidad una modernización. No es dejarnos sin derechos, sin posibilidad de contraprestaciones. No es ser esclavos. Es poder tener la oportunidad más flexible de poder elegir en lo que uno trabaja", considera Agustín, de pelo largo y teñido de rubio, al menos, en sus extremos.

También a él le ha afectado la inflación. "Cíclicamente, me acostumbré a vivir cada vez teniendo menos. Y no porque no nos esforcemos en nuestra familia, sino porque cada vez nos empobrecemos más. Siento que cada vez tenemos menos y eso produce una sensación de mucho desasosiego", comenta el joven, que se lamenta por no haberse hecho un zumo antes de salir de casa, porque ahora quizá compre uno y eso supone un gasto adicional que quiere recortar.

Foto: El político argentino Javier Milei. (Mariana Nedelcu/SOPA Images)

Una de sus mayores preocupaciones es que sus amigos se quieren ir del país. "No hay cuerpo que lo aguante. El año pasado mi ex se estaba por ir a Italia con su familia. Me encerré varias veces en el baño a llorar en aquellos momentos porque sabía que no le podía prometer estar mejor aquí en Argentina. Ahora el que se quiere ir es un amigo que considero un hermano y no sé qué haría sin él como parte de mi vida", lamenta.

Tiene la esperanza de que Milei cambie esa situación. "Él puede solucionar la economía porque está proponiendo sacar el mayor problema, que es la máquina de emitir billetes que los políticos ven como una solución. Va a devolver la dignidad a los trabajadores y a quienes estamos viviendo el día a día", asegura Agustín. Critica con dureza a los políticos tradicionales. "No quieren que los argentinos saquemos la cabeza adelante. Tenemos una clase política que va en contra de su propia gente".

Agustín es bisexual. No cree que el movimiento de Milei ataque al colectivo LGTBI. Recientemente, Ricardo Bussi, ahora diputado electo afín al economista, hizo un comentario identificado como homófobo por numerosas asociaciones pro derechos. "Son seres humanos que merecen todo nuestro respeto. Como los rengos, como los ciegos, como los sordos", señaló. "Tienen que ser reconocidos, claramente, lo que no queremos es que lo banquemos entre todos porque el que decidió su camino sexual es responsable de sus decisiones", añadió, subrayando que "el que decida ser travesti, que se la banque solo. No se puede dar una cuota del Estado a alguien que pertenece a un grupo minoritario".

Foto: Milei y Lemoine, a un paso de la gloria. (Twitter)

"A mí no me crean una contradicción las palabras de Bussi. Los otros partidos tienen caja y prensa a favor y también tienen declaraciones desafortunadas muchas veces. No es verdad que todos los homófobos votan a Milei. En mi experiencia, en toda la estructura libertaria hay gente de la diversidad en su conjunto, pero que están callados. Lo que Bussi dijo es que hay que respetarlos como a cualquier minoría", expone Agustín.

Critica en ello al progresismo. "Ellos se creen en las protestas del buen ciudadano, que ellos son lo que está bien y que hay gente superior a otra por su pensamiento político hegemónico, donde yo, un hombre bisexual, soy tildados de transfóbicos, bifóbicos o lo que sea. A mí me han dicho homolesbotransodiante. A mí no me entraba en la cabeza ese término", asegura.

"Milei no es cualquier tipo de representante", considera el politólogo Augusto Reina, director de la agencia Doserre y del observatorio de la Universidad de Buenos Aires, destacando que el economista sabe cómo dirigirse a los jóvenes.

Foto: Javier Milei. (Reuters) Opinión
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"Habla un lenguaje transmedia, que es el de las redes sociales. Es corto, llamativo, ácido. Un torbellino en la generación de contenidos, y eso alimentó su consumo, no solo por sus ideas, sino también como parte del entretenimiento y del panorama mediático", considera el experto.

"No hay que subestimar tampoco su aproximación ideológica. Los votantes jóvenes de Milei perciben que el candidato les brinda claves para interpretar una realidad y que ellos consideran que lo hace con bastante acierto. Les da la clave para mostrar que los problemas de los argentinos son dos: la casta y la inflación. Los problemas están concentrados en los políticos que emiten dinero. A partir de tres o cuatro premisas relativamente simples, te da la posibilidad de comprender un mundo", asegura Reina.

El balotaje del domingo dirimirá si el apoyo de los jóvenes es estable. "Buena parte del voto juvenil, especialmente el femenino, se ha desencantado en el último tiempo, no solo por parte de la radicalización propositiva de Milei, sino por su política antiderechos y de negación de las asimetrías de género, que es sumamente importante", asegura el analista Riorda. Argentina celebra este domingo unas elecciones clave en su historia reciente entre dos modelos antagónicos.

Nicolás Reyes sale todos los días de su casa a las siete de la mañana. El joven, de 20 años, vive en La Matanza, una localidad humilde del área metropolitana de Buenos Aires. Tiene que tomar varios transportes para llegar puntual a su lugar de trabajo, que inicia a las nueve de la mañana en el centro de la capital argentina. Si no madruga, no llega a tiempo.

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